En los más de veinte años de labor docente he tenido la suerte de escuchar todo tipo de frases. Algunas felices, algunas infelices, algunas desastrosas, algunas inclusive irrespetuosas y ofensivas. Entiéndase como “tipo” la tercera acepción del Diccionario de la Real Academia Española: m. Clase, índole, naturaleza de las cosas.
Los que lean estas líneas y hayan trabajado alguna vez en una academia preuniversitaria recordarán frases célebres y típicas de padres (más que madres) enfadados que solían ser: “yo pago para que mi hijo ingrese”. Lapidarias palabras que implicaban, en la mayoría de los casos, un conocimiento real del nivel de compromiso del hijo en cuestión, de la base académica con la que la criatura llegaba a su preparación para el famoso y temido “examen de ingreso” o tal vez, el capricho del padre que tenía decidido el destino de su descendencia.
Es predecible coleccionar frases “maravillosas” cuando el profesor cuestiona el rol de los padres directa o indirectamente. Se puede esperar comentarios que encierran un agradecimiento por el consejo –en el caso ideal- pero hay otras que en estos años he recogido al vuelo o recibidas directamente que caen como escupitajo en la cara “es que como no puede ser más que una profesora…”
No obstante, hay otro tipo de frases maravillosas en su realidad, metafóricas, directas, sentimentales, honestas, crudas… simplemente un “boccato di cardinale”. Tengo en mi memoria dos linduras. Una por práctica y otra por idealista. Las comparto con ustedes con la libertad de mantener el anonimato de quienes me las regalaron. Además, como bien dice el dicho: uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice.
Frase 1: "A mi hijo/a yo le he dicho que hay dos decisiones fundamentales en la vida: la profesión que eliges y con quién te casas. Si te falla una, te quedas con la otra." Yo agregaría que si te fallan las dos...te jodiste. Esta persona es muy sabia puesto que ambas son decisiones que no se tomar al azar, o en todo caso si dudas de alguna en algún momento aférrate y desarróllate en la otra lo más que pueda. Son opciones en las que no solamente se piensan, sino que además debe haber una pasión de por medio. Cuando en el matrimonio se pierde la pasión, mucho terminan divorciándose o manteniendo un status quo aburrido y rutinario. Si en el trabajo se pierde la pasión es peor, sí creo que es peor... puesto que mantienes un vínculo de dependecnia estrictamente material. Al esposo/a hasta lo puedes evitar, ignorar... en el trabajo, ¿qué evitas, qué ignoras?
Frase 2: "Solo quiero para mi hijo/a dejarle una cabeza bien amoblada y un corazón lleno de amor..” ¿Qué más puedo decir? Solo desear que más padres piensen así. Escoger bien esos muebles, lo justo y necesario. Darles también la libertad de poder escoger ellos sus muebles, porque a veces se puede ser impositivo sin querer serlo. Hay que hilar muy fino para que eso funcione. Ni minimalista ni sobrerecargado. La frase per se es preciosa y altruista. Pero hay que tomarla con pinzas si lo vemos en lo quasi literal.
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