sábado, junio 28, 2008

"La amistad es un tesoro"

He sido bastante mezquina al no mencionar en algunas publicaciones anteriores el valor de los amigos en mi vida. Una lectora muy querida, me decía que cuando hice la clasificación de las amigas parecía que no existía para mí la amiga/o adecuada. Ante ello le comenté que justamente en ese mismo artículo nombraba a la incondicional, entre otras muy valiosas y que justamente decía que yo adoraba a mis amigos.
Sin embargo, anoche la idea me volvió a la cabeza y decidí sacar de nuevo a la luz el tema pues es valioso y no deja de ser un terreno muy fértil para pensar.
Amigos y amigas REALES, tengo pocos. Pues durante mi recorrido por la vida me he ido dando cuenta que menos es más. Hay personas que se jactan de ser amigueras y creo que terminan confundiendo ese término con la palabra sociable. Uno puede conocer un montón de gente, conversar con varias personas, pero encontrar a alguien en quien puedas CONFIAR: sucede pocas veces.
Es cierto que con todos tus amigos no conversas de lo mismo, que no a todos les cuentas las mismas cosas, que no todos están dispuestos a aguantarte y a muy pocos les aguantas que te digan las cosas que te mereces cuando te lo mereces –eso es lo más difícil pues hay que tener mucho valor para “putear” a un amigo y más para aceptar la “puteada” sin romper el vínculo-.
Tengo MARAVILLOSOS (SUPER-HIPER) amigos. Aquellos que en momentos cruciales de mi vida han estado escuchando mi rollo, analizando conmigo situaciones conflictivas, advirtiéndome del peligro de algunas, recogiendo mis pedazos cuando me he quebrado, descubriendo mi lado oscuro… y no se han ido. ¿Qué más puedo pedirle a la vida?
Es cierto que uno va perdiendo muchos amigos en el camino, por muchas razones y también va descubriendo otros que no esperaba. Es la dinámica más humana que existe pues somos seres cambiantes, felizmente.
Tengo amigos y amigas como los golpes de la vida, son pocos pero SON. Los tengo en distintos tamaños, distintos géneros y distintas edades. De cada uno tomo un pedacito para aprender a ser o no ser. Y todos saben que es recíproco, porque una de las relaciones humanas que se basa en el “ida y vuelta” es precisamente la amistad. Es un pacto tácito, sobrentendido, un pacto que no exige nada justamente porque el vínculo que se establece no lo necesita.

miércoles, junio 25, 2008

Una película de regreso

Cuando fui a ver esa película (en el otrora Cine Alcázar) debo haber tenido unos 16 años, me acuerdo de ese detalle porque la película era mayores de 18 y tuve que ponerme los tacos recontra altos de una de mis hermanas, un poco de rimmel en los ojos y entrar en un grupo grande de chicas para pasar desapercibida totalmente.
Jane Fonda siempre había sido una actriz que me había llamado la atención, en realidad parte de su actividad política contra la guerra de Vietnam me dejaron un sabor distinto de ver que los actores también podían ser pensantes. Pero es cierto que la película también me (nos, agregando a mis amigas) llamaba la atención por los comentarios de algunos chicos que ya la habían visto y hablaban mucho de las escenas sexuales.
Sin embargo, ver esa película con la brillante actuación de Jon Voight (ambos ganaron el Oscar) fue muy importante y por varios motivos. Primero, por el desaliento que transmitía el personaje del marido cuando vuelve a casa. SU escena final me impactó. Segundo, por el temple de ella al ser voluntaria en el Hospital y enamorarse y apasionarse por el personaje de Voight: su lucha interna. Tercero, el personaje principal, es extraordinario. La actuación espectacular (claro que hablo ahora desde mi perspectiva de adulta mezclado con el recuerdo que siempre es traicionero para bien o para mal) que logra transmitir el dolor de la guerra, la herida abierta y eterna de los gringos, en fin...
Regreso sin gloria, es una mala traducción de Coming home, la traducción real: "Regresando a casa" tan sencilla, es más exacta. Pues los regresos a casa cuando se ha pasado por mucho siempre son dolorosos, son riesgosos y a veces no son lo que uno espera.

sábado, junio 21, 2008

El maravilloso arte de la "colación"

a mi cuñado Sergio, por la idea
Es un placer ver cómo los adolescentes configuran su personalidad, su identidad y van andando caminos similares a los de la generación de sus padres, y por qué no, de sus abuelos.
Este tema me vino a la mente cuando empecé a confirmar una ley de vida: mi hijo hacía muchas cosas que mi marido había hecho durante la adolescencia.
El maravilloso arte de la colación es aquella actividad por la cual los chicos se "cuelan"; es decir, ingresan a las fiestas sin ser invitados. No hay plan más atractivo que ponerse el terno (saco, corbata y toda la parafernalia) y probar suerte para colarse en un "quino" formalmente conocido como "quinceañero". Cabe la primera aclaración, ahora van con zapatillas "por si hay problemas salir volao" al puro estilo de Blades.
A pesar de la consabida advertencia materna notevanadejarentrar, la adrenalina debe empezar a hacer su trabajo y correr por las venas. Sí entramos, de hecho que la hacemos. Mi observación me indica que comprobado de cada diez intentos.... cuatro alcanzan el objetivo.

