martes, marzo 01, 2011

A mí me duele, y ¿a ti?



Siento un gran respeto y admiración por los médicos, creo que es encomiable su dedicación, vocación y capacidad de servicio. Mi padre fue médico, y la verdad es que la primera parte de mi vida estuve muy cercana a este ambiente.


A veces, los médicos, en su afán de no querer asustar al paciente, ni hacerlos fantasear, ni crearles "fantasmas" o falsas expectativas, suelen minimizar ciertas reacciones, dolores, síntomas creyendo con esto ayudar al enfermo. "No te va a doler", "molesta un poco" son solo un ejemplo de las típicas frases (o clichés) a las que los galenos recurren como para que uno logre interiorizar una idea externa que taaaaaaaaaaaaal vez tenga tanta seguridad que pueda convencernos de ser cierta.


Pensaba por ejemplo, en una mujer que va a dar a luz y está con las contracciones, que le pueden doler como el carajo, el ginecólogo está relajadazo y solo le dice: aguanta, aguanta... ¡qué lindo, no! O como una amiga dice: el día que tengan que hacer una huevografía (proceso semejante a la mamografía) entonces veremos cómo cambiará ese tipo de tecnología. Ya quiero ver a mi doctor con los testículos aplastados por esa waflera!


Yo he tenido pocas oportunidades en las que el médico tratante me haya dicho: te va a doler... Y en lo particular, siempre lo he tomado como un acto de honestidad y valentía. Finalmente, puede que a él/ella no le hayan hecho esa prueba y no me parece justo el generalizar la reacción de otros pacientes que hayan pasado por lo mismo y tengan diferentes frecuencias de dolor. Diciéndole con facilidad No duele... , termina marcando una distancia de frialdad y poca solidaridad, especialmente si el enfermo justamente necesita todo lo contrario.

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