lunes, junio 21, 2010

La torre de Babel



Ya conté alguna vez que soy una fan futbolera, y de hecho el Mundial es una fascinación. Con pena no puedo ver mucho porque los horarios se cruzan con el trabajo, pero en fin: se hace lo que se puede.
Uno de los aspectos fascinantes que siempre me ha llamado la atención es la comunicación que tienen los jugadores en la cancha. La variedad lingüística es fascinante y claro, cuando tienen que intercambiar palabras además de patadas, codazos, escupitajos y demás… es ahí donde detengo mi atención.

Cuando un jugador se pierde un gol la cámara lo enfoca, si conocemos el idioma podremos leer en sus labios el consabido: ¡Puta madre! O sus variaciones locales, pero en cualquier caso todos involucran a la puta y a la madre. En los idiomas que me son totalmente desconocidos, deducir lo que dice me lleva a callejón sin salida, pero la expresión fácil es suficiente para entender que también invocaron a sus mamitas o a las “cuatroletras”.

Ahora bien, lo más fascinante es cuando los jugadores discuten con el árbitro y, salvo las palabras universales futboleras, no entienden ni pío de lo que dice uno y de lo que dice el otro. En esta Torre de Babel el lenguaje corporal es básico aunque igualmente no es del todo universal.
Pero así es el fútbol!

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