lunes, diciembre 29, 2014

Como la orquídea...una historia, una realidad

La orquídea se ha puesto de moda.

La primera vez que vi una orquídea fue allá en el año 1973 cuando una de mis hermanas se casaba (first round) y su bouquet de novia tenía una de estas flores: era como que el "wow" de la época. Era morada, bellísima; de esas flores raras, exóticas que en mi niñez no eran comunes. De rosas, geranios y margaritas no había mucho más. Sabía que necesitaban un cuidado muy especial, de hecho unos amigos gringos de mi papá tenían un pequeño invernadero en el que las cultivaban. Para mí, esa pareja era "per se" exótica.

Diez años después  tuve la suerte de estar un mes en Cuba, una experiencia de la que nunca he escrito y algún día haré. Ahí visité un criadero de orquídeas, con tour incluido. Fue una experiencia recontra rara puesto que yo en esa época me sucumbía en libros totalmente alejada de la naturaleza. Fue exuberancia pura, unos especímenes cuya imagen se asemejaban a mariposas, no sé por qué. Según me contaron tenían unas quinientas clases. Entre los injertos y los originales. Un laboratorio, gente especializada...

Hoy las flores llegan a las casas de manera más natural, se cultiva una especie para su venta y de hecho, al estar de moda, está más al alcance del vulgo. Son realmente hermosas.

A Micaela, mi hija, le regalaron una maceta preciosa. Soy abuela de una orquídea. Y como yo me tomo las cosas en serio la estoy ayudando a cuidarla. Ya estoy aprendiendo que hay que tomar en cuenta varios aspectos que se reducen a: luz, agua, nutrientes, temperatura, humedad. Ni hablar de la ventilación, el corte de varas, las enfermedades... y un largo etcétera que me hizo pensar en "Estilo de vida orquídea". ¡Increíble! Hasta videos en Youtube, mil paginas web. Toda una cultura.

Justamente por eso, y para dar un primer paso,  di una vuelta por un vivero para que me dieran ciertos tips al respecto. Lo primero que me aconsejaron fue que comprara dos frasquitos importantes para echarle en el agua, una semana de uno y otra semana, del otro. Y algunos datos más. 

Diálogo corto con el consejero: 

a) una semana remojas la orquídea en un balde de agua al que le echas una cucharadita del frasco amarillo: florecimiento.

b) la otra semana remojas la orquídea en una balde de agua al que le echas una cucharadita del frasco azul: mantenimiento. 

Comentario inmediato y automático mío al respecto:

Entonces, YO QUIERO ser como la orquídea, una semana me voy a remojar en agua de florecimiento y la siguiente en agua de mantenimiento. Así será todo el 2015.

Sobran palabras. Larga vida a la orquídea! Larga vida a ustedes lectores! Feliz año nuevo con florecimientos y mantenimientos!!!! Y mucho amor, que a la orquídea y a nosotros nos hace bien. 

martes, diciembre 23, 2014

Carta a mi colega Grinch

Mi querido colega Grinch:


He esperado hasta estas vísperas para sentarme tranquila y poder compartir contigo todo aquello que acumulo durante un año. Es decir, el periodo post- traumático de la Navidad que me dura un horror y luego, cuando ya me siento recuperada... a partir de setiembre, arranca la campaña consumista, verdiroja, papanoelera, y todas aquellas cosas que nos preparan psicológicamente, porque la fecha espiritual más importante del año está pronta a llegar. 

Es mi impresión o dímelo tú,  que cada año arranca antes?¡?¡?¡? Pucha! Algo me dice que en el futuro cercano ni bien acabe las celebraciones de Semana Santa (pasión y muerte de Jesuscito) para (dizque) no estar deprimidos por la pena, la celebración  del onomástico de tan digno y sagrado personaje nos sorprenderá de sopetón. 

He tenido suerte este año, estamos 23 de diciembre y mis oídos no se han contaminado con los agobiantes Toribianitos a los que cada vez más les aprieta más el calzoncillo:  sus  voces aflautadas de antaño se han agudizado aún más... Me siento salva de la contaminación sonora que ellos producen en mí cada año puesto que te juro que son capaces de lograr que mi cabeza gire como la de Linda Blair y me sienta poseída de un humor que para qué te cuento. Eso sí, rechazo ponerme verde de la rabia, porque verde... es Navidad.

Yo no sé si será el paso de los años, tal vez justamente por lo que te comento en el párrafo anterior, no sé si será que ahora el tráfico está igualito todos los días del año, pero esta Navidad NO me está afectando. Estoy bañada en aceite. 

