miércoles, diciembre 30, 2009

Cerrando el año con recomendaciones



En el último post de este año decidí simplemente decirles que...

A lo largo del año he ido recomendado varios libros y hablando de otros. Vienen tiempos un poco relajados con el verano y muchos nos podemos dar el lujo de leer un poco y disfrutar de un placer que cada vez más parece ir extinguiéndose.

Para cerrar el año les dejo ciertos recomendados - incluyo algunas relecturas- si es que todavía no le han metido el diente... como diría Quevedo:

1. Ella que todo lo tuvo. (Becerra)
2. La trilogía de Milenium. (Larrson)
3. La poesía de Benedetti (siempre).
4. Las viudas de los jueves. (Piñeiro)
5. La muerte lenta de Luciana B. (Martínez)
6. El factor humano. (Carlin)
7. Demasiados héroes. (Restrepo)
8. La guerra del fin del mundo. (MVLL)
9. El amor en los tiempos del cólera. (GGM)
10. Un mundo (Millás)
11. Memorias de una dama Roncagliolo)
12. La barrera del pudor (Simonetti)

¡Buenos vientos acompañen su 2010!

miércoles, diciembre 23, 2009

Un pasado común, un lugar en común...



Cuando uno se reúne con sus amigos de colegio –sobre todo si han transcurrido décadas desde que éste terminó- suele haber una suerte de memoria colectiva que lo que busca es reconstruir el pasado en común. Esta cantera de recuerdos casi siempre está llena de partes “oscuras” y divertidas en la que las risas se mezclan con ciertas reflexiones, que a la distancia, funcionan como filtros casi moralista de qué valientes o inconscientes fuimos de realizar ciertos actos irreverentes.


Ayer me reí a carcajadas, puesto que al reunirme con un grupo muy querido de compañeros de promoción con la excusa de ser Navidad –no les digo que esa fecha me persigue- quisimos compartir con la gran mayoría de los hijos escenas de nuestra vida anterior. Estos terminaron siendo testigos de historias que en su momento fueron incontables, que si nuestros padres se hubieran enterado estaríamos castigados de por vida y que por último, habrían generado una expulsión directa de nuestra Alma Mater por la puerta grande.


En ciertos momentos la adrenalina se apoderó de nosotros al ser capaces de recordar detalles de hace casi cuarenta años, piezas de un rompecabezas que se iban aportando: los libros que usábamos en primaria –This is our town-, las clases de Religión en la que nos hacían paporretear oraciones enormes para tomarnos después un oral en el que te sacaban 0 o te sacabas 20 –Oh Dios, principio supremo de todas las cosas derrama tu luz sobre mi inteligencia y aleja de ella las tinieblas del pecado y de la ignorancia…- , los agresiones físicas de ciertos “hermanos” porque en esa época no era mal visto: la letra con sangre entra. El hecho de que nuestros padres JAMAS se iban a aparecer en el colegio porque los profesores SIEMPRE tenían la razón… Experimentos volcánicos con gasolina que casi incendian una clase, una imitación de Grease en la que aterrizaba Andy Gibb (nada que ver), destripamiento de una rana, fugas –salida y entrada- para ir a la bodega, etcétera, etcétera, etcétera. Recuerdos que surgieron entre gritos, carcajadas, bromas y hasta por momentos agresiones cariñosas (sí es posible).


Reunión catártica, donde parecía que haciendo honra a un antiguo poeta español convocamos al presente esa lejana vida escolar: cualquier tiempo pasado fue mejor. Ayer pareció mejor, más que mejor: casi idílico porque claro… a la luz de la distancia la añoranza por lo vivido nos hace contemplar la vida desde la orilla actual: tiempos acelerados, materialistas, vivimos con miedo del futuro, con enormes responsabilidades, tratando de mantener el equilibro. No obstante, fuimos por un momento esos chiquillos que todos los 1eros de abril nos poníamos nuestro uniforme gris rata que hacía juego con el gris del cielo de Lima.

viernes, diciembre 18, 2009

De pavos, panetones y otras reflexiones


para las chicas que me engríen y ríen conmigo...
Me piden que comente una vez sobre mi especial devoción por la Navidad... ¡complicado! Ya he dicho todo lo que tenía que decir y expresado todo lo que tenía que expresar. Ser antinavideña es complicado en tiempos como estos. ser antinavideña es visto hasta como una malacrianza, como una ofensa, como un handicap porque SI me queda claro que la rara soy yo. Felizmente, JC es tan raro como yo entonces ya me siento en compañía.
I
A pesar de mi especial, singular y NULO espíritu navideño al final me dejo vencer por ciertos ritos inevitables y tampoco puedo zafarme del entrampamiento social que fechas como esta suponen. Intervengo en los intercambio de regalos, en los lonchecitos, en las comidas, hasta en los "cookie swap". Mientras la agenda laboral lo permita me doy el gusto, puesto que lo me encanta es estar con mis amigas y comer.

