miércoles, junio 26, 2013

Doña Flor existe


Doña Flor nació fuera de este mundo. Desde que la conocí parecía que vivía en otra dimensión, una dimensión desconocida para mí. Su sensibilidad, su practicidad admirable y su forma directa de ser parecían a veces hasta agresivas.

Doña Flor tuvo un marido, un hombre que caminó a su lado por décadas fundamentales en su vida. Un hombre con el que tuvo dos hijos, un hombre con el que conoció el placer, la risa, la complicidad, el juego. Un marido con el que recorrió el mundo, un hombre con el que devoró el mejor de los manjares en mesas elegantes y las comidas más humildes en un pueblito olvidado por la tecnología. Tuvo un marido que un día,  por culpa de esos juegos crudos en que los dioses deciden burlarse de los humanos, dejó de serlo.

Doña Flor, ha ido por el mundo como una persona que no se adecuaba fácilmente a lo que la sociedad quería imponerle. Libre en su estilo de vida, original en su forma de ser, sensible, respetuosa, adelantada e intimista en su faceta artística.

Doña Flor ama el Amor, y cuando el marido dejo de serlo, recuperó un viejo amigo que paso a ser un cuasi marido. Recatado y minimalista, con sus propios errores y heridas de guerra. La ama, la admira, la desea y de vez en cuando la luce. Sí, la luce porque ella es lucible, llega a una habitación y la llena completamente.

Todos los días Doña Flor, habla con el marido que dejó de serlo. Dos veces por semana almuerza con el marido que dejó de serlo. Casi todas las noches se entrega al sueño en los brazos del cuasi marido y al día siguiente le consulta todas sus finanzas al marido que dejó de serlo. Se abandona al amor del cuasi marido y confiesa sus dudas existenciales con el que dejó de serlo.

Doña Flor acoge al que dejó de serlo, da alimento y consejo al que dejó de serlo, la puerta de la casa que compartieron siempre está abierta al que dejó de serlo. Aunque ya no tenga la llave.

Doña Flor es compañera incansable del cuasi marido, da vueltas al mundo con el cuasi marido, ama intensamente al cuasi marido. Cree en él.

Doña Flor obviamente tiene dos maridos. Lo hace posible. Es generosa y vive en otra dimensión.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Doña Flor, en mi humilde concepto, es una mujer sabia que ha sabido manejar bien sus amores, sus vínculos y por supuesto ... sus compañeros!

¡Falta la foto!