miércoles, enero 23, 2013

La importancia del "borrador"


Como he indicado en el post anterior, la escultura es algo que me encanta. La clásica especialmente. No obstante soy una amante de la pintura, pasando por los antiguos lienzos hasta artistas contemporáneos de primera calidad. Creación pura, imaginación, trabajo arduo, capacidad de combinación… ¡Qué envidia!

Tuve la suerte de ver la exposición de “El joven Van Dyck” que –una ayudita por si no se acuerdan- fue alumno y amigo de Rubens, principios del siglo xvii. Destacan en él, principalmente, los retratos.

La muestra recogía más de cincuenta cuadros. Maravillosos, totalmente empapados de Renacimiento/Manierismo. Sin embargo, sin minimizar lo que vi debo confesar que una de las cosas más me llamó  la atención fueron los bocetos. Al lado de varias imágenes, habían colocado los “estudios” o bocetos que el pintor realizó en el proceso de culminar su obra.

Me encantó ver la génesis del cuadro, del carboncillo al óleo, del borrador a la obra, del cerebro al lienzo. Inclusive, se mostraban dos cuadros (pintados en etapas diferentes desde luego) sobre el mismo tema en que se percibían variaciones importantes: la ausencia de un personaje, la posición de una determinada extremidad, un gesto del rostro, entre otros.

Cuántos de esos bocetos, de cualquier pintor de cualquier época, acabaron en la basura. Sin pensar en lo absoluto que ESE primer producto es sumamente valioso. Al menos, para mí.

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