Querido Papá Noel:
Sé que te sorprenderá que te escriba dado que no soy una
fanática de la Navidad… pero así son las cosas. Han pasado muchas lunas desde
que era una niña y te pedí una muñeca que nunca me trajiste y por esa razón
decidí no hacerlo más.
Sin embargo, al llegar a los cincuenta años me di cuenta que
podría hacerte unos pequeños pedidos no muy complicados de cumplir y mejor
hacerlo ya, porque la Navidad (mi celebración
desfavorita) está a la vuelta del mes.
Por lo tanto, ahí vamos:
1.
Poner “coma temporal” a Los Toribianitos, estos
niños infames que me taladran el cerebro doquier. Huelgan motivos de mi
explicación y fíjate que no estoy siendo cruel porque los puedes despertar
cuando consideres necesario para no perturbar la paz mundial.
2.
Consígueme un Panetón y una mantequilla que
pueda ingerir ilimitadamente sin temor a que se instalen en mi cadera para
siempre. Ha llegado un rollo que por nada del mundo quiere irse y la verdad es
que veo que es angurriento y quiere “más, más y más”.
3.
Explícales a los encargados de las estrategias
comerciales que el espíritu navideño arranca a finales de noviembre, porque
este año han exagerado: le han quitado al Señor de los Milagros la exclusividad
de octubre: no es justo! Esto tener que elegir entre el morado y el rojo/verde
es un problema.
4.
Recuérdale a los padres que los niños se
conforman con regalos sencillos, que no pueden darle todo y peor aún, lo que
ellos nunca recibieron (o les gustaría haber recibido). Una pelota, una muñeca
y UN LIBRO –objeto en desuso, por cierto- bastan para una Navidad feliz. Los niños engreídos de hoy son los adolescentes soberbios de mañana...
5.
Dile a mi mamá que, en honor a ella, les sigo
entregando a mis hijos sus regalos en las bolsas de tela que ella cosió con
tanto afán cuando eran niños y que siempre incluyo la clásica pijama
o su toalla de playa: “un must”
6.
Este pedido muestra mi generosidad. Déjales a
todos los congresistas un “Neuronalímetro”
para que soplen y de acuerdo a su nivel no circulen por favor. Concordarás
conmigo que es una idea inteligente. Tolerancia CERO, te lo imploro.
Papa Noel, sé que me he portado lo mejor posible en este
año. Soy consciente que hay habido cosas buenas y otras, no tanto. No obstante,
la vida es así. Me quedo con lo bueno, con lo súper bueno y enormemente
agradecida por este 2013 que vino con todo, como quien dice.
Aunque no lo creas, prometo recibirte con árbol nuevo y
aunque San José se quedó manquito en la mudanza (o con su sierra de carpintero)
el nacimiento que acompañó mi infancia y la de mis hijos estará en una mesa de
mi hogar. Recuerda que la Navidad pasada la vida nos llevó a un continente
diferente, y si pasaste… éramos no habidos. Acuérdate también que nos hemos
mudado, estamos en un sexto piso por lo que puedes, desde el trineo, tirar al
aire los encargos. Si te quieres adelantar, estaré viendo como todos los años “Love actually ” con Micaela y ahora también una película que me acaban de regalar mis
amigos Beatriz y Jorge: “The Grinch stole Christmas”.
¡Suerte! y no le hagas caso a los niños pedigüeños y llorones.
Mantente firme con los que no han cumplido sus promesas porque si no, los vas a
malcriar.
Jo jo jo!
Claudia, la pequeña grinch...
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