Eso sí: hay que respetar el código: o entran todos o no entra ninguno.

Algunas técnicas a compartir:

Técnica 1: Entrar en manchón, atolondrar a quien cuida la puerta. Suaveciiiiiiito....
Técnica 2: Dar el nombre de otro invitado que sabes que está en la lista, te pasó el dato y no va a ir.
Técnica 2 mejorada: Lograr darle una mirada a la lista, mientras tus amigos distraen a la seguridad, usar los nombres que se encuentren en ella: usurpar una identidad e ingresar. Alguien se quedará afuera...
Técnica 3: Conseguir una invitación y al lado del nombre del invitado colocar: y hermanos. De hecho no habrá madre más prolífica ni hermanos más parecidos a la publicidad de "United Colors of Benetton".
Técnica 4: Si es una recepción de matrimonio, ingresar cuando los novios lo están haciendo haciéndose pasar por una suerte de "acomodador"...

Cómo asegurar tu lugar dentro:

Técnica 1: NO falla jamás: bailar con la dueña del quinceañero. Si eres buen bailarín, ya la tienes asegurada.
Técnica 2: Si es en una casa. Meterte a la cocina, pedir agua -cosa que nadie hace porque todos consumen alcohol con frenesí- y aprovechar en conversar en "buena onda"con algún miembro de la familia que no falte por ahí, de preferencia: la vieja. Mueren por los chicos educados!

Lo que jamás debes hacer si "aplicas colación":
Conversar con un desconocido y comentarle que el quince está "malazo", puede que resulte ser hermano de la cumpleañera. Sucede... aunque no lo crean!

martes, junio 17, 2008

Pecados Capitales 7: LA LUJURIA

De nuevo paso a pisar terreno minado. Cómo hablar aquí distinguiendo lo que puede ser “normal” de lo que puede ser considerado lujurioso… porque como suele ocurrir en las relaciones humanas no existe una normal. Apartando desde luego lo patológico,lo enfermizo, lo sórdido…
La pasión, el deseo, ¿qué ser humano no se habrá dejado llevar por ellos? ya sea mental o físicamente. La lujuria justamente está muy vinculada al instinto: la parte animal que sólo podemos controlar con el racional cerebro que tuvo un crecimiento tal que nos ha permitido poner cierto límite a nuestra vida. Algunos ponen más límites que otros. (¿Se han dado cuenta que, curiosamente, los más lujuriosos de la historia Borgia… pensar que son todos personajes vinculados a la iglesia?) (¿Se han dado cuenta que lujuria y lujo parten de la misma raíz?)
Si me ciñera a alguna de las definiciones teóricas investigadas llegaría quedarme con aquella que define a este pecado como aquél que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual. Díganme ¿¿¿qué adolescente en el inicio de su despertar a la adultez no sería un pecador en potencia??? Por decir algo…. ¿no? Ya lo cité en alguna publicación pasada: “siendo un adolescente, lamento informarle que mi mente tiende a encontrarle un significado sexual a absolutamente todo….” Palabras sabias y proféticas de un adolescente de 15 años.
La pasión “quema” metafóricamente. Por ello es que hay que caminar con cuidado en este terreno lleno de bombitas que pueden estallar en cualquier momento. Hay que saber cuándo hacer que exploten, con quién, fijarnos bien por dónde caminamos porque en cualquier momento hacen ¡bummm y la cagada…! Además, la cosa es que esa explosión valga realmente la pena....¿no?


