jueves, diciembre 16, 2010

...para ti, en esta etapa que termina


¿Podríamos ir hacia atrás y quedarnos en el momento en que estuviste en mi brazos por primera vez? Un pequeño que se había adelantado para llegar a la vida, que desde un primer momento inquieto dentro de mi panza, estabas ansioso por salir; ansioso por abrazar todo con los brazos y devorar el mundo de un bocado; curioso e inquisidor, atento y analítico, arriesgado a más no poder. Un ser que por momentos ha tenido a sus padres en la angustia de verlo caminar pegado al borde del precipicio.

Ahora, sales de la órbita, esa en la que hemos girado juntos sin estar revueltos y el miedo me inunda de nuevo, la lejanía, el tener angustia de sentir que ahora sí emprendes realmente un rumbo mucho más lejano, fuera de mi entorno, afuera: en otro lugar... donde yo no sé nada, donde no conozco nada.

Ya lo dije alguna vez: no obstante duele confirmar lo sabiamente dicho por Khalil Gibran: Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Porque efectivamente, nuestros hijos no nos pertenecen, aunque sea lo que deseamos. Sólo somos instrumentos para echarlos a la vida y para darles (aunque nos equivoquemos a cada rato) las herramientas suficientes para que puedan ser felices a su manera.

¿Podríamos ir hacia atrás, en el tiempo en que tomabas mi rostro y me decías mami linda y con tus manitas melosas me apretabas las mejillas? Recuerdo imborrable que como sello lacrado guardaré para siempre en mi corazón. Echa vuelo, y ahora abraza al mundo con toda la energía que te sale por los poros, cáete, golpéate y vuelve a emprender la larga jornada que te espera por delante.

Tienes un valor innato que no debes desperdiciar, y te guste o no es una responsabilidad más grande de la que tú mismo crees.

Alejandro, te amo y me siento cada vez más orgullosa de ser conocida como la mamá de Chorri...

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena canebo!!! Alas y buen viento...
FP