Después de haber estado tres semanas fuera de mi ciudad,
seguramente muchos esperarán que haga una crónica de la aventura que ello
supuso. No obstante, me resulta complicado resumir 21 días en un post y
doblemente complicado hacer una suerte de cuaderno de bitácora para ir contando
qué es lo que viví en cada lugar. De ahí que haya decidido hacer una muestra de
lo que he considerado impactante, aquello que logró estremecerme por encima de
lo esperado.
Los he colocado en una suerte de ranking… aunque podría
empatar un par.
Arte greco-romano:
no crean que llegué hasta Atenas… No obstante ese es un trabajo que me
resolvieron los museos. El arte siempre me ha atraído, pero me ha llamado la
atención por encima de la pintura clásica (que me parece espectacular) la
escultura. Estos señores eran unos capos y una cosa es con guitarra y otra con
cajón. Con los pocos elementos (tecnología que le llaman) que ellos tenían, son
unos maestros en sacarle ESAS formas al mármol. Desde Grecia antigua hasta el
Renacimiento italiano. Fascinación total, verlo en vivo y en directo.
Bóvedas y bóvedas:
Es complicado hacer turismo mirando hacia arriba. Yo acabé con dolor de cuello.
Qué fascinación por los techos, por favor! Me he preguntado: sería porque estos
estaban más cerca de Dios? Sería porque era una obligación mirar al cielo? Sería
que la gente pasaba más tiempo echado? O qué?
Nacho, el mozo escritor:
En Año Nuevo, junto con nuestras grandes compañeras de viaje (Patti y Raquel)
decidimos que como los chicos se iban a Plaza Cataluña a recibir el nuevo año,
nosotros iríamos a cenar a algún lugar con un plan más tranquilo. En el Hotel
nos recomendaron “De Ville”, un restaurant que estaba a pocas cuadras para ir
caminando. Juan Carlos, al darse cuenta de que era argentino (era re-obvio) le
preguntó que cómo así estaba en BCN y nos empezó a contar que era escritor y su
esposa pintora. Ya se imaginan con quién terminó hablando casi toda la noche….
Qué gusto me dio conocer a un joven lleno de proyectos concretos, entusiasmado por el arte de escribir, luchador y con buena onda para hacer las cosas. Increíble! Lo más increíble fue que era de la misma Provincia de mi amiga María
de los Ángeles Buceta con quien he tenido la suerte de hacer el Blog “Embriagados
de Literatura” en el que nuestros alumnos de Perú y Argentina intercambian
comentarios literarios.
La Torre Eiffel a las
11 pm vista desde abajo: Impactante. La verdad es que no me lo imaginé. Yo
era un poco escéptica a la fama de esta construcción y si bien, siempre he
creído que a veces ciertos lugares turísticos reciben una valoración
sobredimensionada, debo decirles que me tragué mis palabras. Estando al lado de
una de las bases, levantar la vista es increíble. Las toneladas de fierro
iluminado sobre mi pequeñez… me hicieron
sentir más pequeña todavía. Solo pude mirar dos veces, en el tercer intento
tuve un vahído… demasiada emoción.
La convivencia: El
viaje tuvo dos partes. Los primeros 10 días éramos seis, nosotros cuatro y las
Voss Carcelén. Los viajes en grupo tienen sus riesgos. O son exitosos o son un
desastre. Cada uno tiene su “timming”
sus gustos, sus costumbres. En la primera parte fuimos seis adultos que nos
juntamos con mucho cariño, tolerancia y sobre todo, sinceridad. Si alguien no
quería incluirse en el plan, pues no lo hacía. Conclusión: un éxito. Cuando nos despedimos de las Voss, buscamos un
punto medio. Estoy totalmente consciente y agradecida de que en la mayoría de
situaciones los “puntos medios” trataron de inclinarse a mi favor. He sentido
que todos buscaron “mi bien” antes que la de ellos mismos. Conclusión: feliz!!!
5*****
La Catedral de Santa
María del Mar. Hace algunos años, mi gran amigo Hernán Lanzara me prestó la
novela “La Catedral del Mar”, en ella se contaba la gran empresa de su
construcción durante la Edad Media. Desde que la leí soñaba con conocerla
puesto que en el viaje anterior no lo había hecho (y el libro no se había
escrito). El 25 de diciembre, Micaela nos llevó. La Catedral que se ubica en el
Barrio Gótico estaba cerrada, mucha gente alrededor (al igual que yo esperaba
que la abrieran, cosa que no pasó). Mientras tanto, de la mano de Juan Carlos
empecé a mirar la fachada y poco a poco, me fue invadiendo un sentimiento de
ansiedad, felicidad, melancolía, tristeza y alegría. Pensé mucho en mi mamá… en
la felicidad de tener a un hombre enormemente bueno a mi lado, en mis hijos, en
las personas que me quieren bien y me aceptan como soy, y en plena calle las
lágrimas empezaron a caer en mis mejillas. Me abracé a Juan Carlos y sin vergüenza ahí mismo me dejé llevar por la emoción. Me sentía bien, muy bien.
1 comentario:
Yo también he leído "La Catedral del Mar" y me encantó! Desde que la leí he soñado con conocerla. Espero que algún día pueda ir y que sea una experiencia tan linda y emocionante como la tuya! Te mando un beso enorme!! Francesca Lavaggi
Publicar un comentario