Debe ser por algo que en la concepción literaria de Dante hace que los penitentes caminen entre flamas para castigarse a si mismo de pensamientos lujuriosos. ¡Quema, quema!

viernes, junio 13, 2008

Pecados Capitales 6: LA CODICIA

Pisamos terreno minado. ¡Peligro!
Tomemos como la definición más certera aquella que dice que la codicia es la búsqueda y acumulación de objetos para lograr un estado placentero basado en lo material por encima de lo espiritual, especialmente bajo engaños o cualquier tipo de manipulación.
¿No es hermosa esta definición? Es tan clara, diáfana y transparente que no tengo que usar ejemplos de ninguna clase. Creo que en mi publicación Materialismo histérico, dejó por sentado algunos comentarios que ya no vale la pena repetir aquí.

martes, junio 10, 2008

Los pecados capitales 5: LA ENVIDIA

De nuevo, nos encontramos con otro pecado capital más cómun que el pan de molde. ¿Qué les puedo decir? Yo no podría creerle a nadie(s) que no haya sentido ni una pizca de envidia alguna vez en su vida. MENTIROSO(a) infame aquél que lo niegue tres veces mismo San Pedro.
Claro, que hay que distinguir envidia de la buena, a envidia de la mala.
A ver grafiquemos el tema con un ejemplo de la cada uno:
- Envidia de la buena: mi hija tiene 17 años ¡qué envidia!
- Envidia de la mala: cuando estaba en 1ero de primaria mi amigo Eduardo N. me reventó -a propósito mi pelota amarilla linda maravillosa-…y yo, lloré a mares (todo un trauma infantil).
Yo siento algunas que están “in between”, puesto que no van a causarle ningún daño ni trauma a la persona involucrada. Entonces, considero que no es tan pecaminoso el asunto, digamos que estamos en la zona gris: envidia de la estúpida regia que estaba con George Clooney, envidia de los que pecan de gula y no engordan ni un gramo, envidia de los que pueden dormir toda la noche de un solo tirón, envidia de los que pueden usar todo el pizarrón hasta la parte más alta (yo, de la mitad para abajo)… no es tan grave ¿no?
Con respecto a la envidia de la mala hay mucho que decir. Esa le suda a la gente por los poros y la gran mayoría de las veces no se puede esconder, el tono de voz, la mirada, una frase, siempre hay algo que juega una mala pasada y hace que el sentimiento se haga evidente. Acabo de leer El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón, el párrafo a continuación es bastante elocuente:
"La envidia es la religión de los mediocres. Los reconforta, responde a las inquietudes que los roen por dentro y, en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan por la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos de hacer menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de exsitir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu y mente..."

domingo, junio 08, 2008

Vicios privados RELOADED*

Ruego disculpar a los queridos lectores la interrupción de la serie Pecados Capitales pero lo que me pasó el sábado amerita un comentario.
Tuve la desgracia de tener que cambiar mi celular, y aproveché mi día libre para hacerlo. Desde luego tomé las precauciones necesarias para llegar temprano a la oficina de Movistar más cerca a casa y me fui a las 9am tal y como indicaba el horario que aparecía en mi recibo de cobranza.

PROBLEMA 1: Confiar en el recibo de cobranza. Tal oficina – Camino Real cuadra 11- NO abría sábados.
Mi marido, amablemente que también tenía que cambiar el suyo me dijo que después de hacer algunas gestiones aprovecharía cosa que íbamos los dos a otra sucursal que SÍ atendiera sábado –Camino Real cuadra 2-. Cuando llegamos, y nos acercamos donde la señorita que entregaba los tickets de atención nos indicó que no nos podía dar un número si antes no hubiéramos escogido el modelo de celular de acuerdo al plan de pago que tuviéramos.
PROBLEMA 2: No tenía la menor idea de cuál era mi plan de pago. Cosa que le comenté a la susodicha, y me digo con una sonrisita caritativa: No se preocupe, el joven le va a indicar, usted le da su número de celular y él busca la información en el sistema..

Eso significaba que teníamos que hacer una cola (sin número) en donde UNA sola persona atendía a todo aquel individuo que quisiera cambiar su celular y que además, le hacía un millón de preguntas sobre el funcionamiento de los varios modelos que podía tener a su disposición.
Vimos que unos metros más allá había un módulo similar, por lo que muy “vivos” nosotros nos separamos para hacer ambas colas. La de mi marido avanzó más rápido y me fui para allá. Cuando llegó nuestro turno, este fue el diálogo que se suscitó:
Nosotros: Srta, queremos cambiar nuestros celulares, pero no sabemos cuál es nuestro plan de pago, salvo que es post pago.
Ella: Uy! Ahorita no tenemos sistema en este módulo.
Nosotros: (en bajito) Entonces para qué atiende…
Ella: Pero si me dice más o menos cuánto paga le puedo indicar qué modelo puede llevar.
Nosotros: Muchas gracias. Necesitamos un modelo que tenga altavoz, lo demás nos da lo mismo.
Nos dio un catálogo y recomendó un par de modelos alternativos para mí y otro para mi esposo y apuntó la información en un papelito. Con dicho papelito, nos fuimos donde la señorita de la parte inicial y nos dio el ticket de atención: R-055. Miramos la pantalla, uff! estaban atendiendo al R-052 no faltaba mucho. Bueno… esperamos unos 20 minutos. En ese lapso vimos un par de detalles dignos de destacar: la cola en la que te decían qué modelo podías comprar había crecido enormemente y la señorita que entregaba los tickets comía Doritos y se chupaba los dedos para usar la máquina y no ensuciarla.
Llegó nuestro turno. Pedí el primer celular de la lista, con altavoz lo demás me da lo mismo.

