Es de noche, y veo los resultados de la primera vuelta de las Elecciones Presidenciales... no sé por qué me vinieron a la cabeza unas palabras leídas y releídas varias veces a lo largo de mis años de docencia en "El zorro de arriba y el zorro de abajo". A la vez, palabras más actuales, el discurso de Vargas LLosa en la Ceremonia de Premiación del Nobel... De ambos les recuerdo un par de fragmentos. Si no los han leído nunca, háganlo: creo que vale la pena.
Vale la pena reflexionar sobre ellos, con ellos...
"Despidan en mí un tiempo del Perú. He sido feliz en mis llantos y lanzasos, porque fueron por el Perú; he sido feliz con mis insuficiencias porque sentía el Perú en quechua y en castellano. Y el Perú ¿qué? todas las naturalezas del mundo en su territorio, casi todas las clases de hombres. (...) Y ese país en que están todas las clases de hombres y naturalezas yo lo dejo mientras hierve con las fuerzas de tantas sustancias diferentes que se revuelven para transformarse al cabo de una lucha sangrienta de siglos que ha empezado a romper, de veras, los hierros y tinieblas con que los tenían separados, sofrenándose. Despidan en mí un tiempo del Perú cuyas raíces estarán siempre chupando jugo de la tierra para alimentar a los que viven en nuestra patria, en la que cualquier hombre no engrilletado y embrutecido por el egoísmo puede vivir, feliz todas las patrias." JMA
"Un compatriota mío, José María Arguedas, llamó al Perú el país de “Todas las sangres”. No creo que haya fórmula que lo defina mejor. Eso somos y eso llevamos dentro todos los peruanos, nos guste o no: una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de los cuatro puntos cardinales. A mí me enorgullece sentirme heredero de las culturas prehispánicas que fabricaron los tejidos y mantos de plumas de Nazca y Paracas y los ceramios mochicas o incas que se exhiben en los mejores muscos del mundo, de los constructores de Machu Picchu, el Gran Chimú, Chan Chan, Kuelap, Sipán, las huacas de La Bruja y del Sol y de la Luna, y de los españoles que, con sus alforjas, espadas y caballos, trajeron al Perú a Grecia, Roma (...). Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú, como el Aleph de Borges, es en pequeño formato el mundo entero. ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas!" MVLL
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