domingo, diciembre 30, 2012

Buen deseo

Creo que he hecho alguna reflexión parecida en el pasado (ya la conjugación verbal y la idea resultan redundantes). Pero así es el lenguaje.
Estoy leyendo, en el momento en el que escribo este post Dime quién eres de Julia Navarro. Hace días me la había comprado y entre las correcciones, el cierre del año, y todo lo que a una se le junta, no tenía tiempo para –como se dice- meterle diente.
No quiero comentar la novela, solo les adelanto que son 1079 páginas muy envolventes, entretenidas y llevaderas.
Mi reflexión se vincula a la confirmación de un sentimiento: leer te lleva a otra sintonía. Por motivos personales necesitaba una aireada cerebral, buscar que los pensamientos se diluyeran, se fueran, liberar la tensión acumulada y en vez de sentarme frente a la “caja boba” a ver una película que dura un par de horas… prefería (gran decisión) sucumbir en los brazos de una novela.
He pasado al menos cuatro horas leyendo, descansando el cerebro de la vorágine diaria. He disfrutado cada palabra, y lo sigo haciendo, puesto que ando por la página 300. Estoy feliz, relajada, cultivada.
En verdad, a riesgo de parecer idiota, no puedo entenderme cuando desperdicio tiempo dando vueltas inútiles a acciones o pensamientos que no llevan a ninguna parte. Revisar el Facebook, hacer zapping en la tele, entre otras que matan el tiempo tontamente. A riesgo de parecer arrogante, no puedo entender a la gente que no disfruta leyendo.
Un buen deseo para el 2013, engánchense con una buena novela y buenos vientos acompañen la aventura!!!
SALUD!!!

martes, diciembre 18, 2012

Terapia Navideña




 
Para Joel, porque es una maravillosa costumbre adquirida hace un año…


Mi querido colega Grinch:
Vi tu foto en Facebook lo suficientemente elocuente (titulada “I hate Christmas season”)  para sentarme ipso facto a escribir este post. Ya decía yo que me faltaba un chispazo de encendido para comunicarte cómo me siento en este periodo.
Te cuento que este año, curiosamente y por esos azares de la vida: yo estaré ahí y tú, estarás acá. Mis alumnos dirían: ¡inédito! Adjetivo que ahora se usa de una manera cotidiana, aunque sigue usándose el clásico y emotivo: ¡Asu! ¡Qué paja! En fin, después de esta mini reflexión lingüística paso a comentarte lo siguiente.
Yo había previsto que como tenía que ir al viejo continente a ver a mi primogénita por no desprotegerla del manto materno, tenía que aprovechar estas fiestas para empujarme doce horas meritorias de viaje. Qué mejor, pensé… estar el 24 volando sobre la superficie terrestre y pasar el famoso y vilipendiado -por nosotros- saludo navideño. Es decir, ir a medianoche por el aire y agarrarle el poto a Papa Noel. Aunque nos parezca ridícula su presencia en este hemisferio. No obstante, la eficacia de las líneas aéreas contribuyeron a hacerme una mala pasada, y resulta que abreviando la historia, tuve que cambiar mi vuelo para el 23.
De ahí que, como nuestra llegada a Barcelona no estaba diseñada de esta manera, el día 24 alguien tenía que darnos cobijo en Madrid, antes de tomar la conexión del día siguiente. Es decir, aunque la historia se aleje y pueda sonar blasfema, parecía casi casi como que buscando posada en Belén un 24 por la tarde porque no hay sitio en ningún lado. Debo destacar que mis grandes amigos los Zegarra, aceptaron sin pensarlo y no tienen precisamente un establo ni dormiremos en un pesebre (aunque fácil debo caber).  Son más generosos de lo que nadie puede imaginarse….
No obstante, se me había pasado un detalle: la dueña de casa es literalmente NAVIDEÑA!!!!!! Entonces, si amor con amor se paga… no me quedó más que iniciar una terapia PRO-natale al máximo. Aquí te paso mi estrategia puesto que me he convencido que no le puedo fallar, le he prometido que depondré mi espíritu Grinch, traicionando la causa, pero a veces la generosidad del prójimo supone una dosis de sacrificio.
1.    Todas las mañana al prepararme un café bien cargado escucho “Los Toribianitos”: Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan qué buenas me traen y junto con Vamos pastores, vamos… el café trata de hacer su trabajo correspondiente. A veces me ayudo con un Gravol.
2.    He comprado en Wong un ambientador con Aromas Navideños y en el corredor de mi nueva morada, lo echo cada vez que llego del trabajo. La mezcla de olor a pino, canela, panetón y caca de reno es maravillosa y entra por mis fosas nasales como no tienes idea.
3.    Me estoy poniendo todos los días una prenda roja o verde. Con mi tamaño parezco duende navideño pero paso piola, a veces es el calzón y nadie se da cuenta. Ojo que me lo cambio todos los días.
4.    He comprado un gorro de polar de I LOVE Xmas y rescatado del olvido unas botas decorativas de lana que tejió mi madre para usarlas en el avión mientras duermo parte del trayecto.
5.    Estoy usando aretes de borla que cuelgan de mis pallares, mismo árbol navideño y cuando estoy sola me pongo una vincha con una estrella dorada. Es lo máximo porque puedo pasar como una princesa si quiero, o si no… un bonsái decorado.
Creo que con todos estos ejercicios espirituales será suficiente. Me han amenazado con dormir afuera si no me porto bien, o sea que tampoco quiero morir congelada en un jardín madrileño. Dentro me espera una familia maravillosa, varios Grinchs camuflados, y una dueña de casa de raíces peruano-austriaca que ama la Navidad de forma admirable. Esta vez, me mimetizo.
¡Feliz Navidad y que en Limalandia los vientos te sean propicios!