Mira mi querido, hay que entender que la gente es como es todos los días del año, que las personas exacerban su cariño en diciembre, los pecados capitales se dan a forro, las penas se agudizan, las ausencias se sienten más que nunca y los buenos deseos aparecen y desaparecen como luz de bengala. Eso, porque alguna excusa hay que tener.

Grinch, más allá del escozor que la Navidad nos produce... ¿te has puesto a pensar en lo efímera que es esta fiesta, cuán pasajero es el sentimiento, cuánta impostura, cuánta pose...?. a mí, por lo pronto es lo que no me gusta y mi posición cínica y cruda se empodera de mí más que nunca. 

Pero he aprendido Grinch, he aprendido... cada uno es feliz a su maneras, ridículamente feliz, honestamente feliz, hipócritamente feliz y cada cual se convence de ello.

Yo soy feliz a la mía: puteando por la Navidad, tragando como Heligábalo y viendo -todos los años- "Love Actually"... Lo confieso: ese es mi ENORME handicap mental. Temo desilusionarte, pero tenía que bajar mis cartas. 

Me despido colega, no sin antes brindar con un buen cocktail de nervocalm-grageas, esas de Mafalda.

See you!

martes, diciembre 16, 2014

Tema tabú

Antes de empezar a leer este post, advierto lo que encuentren aquí será pura crudeza, incluso irreverencia. Hoy hablaré de  la muerte, mil disculpas adelantadas si aun así lo leen y se sienten afectados: les advertí, educadamente y con cariño. So sorry!

1.
El culto a la muerte siempre me ha parecido extra dimensionado. Pero somos mortales y como seres humanos desde tiempos ancestrales tenemos la tendencia a rendirle culto al cuerpo que queda, cuando la vida ya no está.

2.
Así como hay “wedding planner” en algunos velorios me he percatado de que también hay “funeral planner”. Un caballero elegantísimo y educado que te va guiando durante el trance, se encarga de todo. Incluso te indica dónde debes sentarte a la hora del responso religioso (léase católico). No es un maestro de ceremonias pero permite que pongas toda la organización en sus manos. Tú solo sufre… yo me encargo del resto.

3.
Hace unas décadas atrás, en casa de un amigo, vi un álbum de fotos en el  que estaban las del velorio de su padre. Me pareció terriblemente escalofriante. Recuerdo que me dio ataque de risa, entre nervios, miedo, burla y pena. Sin embargo, debo reconocer que fue un adelantado a los tiempos que corren. Hace poquísimo he visto cómo una familia se tomaba una foto al lado de un columbario para colgar a imagen en Facebook… sobran comentarios: la gente está loca.

4.
“No hay muerto malo”. Sería genial escuchar esas elegías que a veces se hacen en los velorios una realista. A mí me hubiera encantado hacer una real, especialmente cuando escuché frases halagüeñas que eran de espanto.

5.
No creo en el culto a los muertos. Creo que en la memoria, creo que lo que llevo en el corazón, nada más. Mis muertos seguramente siempre extrañarán mi visita, pero como no creo en sus cuerpos no me hago problema. Pienso en ellos, los convoco en mi mente y con eso me basta.

6.
Creo que todos, internamente, tenemos una idea clara de qué queremos que hagan con nuestro cuerpo cuando nos vayamos de este mundo. Usamos ese verbo “ir”. Por tanto, estamos conscientes de que nos vamos NO nos quedamos. Algunos se lo contamos a nuestros parientes cercanos, sin llegar a saber si respetarán nuestra voluntad. Es solo una “wish list”, como la lista navideña.

7.
El muerto no tiene voluntad. Al final harán con él lo que los sobrevivientes quieran. El padre de un gran amigo que era médico, quiso que su cadáver fuera donado a la Facultad de San Fernando para que lo utilizaran los estudiantes. No le recibieron el cuerpo; las autoridades universitarias lo consideraron una falta de respeto. ¡No se pasen!

8

Dicho lo anterior,  cuando me vaya de este mundo quiero que me cremen pero mis hijos ya saben que no echarán las cenizas al mar, porque estar rodeada de agua me crea angustia. Sin embargo, qué importa, nunca me voy a enterar. Sin embargo, por historias vividas y porque no quiero que se queden físicamente conmigo de ninguna manera, espero que saliendo del crematorio y en su camino hacia sus casas, abran la ventana y rieguen ese cuerpo que me perteneció por los aires….

viernes, diciembre 12, 2014

Hoy es un gran día....

