Hay límites que definitivamente cuesta establecer, y no estoy hablando de límites de disciplina ni de nada que se le parezca. Límites que son casi invisibles, límites que se confunden con el deber y el amor. Esos límites son bien confusos para quienes somos padres, porque me queda claro una vez y otra vez: somos, en una gran parte, artífices de lo que nuestros hijos muestran en el día a día. Una de las cosas que me llama la atención hace años, por ejemplo, es la falta de cortesía de los chicos. Ceder asiento, dejar pasar al adulto primero, saludar, decir gracias, pedir por favor. Las reglas básicas de convivencia, que no tiene por qué llegar a los niveles de nuestro recordado Carreño van desapareciendo para dejar lugar a la prepotencia y malacrianza (gran palabra, por cierto). Llama la atención ahora, esos detalles de alumnos que saben decir: buenos días y gracias. Detalle que el otro día señalaba una colega: ¿alguna vez han contado cuántos alumnos los saludan cuando se cruzan en la mañana con ustedes en el patio? Reflexión inmediata: saludarán a sus padres al levantarse, al acostarse, agradecerán el desayuno en casa, a quien les ordena el cuarto, el regalo, el dinero.... No... tenemos una generación que EN SU MAYORIA sienten que se lo merecen todo, que aquello que tiene cae del cielo y por tanto... no tiene valor. Del mismo modo, tampoco entonces tienen valor aquellas personas que están aldedor suyo y que merecen ciertas actitudes de cortesía mínima. En el grupo social al que pertenece un gran grupo de ustedes, lectores, recordamos todavía las lecciones de Barney y sus "good manners"... y seguramente insistimos mucho en que nuestros hijos replicaran como letanías el por favor, el gracias y los buenos días... Y seguramente, los que leen esto no tienen problemas con sus hijos en esos aspectos... ¿Cómo haríamos? Porque de hecho, Carreño y de paso Frida Holler se cortarían las venas...
2 comentarios:
Hola Claudia!! Me parece muy interesante tú blog. Escribir lo que uno siente. Es algo muy difícil de hacer. Sobretodo con los paradigmas en que se vive en esta sociedad.
Con respecto a este artículo. Tienes mucha razón. Se perdieron muchos valores. Valores que los únicos que los podemos inculcar somos nosotros los padres. Lamentablemente la mayoría de los padres se quejan porque en la Escuela/colegio no se los enseñan, algo muy lejano de la realidad. Creo que la competencia por tener cada día más (los padres) y estar en todas, (fuera de casa) ha hecho que se descuide mucho lo más importante: EL RESPETO A LOS HIJOS COMO PERSONAS.
EL PREGUNTARLES ¿CÓMO TE FUE? Escuchandolos atentamente.
No como algo teorico que hay que hacer.
Yo soy Madre de dos hijos (hombre de 24) (mujer de 19) y aunque aveces chocamos en algunos aspectos... ELLOS SIEMPRE DICEN: Gracias por los padres que tengo!! "Después de ver tanto entre mis amigos" y "escuchar como hablan de sus padres"...
Sabes mamá creo que tienen razón... ¡Nunca encuentran a sus papis como nosotros los encontramos a ustedes!
Un gran beso!!!!
Ana María
www.anamariabalarezo.blogspot.com
Cómo educará esta generación aludida a sus hijos???? Qué miedo!!
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