Continuando con lo prometido,
aquí voy con “La invención del amor” de José Ovejero.
++ El mayor enemigo de la felicidad
no es el dolor, es el miedo.
++ Somos buitres del pasado,
habituados a hurgar en la carroña que han ido dejando nuestros errores e
insuficiencias.
++ También nosotros sacamos de
nuestro interior todo aquello que quedó a medio digerir, como si comiéndolo una
y otra vez pudiéramos acabar de metabolizarlo, de hacerlo definitivamente
nuestro.
++ Solo las parejas que acaban reconociendo
el fraude y deciden renegociar lo que cada uno tiene que ofrecer, llevándolo a
un plano más realista, tienen posibilidades de durar con un mínimo de
felicidad.
++ Todos somos conscientes de que no
conocemos a los demás. Compartimos nuestra vida con extraños. Podemos vivir
durante décadas con alguien y no saber qué siente de verdad cuando nos dice “te
quiero” o cuando responde a nuestra pregunta con un “no estoy enfadada”. (…)
Vivimos con fantasías que nos construimos para explicar al otro y para crear
una relación que nos tranquilice y nos dé lo que deseamos.
++ El amor es eso, dos personas que
se abrazan, como dos púgiles agotados: se golpean sin mucha fuerza, quieren
imponer su superioridad y sus deseos, pero necesitan al otro, su apoyo, el
contacto con su cuerpo para no derrumbarse.
++ Una de las cosas más hermosas del
amor es la infelicidad que produce, porque te hace sentir con más intensidad
quién eres y quién querrías ser.
++ En algún lugar de nosotros mismos
estamos solos, nadie puede acompañarnos, pero no tenemos por qué descartar o
minusvalorar ese territorio en el que es posible adentrarse de la mano de
alguien, quizás ensanchándolo, conquistando a la maleza zonas sobre las que
poder sembrar.