sábado, noviembre 27, 2010

Sufrir en silencio


inspirada en varias historias...
El otro día escuché un comentario dedicado al "paciente silente". Es decir, aquel que acompaña al enfermo y está sobre por él, con él y para él... Son varios los que sin darse cuenta han caído en una suerte de remolino que arrastra consigo varios aspectos de sus vidas. Esto mientras se ocupan del otro. Es obvio, no hay tiempo para dedicarse a uno mismo: ni siquiera provoca. Uno se aboca por entero, en cuerpo y más en alma a darle todo el apoyo que pueda a quien cuidar.


No obstante, la tensión y el sufrimiento que uno esconde por creer que se puede con todo, oculta toda una cadena de síntomas que pueden afectar tanto física como emocionalmente al acompañante en cuestión. Ojo, no estamos hablando del asistente capacitado. Hablamos de un amigo, un hijo, un hermano, un padre de familia... que le toca vivir el deterioro de la persona que ama y se ve obligado a callar... a guardarse la angustia, el miedo, la tristeza, la frustración de poder hacer más.

Efectivamente, lo guarda y dentro del cuerpo empieza a tomar forma o a tener caras distintas. Migrañas, contracturas, depresiones, insomnio, soriasis, intolerancia con otros -no con el enfermo-, gastritis, languidez, y seguramente mi lista puede continuar y empeorar.
Lo que diré a continuación es duro, pero he confirmado varias veces que resulta cierto. En algunos casos, cuando el enfermo se libera del mal: ya sea porque logra curarse o ya sea porque su cuerpo decide tomar el descanso eterno, es el silente el que también empieza a descansar en paz. Una paz liberadora: ahí debe dar inicio a su propia cura.

lunes, noviembre 22, 2010

Jubilación, profesoras y cuán sabia es la Naturaleza


Clarito como el agua que la Naturaleza tiene una reglas sabias y confirmadas en la realidad. Los seres humanos, buscamos jorobarla y tratar de manejar esos ciclos inteligentes que vienen de los tiempos jurásicos, y lo que hacemos -en verdad- es fregarnos a nosotros mismos: somos unos idiotas de zona súper VIP.


Por ejemplo, el cuerpo femenino tiene un reloj maravilloso que se inicia en la pubertad con la primera regla -menarquia- y que le da la partida a la preparación de nuestro cuerpo para llevar la maternidad a cuestas. El género femenino alcanza esta madurez que lo expertos plantean entre los 20 y los 35 años, como máximo para poder traer niños al mundo. No obstante, hay mujeres en entradas en la menopausia son sorprendidas por un embarazo y claro, disfrutan -con la sabiduría y resignación del caso- el hecho de traer otra criatura al mundo. Es decir, haciendo un promedio... las mujeres pueden tener un hijo hasta los 50 años.


¿Dónde está la sabiduría de la Naturaleza? Vale la pena reflexionar en ello. El ciclo de la procreación termina por un tema de reloj biológico, dando paso a una etapa larga en la que nos dirigimos a una edad más reposada y porqué no, más sabia. Quizás porque después de los 50 años las mujeres pierden un poquitillo de tu tolerancia a prueba de todo (llantos, pañales, lactancia, pocas horas de sueño), e inclusive su inmunidad frente a enfermedades de las que jamás se contagiaron (bronquitis, falso Krupp, salmonellas, etcétera, etcétera, etcétera). El ser abuelas, les cae regio, puesto que en la mayoría de los casos se disfruta con la certeza de que no hay límite para el engreimiento, y si el niño jode mucho... su madre va a volver por él.


Por ello, ¿por qué no aprender de este funcionamiento biológico? Y si uno no "debería" ser madre después de los 50s, porque ese niño no va a tener una progenitora al cien por ciento de su energía, y cuando sea adolescente va a estar a varios años luz de su modus vivendi, creo que la edad de jubilación de las profesoras de Inicial y Primaria debería bordear esa edad...Quizás para las de adolescentes 55 sería lo indicado. No aguantan a un hijo... aguantan al menos a 20! 7 horas seguidas al día...


En la jerarquía de las creencias religiosas de mi país están Sarita Colonia, la Beatita de Humay... y me queda claro que las profesoras que con toda paciencia, tolerancia y cariño atienden a párvulos siguen en esta trinidad quasi pura, diáfana y verdadera.


La ley de jubilación debería tomar en cuenta la sabiduría de la Naturaleza en el caso femenino. Aprovechar la sabiduría de estas mujeres campeonas y sobrevivientes, y que ellas se dediquen a formar a las que las siguen en la posta. Pero hay que hacerlas descansar antes, el desgaste de educar a niños de al menos, veinte o cuarenta orígenes de crianza familiar diferente, es AGOTADOR.


Yo digo, ustedes se imaginan a Meche Cabanillas, por ejemplo cantando "Los pollitos dicen..." sentada en el piso con niños de cuatro años....


martes, noviembre 16, 2010

¿No habrá oportunidad para el recuerdo...?


Conversaba con mis alumnos sobre la vida y obra de un autor del siglo xix. Nos quedamos reflexionando sobre el trabajo que tenían los biógrafos y las grandes investigaciones que deberían haber realizado para que hoy pudiera compartir con ellos todos los datos. Les explicaba, cómo se va reconstruyendo la vida de un determinado autor sobre la base de documentos, obras, cartas, testimonios, entre otras fuentes importantes.


Ello nos fue llevando a otro tema: ¿cómo, en el futuro, se realizará una biografía? ¿cómo será la investigación de alguien que tal vez hoy no sea famoso pero que después de su muerte sea considerado un personaje célebre? ¿de dónde se sacará la información?