II
Yo me quejo del estrés navideño, del tráfico, de la locura de los regalos, de las correrías de las personas... No obstante, el otro día al salir de una tienda a la que le tengo especial cariño -me ahorro la publicidad porque no la necesita- me detuve a pensar en qué tal carga que tienen que sobrellevar los vendedores y todo aquel que tiene que ver con atender al público. Esas chicas, en especial, son la personificacion de la "santa paciencia y tolerancia". Viví 20 minutos de estrés realmente FUERTE causada una veintena de mujeres en unos 90 mts2 especialmente histéricas, intolerantes, impacientes e indecisas (por más lista previas que seguramente habrían hecho). Lo que más me chocó es con qué facilidad ciertas féminas son capaces de pasar por encima de la dignidad del otro y lo tratan como una suerte de siervo feudal cuyo DEBER es soportar el engreimiento y malacrianza. Agradece mamita que yo te pago tu sueldo y por ello has perdido tus derechos, parece decir la actitud que asumen. Las que atienden (las atienden) son unas campeonas en el estoicismo que soportan. Me saco el sombrero ante ellas porque de por sí el nivel de decibeles debe volar por encima del límite permitido en esta suerte de gallinero navideño metafórico donde las gallinitas compradoras caminan bien empechugadas haciendo gala extrema de su caché...Felizmente, f e l i z m e n t e que es Navidad y Jesucito está renaciendo en nuestros corazones -aunque en algunos no se note mucho- .
III
Debo reconocer que de la Navidad solo me gusta UNA cosa: la comida. Es increíble como se esmera la gente en preparar cuanta potaje se le ocurra y cada caloría ingerida me van convirtiendo en el lechón de centro de mesa con la manzana incluida. Viene a mi mente este apodo tan famoso: le dicen navidad... cara de pavo y cuerpo de panetón. No obstante, no nos damos cuenta de que todos caminamos hacia eso; se percibe al pavo entre los rostros de la gente abrumada por las comprar y el tráfico, y al panetón en los kilos ganados que se depositan en nuestro cuerpo esos días.

CODA
¿Se imaginan cómo engullirá sus navideños alimentos mi querido y bienamado Pavo Real de Cuádruple Pechuga? Tengo esta visión apocalíptica de verlo levantando una mesa enormemente larga e introduciendo en su boca toda su superficie con mantel y todo. Ahora que lo he visto últimamente ya no solo le ha crecido la enorme panza: por favor, fíjense en sus orejas... aunque sea un minuto: están ENORMES!!!! Se le debe ver lindo vestido de Papa Noel...¿no?

En fin... disfruten o no disfruten de la Navidad tengan a bien no perder la cabeza corriendo tras lo material y no hagan lo que NO quieran hacer.

lunes, diciembre 14, 2009

María se prepara para el verano


Comenzó el sufrimiento, y aunque los rayos del astro rey todavía no brillan en Lima con toda su plenitud María empieza torturarse en su preparación física y psicológica para el verano.

En este post compartiremos con ella(s) la larga lista de pendientes que tiene en su estival mochila y que cada año se vuelve más pesada:


1. Encontrar la ropa de baño (bikini, dos piezas, whatever) que le asiente, puesto que resulta casi antinatura ir a comprar dicho traje y con el color sushi que uno tiene los últimos días de noviembre o los primeros de diciembre todas, TODAS, TODAS las imperfecciones del cuerpo son patéticamente evidentes. Claro, si María fuera un poquito más inteligente entendería que se deberá comprárselo en abril puesto que el bronceado suele realizar ciertos milagros!


2. Demás hablar de las dietas, masajes, ejercicios y todo aquello que esté a mano para que esos, ESOS, ESOS kilazos extras desaparezcan por arte de magia. El jean invernal ha servido de faja y el monótono negro de su closet han ayudado a disimular esa figura que le devuelve el espejo cercanamente parecida al muñeco Michelín.


3. María maldice las fiestas, los intercambios de regalos, las comiditas, los lonchecitos navideños puesto que justamente sabotean todo el esfuerzo (inútil por cierto) que ella le pone al punto 2. Como diría alguien conocido... ta mare...!


