Ahora, sales de la órbita, esa en la que hemos girado juntos sin estar revueltos y el miedo me inunda de nuevo, la lejanía, el tener angustia de sentir que ahora sí emprendes realmente un rumbo mucho más lejano, fuera de mi entorno, afuera: en otro lugar... donde yo no sé nada, donde no conozco nada.
Ya lo dije alguna vez: no obstante duele confirmar lo sabiamente dicho por Khalil Gibran: Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Porque efectivamente, nuestros hijos no nos pertenecen, aunque sea lo que deseamos. Sólo somos instrumentos para echarlos a la vida y para darles (aunque nos equivoquemos a cada rato) las herramientas suficientes para que puedan ser felices a su manera.
¿Podríamos ir hacia atrás, en el tiempo en que tomabas mi rostro y me decías mami linda y con tus manitas melosas me apretabas las mejillas? Recuerdo imborrable que como sello lacrado guardaré para siempre en mi corazón. Echa vuelo, y ahora abraza al mundo con toda la energía que te sale por los poros, cáete, golpéate y vuelve a emprender la larga jornada que te espera por delante.
Tienes un valor innato que no debes desperdiciar, y te guste o no es una responsabilidad más grande de la que tú mismo crees.
Alejandro, te amo y me siento cada vez más orgullosa de ser conocida como la mamá de Chorri...
1 comentario:
buena canebo!!! Alas y buen viento...
FP
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