PROBLEMA 3: Es increíble el tiempo que invierte el empleado -quien nos atendió amablemente y sin comer Doritos- que ingresa la información, no porque sea lento, sino porque supongo el programa que utiliza y todos los datos que ingresan son del siglo re-pasado.
Yo cambié mi celular, mi marido tiene que esperar hasta setiembre que finaliza su contrato anterior.

PROBLEMA 4: No tiene altavoz. Tengo que usar el sistema manos libres y en la caja no había ningún audífono. Ni siquiera viene de cortesía. Me lo tendré que comprar. En un ambulante, desde luego.
PROBLEMA 4: Resuelto. El manual no decía que tenía altavoz. Lo tuve que descubrir más de 36 horas después. Como los niños, tuve que ir probando tecla tras tecla a ver qué pasaba y qué función descubría que el manual no contemplara. Ya no buscaré ambulante.
PROBLEMA 5: Yo no sé por qué cada vez que voy a TELEFONICA en vez de sentirme un cliente que paga por recibir un buen servicio, me siento una víctima.
*ver artículo del 2007 Vicios privados, públicas virtudes

jueves, junio 05, 2008

Pecados Capitales 4: LA SOBERBIA

No estoy de acuerdo cuando a este pecado capital también se le llama orgullo. Considero que tener orgullo es bueno, uno debe sentirse contento consigo mismo: es la base de la inalcanzable felicidad. Por lo tanto, voy a distinguir bien: la soberbia es sinónimo de arrogancia, pedantería.
¿Cómo veo personificado este pecado?, ¿En quién? … pues en Alan García…. ¿o no?
Caminadita, tono de voz, postura de los hombros, pecho/ panza enchidos en una constante lucha contra la gravedad, nariz con un ligera elevación y una humildad que brilla por su ausencia. Un pavo real que de pavo sólo la pechuga -grasosa en su caso- y de real ni mierda.
No obstante, la soberbia es ese tipo de pecado que cuando uno lo comete es difícil de aceptar, uno no anda por ahí diciendo: soy soberbio, soy arrogante, soy pedante, no es como decir soy perezoso, porque sería políticamente incorrecto.
¡Pucha! No puedo enumerar ejemplos de soberbia que dan vueltas en mi cabeza. Pero creo que basta con pensar el segundo que cualquier ser humano se siente superior a alguien porque tiene algo mejor, porque obtuvo alguna cosa primero, porque tiene fuerza física, porque tiene un tono más claro de piel, porque tiene ojos claros, porque habla español y no quechua, porque tiene dinero, porque tiene poder….. Dante los mete al fango.

lunes, junio 02, 2008

Pecados Capitales 3: LA PEREZA

O sea la flojera, el ocio. Visto como aquel pecado que nos llega a alejar de las obligaciones y responsabilidades que tenemos como seres humanos en la medida en que formamos parte de una sociedad y cumplimos un rol. Pero tampoco uno se va a dedicar frenéticamente a ello todo el día... tampoco, tampoco. Give me a break! Uno tiene sus derechos!
Sentir desgano, indiferencia con plena voluntad se oponen directamente a la solidaridad y a la caridad. Por algo dicen: la pereza es la madre de todos los vicios.
Y pregunto nuevamente ¿quién puede tirar la piedra piedra? Teresita de Calcuta y punto, porque de hecho, los seres vulgares y silvestres como tú y como yo encontramos un placer ENOOOOOOORME en quedarnos en calidad de bulto en nuestra cama o en nuestro sofá favorito acompañados de uno de estos grandes amigos o la TV o un buen libro, y pasarnos todo el día así…. Más allá del bien y del mal. El mundo se puede caer y nosotros nos dejamos envolver en los brazos de este “tan atractivo” pecado capital que ni siquiera lo consideramos lo que es… el pasaje directo a un lugar hiper caluroso.

Ojo, no confundir la pereza normalísima con la indolencia, es decir no ayudar por flojera, porque no provoca, porque no tenemos ganas de colaborar con los demás... "eso cansa" . Ahí es, cuando se vuelve totalmente condenable.