4. Hay que cambiar de corte evidentemente estamos hablando de una zona complicada... Puesto que en el verano a María le queda bien claro que parte de su vello púbico pasa a ser público. Concluye que el estilo soldadesco es el indicado: de paso la balanza le indicará una disminución considerable de peso. Dios fue bien generoso con María en ese aspecto; diríamos inclusive: antojadizo.


5. María es consciente que ahora hay mil y un recursos para no llegar tan cruda a la playa. Se viene preparando de varias maneras. Toma betacaroteno en varias formas, pero lo único que ha logrado es tener las palmas de la mano color sobre de manila. Se echa crema autobronceadora a las piernas, pero la pobre es tan prolija que una pantorilla la tiene naranja con manchas beige y la otra la tiene blanca con otas naranjas... Imaginémos una suerte de dalmata en la gama de anaranjados.


¡Pobre María! No hay estación en la que más sufra que el verano a pesar de la alegría propia que el cielo azul representa.

viernes, diciembre 11, 2009

Como ayer... mejor que ayer

...y seguimos mirando hacia el mismo horizonte

Los seres humanos sufrimos muchos cambios durante nuestras vidas, y eso supone que como diría Pablo Milanés, “el amor no lo reflejo como ayer”. Y el ayer puede ser un punto lejano en el calendario, en donde en una perdida juventud el vendaval de lo irracional a veces se imponía sobre la sensatez. “El amor no se refleja como ayer” porque todo lo acumulado a través de los años va modificando nuestros sentires, nuestras opciones, nuestras elecciones y hasta nuestros gustos. “El amor puede reflejarse mejor que ayer” porque recapacitamos, porque nos criticamos, porque a pesar de todo, porque sin embargo, porque no obstante… somos capaces de amar tratando de darle al otro lo mejor que tengamos –aunque a veces el día venga con poco- y teniendo la sabiduría suficiente de no dejar que los nubarrones del entorno envenenen la esencia de lo verdadero.



(...)
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien
(Benedetti)



Amar a otro ser humano va más allá de todo lo escrito, más allá de toda la parafernalia materialista que se utiliza para demostrarlo, es un acto único y personal. De ahí, que se haya dicho, se diga y seguramente se seguirán diciendo miles de palabras sobre el tema dado que cada uno tiene una manera muy particular de vivir el amor. Suelen ser dos, los que comparten esa particularidad. Solo ellos pueden decir cuál es su concepto de amor.

lunes, diciembre 07, 2009

Las grietas de la vida

No sé por qué extraña razón, a veces leo novelas que coinciden irónicamente con la realidad. Claudia Piñeiro tiene la capacidad de reflejar la vida de forma tal que al meterme en el universo de su narrativa me da miedo pensar que ella se entera de algunas cosas que me pasan. Por ejemplo, cuando leí Elena sabe (www.enpuntomuerto.blogspot.com/2007/11/elena-sabe.html) el personaje central sufría de Parkinson -enfermedad que acabó con mi madre- y en ese entonces leer esta novela fue un sacudón.

Ahora cayó en mis manos Las grieta de Jara justamente cuando al lado de mi casa están construyendo un edificio y ello ha generado una larga grieta en la pared de la escalera. Empecé a leer la novela y claro, salté hasta el techo del susto...


No obstante, salvo esa coincidencia que termina siendo coyuntural, la novela se deja leer con mucha facilidad y de hecho tiene ciertos giros inesperados que la vuelven entretenida y ligera.


He aprendido muchos detalles de arquitectura, mucho de edificios y mucho también de cómo se puede metafóricamente establecer una correspondecia entre una construcción y el andar por la vida. Los seres humanos también construimos nuestros destinos, sembramos bases, tenemos columnas y de hecho, en ese proceso van a apareciendo grietas. Algunas ligeras, que se pueden subsanar. Otras, más profundas que implican realizar un trabajo más dedicado: picar y resanar, pulir y volver a pintar. Pero a veces aparecen unas que perjudican de tal manera la construcción que esta se vuelve inhabitable.


Lean la novela, vale la pena.

viernes, diciembre 04, 2009

De mascotas y otros detalles...


Una de las escenas que más me gustan de las películas infantiles, es aquella en "La noche de las narices frías" en la que se dice que muchas veces el individuo se mimetiza con su mascota y salían una imágenes maravillosas que tal vez muchos de los lectores recordarán con el mismo placer que yo.