Siguiendo con la reflexión conjunta, nos fuímos dando cuenta de que casi todo está en un aparato llamado computadora, disco duro, o como quieran especificarlos. Pocos se animaron a decir que sus padres guardaban detalles de su infancia, otros que todavía usaban papel y lápiz para dejar algunos mensajes importantes, algunos tienen fotos claves enmarcadas en lugares especiales. No obstante, todos coincidimos en: cuando alguien muere hoy, muere con el su password y por tanto, su identidad. Si ese individuo además es un ciudadano "normal y silvestre" eso significa que poco a poco el hueco negro del cyberespacio absorberá su YO, su intimidad, su correspondencia completa, sus testimonios, sus fotos, su pasado...


Estupor en el salón, estupor mío y estupor de los chicos. Estupor al sentir que después de nuestro paso por este mundo nuestros descendientes tal vez no podrían reconstruir una historia sobre quiénes fuímos, no podrán mirar el pasado con cierta melancolía, no podrán imaginarse los tiempos de sus bizabuelos -de los propios desde luego- puesto que los testimonios físicos ya casi no existirán y la memoria virtual será solo eso: virtual y dependiente. No sobrevive...


Tema para filosofar, para -como me dijo uno de los chicos- ir a comprar una cámara de rollo y tomar varias fotos al presente...

martes, noviembre 09, 2010

Héroes de nuestro tiempo

Los tiempos alocados y complicados que nos ha tocado vivir se mezclan hoy con tráfico, construcciones, os de propaganda electoral, volquetes, calles cerradas y otras perlas más que el querido lector tendrá en su checklist del día a día.


Yo al menos, de todo este caos voy rescatando con optimismo algunas estrellas que sobreviven a ello, supongo yo con altas dosis de paciencia, Xanax, cafeína, manzanilla y cuanto tengan a su alcance para no perder la razón:


1. El peatón:


Así como nos podemos encontrar con uno que sea una bestia, asumamos que hay un peatón consciente, responsable y concentrado cuando va a cruzar la pista. Es un héroe, puesto que el otro día, detenida en el tráfico, observaba cómo una joven madre llevando a su niñito en un coche bastón trataba de cruzar la pista. Era evidente que su intención de hacerlo por el paso zebra, era inútil: en la inteligencia de llenar Lima de semáforos, al estar estos en "ola roja" y en una sincronización tal que ya parece "regla de menopaúsica" , todos los carros estaban bien plantado en SU zona y ella no veía un claro en el horizonte para poder cruzar... ¡Mi heroína!


2. El técnico de la computadora:


Pónganse la mano al pecho. ¿No se ha convertido este individuo en casi un miembro de su familia? No somos nada sin ese hombre. Funciona casi casi como un pediatra. Requerimos de sus servicios, llamamos y acude ni bien puede... puesto que más de uno necesita de su presencia; sin él nuestras vidas (y estrés) penden de un hilo y es el único que capaz de solucionar todo aquello que obviamente no tenemos ni idea de lo que ocurre. Nuestro cerebro accesorio, nuestra PC, tiene su propio terapeuta. Aquel que, a veces, ni nosotros mismos tenemos.



3. El profesor de manejo:


Son los menos, héroes anónimos, menores y no estrictamente necesarios en la vida de todos los habitantes de esta loca ciudad. No obstante, creo que deben tener su lugar en el "Panteón de los próceres". La tengo clarita. No tengo mucho que explicar tampoco: ¿quién en este maldito tráfico puede tener los huevos/ovarios para enseñarle a alguien a manejar?



En lo inmediato, estos han sido los míos. Seguramente ustedes tienen los propios.

martes, noviembre 02, 2010

En el proceso de dar vida

Las que somos madres recordamos, a veces, con una mezcla de sentimientos nuestro tiempo de embarazo(s). Ojo, no lo digo con melancolía ni con nostalgia. Simplemente, se me ocurrió darle un espacio a este tema por sugerencia de Carito, gran amiga.

La sensación de fantasía es inherente a la madre. Se quiera o no se quiera, la cabeza se llena de miedos, de ilusiones, la imaginación echa a volar y se vuelve especialmente creativa y las preocupaciones van desde: el peso de la criatura hasta cómo deshacerse el peso extra... cuando los nueve meses terminen. ¿¿¿¿¿Cómo cargar al bebé, cómo bañarlo, serán ciertos todos los mitos que giran alrededor del tema????? Obviamente, quedo corta con la lista de preguntas y dudas que atormentan la mente y el corazón de la futura madre, y ni qué decir del futuro padre.


La gente te asalta con los consejos, las indicaciones, y cuando digo te asalta es verdad: te agarran desprevenido y desprotegido, llegan a saturarte y a dejarte desorientado. Basta con lucir la panza para que las personas se te echen encima con mil preguntas, millones de consejos, comentarios desubicados y bromas... evidentemente, todos originados en la buena intención pero sin tomar en cuenta que con ello siguen alimentando la torturada imaginación de la gestante.
Confirmado que cada embarazo es diferente, y cuando digo cada embarazo también me refiero en los casos en los que la madre sea la misma. Únicos e irrepetible, tal como los hijos que alumbramos. Cada historia es diferente, con sus bemoles, con sus alegrías, con sus sufrimientos y frustraciones. En este proceso todos somos aprendices y a la vez maestros, porque creo una de las mejores lecciones de la vida a la que algunas mujeres tenemos la suerte de asistir es esa.