martes, septiembre 18, 2012

Aquellas pequeñas cosas

El otro día conversaba con una amiga sobre toda aquella información que tenemos archivada en nuestro disco duro. El cerebro (y el alma) son tan similares a una computadora, aunque he debido decirlo al revés, que cuando tenemos muchas cosas en la cabeza nos volvemos lentos, nos olvidamos las cosas: muchos "files" abiertos.
 
El cerebro tiene sus mecanismos de defensa: ayudamemorias, libretas, organización, buscar un asistente. Una agenda sirve, y desde luego: la maravillosa computadora.
 
Con el alma es más complicado puesto que hay que manejar  angustias, ansiedades, fantasías catastróficas, miedos tontos, en fin. Cada uno debe tener alguna lista por ahí que pueda coincidir. No obstante, se puede tener la sabiduría y valor de saber organizar estos sentimientos y pensamientos para que no nos asalten en el momento menos indicado. Llegar a la paz interior es una búsqueda que no termina, el asunto es tener la valentía de empezar a recorrer el camino reconociendo que necesitamos emprenderlo.

La conversación se cerró recordando una maravillosa canción de Serrat:

Aquellas pequeñas cosas
 
Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.

lunes, septiembre 10, 2012

El primero de la aventura (escrito el 5/09)


Versa el dicho: “Dios los crea y ellos se juntan” pero  en nuestro caso, podríamos tomar la licencia de decir “Dios nos creó, yo crié y con ella me junté”. El cuento es que ahora que mi hija se ha ido por seis meses a vivir a la Madre Patria que nos parió, estoy considerando hacerle un altarcillo a Steve Jacobs en conjunto con Bill Gates, y muy a pesar mío a Movistar, con su Blackberry incluido. También cuentan con un espacioso lugar en el altar todas las personas (Sandra, Ricardo, Maka, Diego F,) e instituciones (por ahora Renfe) que se han alineado para que hasta el momento la aventura que ya tiene diez días en curso vaya resultando exitosa. Faltan 163 días, chesu!.
 
Por ahora andamos medio frustradas porque resulta que en su barrio se ha caído el Internet. Seguro que fue en su barrio donde empezó la caída del euro o sea que hay que tener cuidado si demora mucho en restablecerse la conexión.
La cosa es que el día que la pequeña llegó a la gran ciudad de Barcelona, no tenía mapa de la ciudad. Detalle que no calculó porque cómo haríamos para ubicarnos en una ciudad enorme si no sabemos dónde estamos paradas (uso el plural porque por razones obvias, lo que sienta ella lo voy a sentir yo). Seguramente estaba confiadaza en que en Google Maps encontraría la solución a su desubicación… pero se jorobó por el problema anteriormente explicado.
Barajando opciones, me iba contando por el bbm (Blackberry Messenger, para los no usuarios) cómo era su “piso”, me mandó foto de su cuarto tamaño huevito de codorniz y todo lo que se pueden imaginar. Serían las seis de la tarde de allá cuando le pregunté si había almorzado…

Madre: No empieces a descuidar tu alimentación, y anda a buscar algo de comer.
Hija: Es que no sé dónde puede haber un Carrefour
Madre: No tienes Mapa?
Hija: Noooooooooooooo
Madre: tarada! ¿Y ahora?
Hija: ¿puedes buscarme en internet cuál tengo cerca?
Madre: ¿cómo se llamaba tu calle?
Computadora/ Bberry y dosis de angustia encima lograron que a 500 mil kms de distancia cumpliéramos con el objetivo. Cómo he valorado la tecnología. Además, descubrí que no solo podía encontrar donde ir sino que además podía pasar del google map al google satellite y “caminar” por la calle con una flechita que me iba diciendo en dónde andaba. Entró al Metro, salió donde debía y antes de llegar a un Carrefour encontró un Opencor, que era más pitucón y donde confirmó que el costo de vida es recaro en el viejo continente. En fin: cenamos fideos con aceite de oliva! Al día siguiente almorzamos lo mismo, por siacaso.
Vamos cinco días sin internet, aunque ya se metió a un Starbucks con wifi y eso ha permitido enviar señales de humo más extensas que un chat. Nos comunicamos como cuatro veces al día y nos sentimos cerca. Espero tener pronto en el Skype y poder ver su carita, pero por ahora me conformo con que ella esté tranquila y bien alimentada.
Claro que en mi real imaginario me hubiera encantado que la pequeña tuviera un chip de ubicación incrustado en su cuero cabelludo para ir monitoreando cada uno de su movimientos… pero too much, no?

martes, septiembre 04, 2012

Lo actual

Hace días se ha comentado en la radio y la tv el caso de la niñita de tres años cuya joven madre quiso hacerle un piercing en la nariz. Ello ha generado protestas varias como era de esperarse. La idea de esta reflexión va más allá de asumir una posición a favor, en contra o neutra. Como acabo de decir, es solo una reflexión. Por otro lado, hoy vi a una niña en un supermercado con los ojos maquillados: sombras que hacían juego con su polo celeste y rimmel. ¿Alguien le dijo algo a la mamá?
 
En estos casos el analizar los aspectos culturales, aspectos sociológicos, antropológicos y todo lo -lógico podrían llenar varias caras de papel. El piercing de la nariz, el arete en el pallar,  la deformación del labio inferior, el vendaje de los pies impidiendo su crecimiento y la lista obviamente puede seguir creciendo. Igualmente, lo más probable es que todo parte de la premisa de una palbra que hay he usado: cultural. 
 
A mí me llama mucho la atención que cada vez más esta cultura occidental globalizad(ísim)a sea tan marcadamente intolerante con algo y tan ridículamente tolerante con otros aspectos. Para mí, no hay diferencia REAL entre el tema del piercing y el de la niña maquillada: lo siento. En un primer nivel, ambas madres utilizan a sus hijas como sus muñecas (seguramente como la usé yo cuando le puse aretes, le ponía dos colitas y le colocaba ganchos en forma de mariquitas). No obstante, al bajar a un segundo nivel, yo empiezo a ver: estigmatización...
 
Tengo una segunda idea, pero ya lo dejo para el siguiente post.