Entre las vivencias infantiles, también recuerdo haber tenido un perro pastor alemán, dos perros chinos y un dálmata. Esfuerzos inútiles porque fueran educados y bien entrenados, pero guardo algunos recuerdos graciosos de ellos. Cuando mis hijos eran pequeños, Micaela tuvo peces -JC los termino cuidando-, todavía recuerdo sus dibujos que pretendían reflejar cómo jugaba con su mascota, cuando estaba en 2° grado y realmente me destornillo de risa porque hacía ese gesto que hacemos todo al imitar a Nemo, pero imagínenlo dibujado por una niña de 7 años... inolvidables o cómo tuvimos que desaparecer a un par por el water cuando sabe Dios cómo había saltado fuera de la pecera.... Alejandro siempre insistió gran parte de su infancia en tener un perro, y cuando estuvimos a punto de hacerlo, un episodio familiar se cruzó en el camino y "el pan se quemó en la puerta del horno"... cosas de la vida. Mis abuelos tenían canarios, recuerdo clarito cómo cantaban en la terraza y la jaula blanca en la que vivían. En lo personal, los bichos no me inquietan en lo absoluto, felizmente que JC y yo pensamos igual. Inclusive, alguna vez pronunció una frase del más fino humor negro que yo recuerdo con mucho cariño: ¿para qué vamos a tener un perro? ¿para hacerle "cariñito"?... pero si ya tenemos a los chicos...

Hoy que salí a caminar y vi la cantidad de gente que pasea a sus perros me percaté de algo. La elección de una raza va de acuerdo a los tiempos en que vivimos, y por ende, en esta época en la que la ciudad crece hacia arriba y los espacios verdes personales se van reduciendo, por lógica la mascota también lo hace. Por ello, predomina el scotch terrier, el chihuahua, el yorkshire, el poodle... y son los fieles amigos de sus perros que los sacan a pasear todas las mañanas, como cuando veo caminando a mi gran amigo Jorge Vega Veguita con su pastor alemán (raza que es la que más me gusta) y en este caso me pregunto: ¿quién pasea a quién? . Casi ya no se ven: doberman, bracos, dálmatas, mastines.... Tal vez por un tema de moda...

¿Para qué se tiene una mascota? ¿Tal vez porque como algún sabio refiere: el mejor amigo del hombre es su perro? ¿tal vez porque alguien tiene que hacerse cargo de los animales que el hombre ha logrado domesticar? ¿porque te cuidan? ¿porque es una buena terapia? ¿una buena compañía? Seguramente las respuestas serán innumerables y muy personales.

Yo admiro a la gente que tiene mascotas y convive con todo lo que ello implica. Para mí, es demasiado.

martes, diciembre 01, 2009

Un texto para compartir


para ustedes, mis alumnos, porque logramos cosas especiales
Llega a mis manos este soneto que verán al final del post, y me hace pensar en ciertas vivencias. Me sirve para confirmar una vez, que el no saber aprovechar lo que se tiene, el correr tras aquello que no es prioritario es una condición universal. El ser humano suele alimentarse de fantasías o apostar sus cartas a aquello que muchas veces no vale la pena. A la vez me queda claro que la vida nos da lecciones maravillosas y que en muchas ocasiones las aprendemos un poco tarde.

Trabajar con adolescentes a veces es triste. A pesar de que ellos se sienten incomprendidos, a veces los incomprendidos somos nosotros: las lecturas que hacen de nuestros mensajes son erróneas y terminan trastocando lo que queremos que entiendan en palabras erráticas. Inclusive, en esta loca carrera que tienen algunos por creer que lo pueden todo, que lo dominan todo, de vivir la ilusión que no necesitan a nadie y se bastan ellos mismos, desoyen palabras valiosas, ignoran gestos cariños y desconocen los límites que son necesarios para una convivencia pacífica y segura. A veces es triste trabajar con adolescentes puesto que uno ve, uno es testigo cercano de los errores que comenten y es imposible transmitirles aquello que nosotros ya vivimos, aquello que nosotros perdimos, aquello que nosotros recobramos.
La ley de la vida, nos enseña que ellos mismos deberán pues pasar por el camino, caer y levantarse, sufrir, llorar y esperar que las heridas se curen... si lo logran. Ellos mismos confirmarán que esta jornada no es fácil, confirmarán que tienen que mirarse por dentro para conocerse y ser capaces de aceptar sus limitaciones. Nosotros los adultos solamente observamos a la distancia, callamos sus desprecios, celebramos sus logros, compartimos sus tristezas y apretamos los labios al ver sus frustraciones.
Otro grupo parte a vivir la vida, otro grupo que llevo en el corazón.

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.


Francisco Luis Bernárdez