Hoy me es necesario salir del guion e involucrarme de lleno en un tema y orgullo personal. Hoy es un día muy especial, no hay que plantearse nada, está ahí: llegó porque tenía que llegar y es “por default” que me siente como me siento.

Mi niña, hoy una mujer sabia y gigante, se gradúa. Después de haber pasado por las aulas de una universidad que sigue entendiendo y brindando el sentido universal que se debe enseñar a todos los estudiantes: con aciertos y desaciertos, como toda institución educativa y humana, llega a la ceremonia final.

Mi pequeña termina la carrera. Mi pequeña en quien descanso mis angustias y desazones, me da hoy un ejemplo de energía, valentía, esfuerzo e ímpetu. Y no lo digo por ser mamá, es por ser testigo de su compromiso y responsabilidad. Le guste o no le guste, esté segura o no lo esté de cada decisión que tome. Pero todo aquello que los estudios le han dado (incluyendo lo que ella puede considerar inútil) ha formado parte de su proceso.

Tengo todavía el sabor de un día parecido a este hace varios años atrás, cuando acababa el colegio. Reúno esos sentimientos con los actuales y veo que algunas cosas cambiaron y otras se fortalecieron.

Hace tiempo que Micaela le pertenece al mundo, no a sus padres, no a Maco (lo siento) pero es la verdad. No nos pertenece porque en algún momento esta pequeña se dio cuenta que tiene un deber, con el otro, con el que está más allá, con tratar de hacer de este mundo un lugar más amigable, más humano, más llevadero. No es una heroína, solo alguien que sabe meter el hombro donde pueda e iluminar la habitación ni bien llega.

He visto cómo ha ido descubriendo su propio camino, y adoro cada vez que echa sus alas a volar y reniega por ello. Ante esto, el mundo le sigue abriendo los brazos, el mundo con su crisol de posibilidades terribles, certeras, oscuras, maravillosas... y que su andar sigue repleto de decisiones que marcarán su vida. He visto y seguiré viendo. 

¿Qué hace para mí este día especial, de toga y birrete, de discursos y aplausos, de besos y abrazos? Lo hace doblemente especial. Pues no puedo evitar recordar a  mi madre que quería que yo fuera abogada, y no quedó nada convencida cuando elegí estudiar Literatura pero salvé mi honor al casarme con uno de esa especie.. Creo que ahora, estaría más orgullosa que nunca de su “bombón”, pues así la llamaba. He aquí pues, que el círculo se cierra. La nieta culmina lo que la hija evadió. Totalmente freudiano, pueden psicoanalizarlo si quieren. Yo solo lo llamo: destino.

Soy una cursi, pero hoy me tomo todo el derecho de serlo, ando con babero... qué le podemos hacer!


martes, diciembre 02, 2014

¡Qué bonita vecindad!

En esto días que la muerte de Gómez Bolaños ha resultado más importante que el incendio de los Pantanos y la aprobación del Presupuesto 2015 me detuve a pensar en la huella que ha dejado en varias generaciones personajes que hoy me hacen reflexionar.

Las mujeres en la vecindad del Chavo parten de un estereotipo de la sociedad machista, quizás como consecuencia del machismo latino y especialmente mejicano. Me detengo en resaltar algunas características de estas.

a.    La Bruja del 71: una solterona amargada, odia a los niños, es fea y vieja. Terminaba malogrando siempre la poca diversión de la vecindad. Su presencia, por sí misma ya representaba el final de la alegría. No obstante, eso sí: al toque se ponía calentona al máximo ante la presencia de don Ramón, ergo… aguafiestas, aguantada y reprimida.

b.    Doña Florinda: viuda (abandonada), discriminadora –no te juntes con esa chusma- , amargada igual que su vecina, sin tiempo para sacarse los ruleros de la cabeza. Por encima de todo, madre castrante que no deja crecer al hijo manganzón y de nuevo, al igual que su vecina: arrecha ante la presencia del macho: el profesor Girafales. De nuevo una mujer aguantada y reprimida.

c.    La Chilindrina: manipuladora al máximo, niñita antipática, que busca siempre jalar agua para su molino. Aprovecha al máximo al padre, utiliza al Chavo y recurre al llanto cada vez que la ocasión lo amerita: invencible por sus lágrimas.

d.    La Pompis: la niña “putona” que hasta enseña un poco más su calzón con bobos para que los babosos de los niños le cumplan con todo lo requerido. Obviamente, la antagonista de la Chilindrina-: linda y bruta.


¿ Personajes cotidianos?¿educativos? Confieso, esta vecindad no me simpatiza.