viernes, diciembre 14, 2012

En defensa de Coquito y algo más


Hace poco más de un mes y tomando como escenario la " Feria del Libro Ricardo Palma" que todos los años organiza la Municipalidad de Miraflores, la revista Ellos &  Ellas que publica Caretas hizo una encuesta a algunos “famosos” para preguntarle qué estaban leyendo. No sé si pensar que fueron escogidos por ser líderes de opinión, o por estar de moda, o por el buen cuerpo (derriere para ser precisa) que se manejan…

Me he quedado FASCINADA con las respuestas. Destaca una en particular (no diré nombre) que dice que no lee nada, que no tiene el hábito lector y que a lo más leería Coquito y Condorito. Es decir Plop! No me parece justo colocar en el mismo nivel a nuestro valorado Coquito (digan lo que digan mis colegas pedagogas) que ha sido el libro de cabecera de varias generaciones. El consabido Mi mamá me ama nos ha hecho leer a todos. Amo a mi mamá también. Aunque a veces esa frase no era tan honesta que digamos. Coquito era mi héroe. No sé quién michi sería este crío, y de dónde se le ocurrió a alguien bautizarlo así. Pero palmas para él.
Que no me lo subestimen a mi Coquito, yo lo amaba y encima cuando jugábamos al colegio con la pizarra que tenía un ábaco en la parte de arriba, el Coquito era el rey.

Cuando hablo de ese texto, mi mente enlaza automáticamente con otros. En pleno gobierno militar en donde la Enciclopedia Venciendo era La Ley. Todo en uno. Desde los catorce incas (¿o eran doce?) hasta cómo se hace una Esquela. El Atlas de Bruño era inigualable, lástima que se fue al cacho con la caída de la URSS.

No puedo dejar de comentar que en esa misma encuesta alguien comenta que está leyendo La sombra del viento (Carlos Ruiz Zafón, el autor por siaca) hace seis meses… “pero tiene 600 páginas” dice justificándose. O sea haciendo un cálculo… tres páginas diarias. Cada uno tiene sus tiempos… qué les puedo decir.

Si alguno de mis alumnos lee esto… chicos: ustedes son mis héroes! Y sin saber qué es Coquito...

martes, diciembre 11, 2012

Treinta años después

Habia escrito todo un post para el día de hoy pero lo borré. No encontraba la palabra justa, la oración adecuada, la brújula para organizar mis ideas.

Pero mejor comparto un poema de amor y lo dedico a aquel hombre que me ha acompañado (hoy) hace treinta años. Al hombre que ha soportado mis locuras, mis silencios, mis angustias, mis alegrías, mi inseguridad, mis desbalances y que me da el aliento necesario para la jornada. El fan de mis proyectos, mi promotor, mi empuje. Hace treinta años nos embarcamos en este complicado asunto de enamorarnos, y seguimos embarcados en el mismo asunto complicado.

Disculpará la audiencia: tengo que hacer este homenaje. JC se lo merece, con creces. Varias de las canas que luce hoy, son mías.


Si no fuera porque tus ojos tienen color de luna,
de día con arcilla, con trabajo, con fuego,
y aprisionada tienes la agilidad del aire,
si no fuera porque eres una semana de ámbar,
si no fuera porque eres el momento amarillo
en que el otoño sube por las enredaderas
y eres aún el pan que la luna fragante
elabora paseando su harina por el cielo,
¡oh, bienamado, yo no te amaría!
En tu abrazo yo abrazo lo que existe,
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,
y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.