Estoy haciendo, hace meses atrás, una dieta
complicada. He recortado a la mínima expresión mi consumo de Facebook. Me siento ligera de equipaje. Es personal, es
como tener el colesterol alto y dejar de consumir tanta grasa.
Pero resulta que llamó mi atención una
cadena/reto vinculados a tirarse un balde de hielo y etcétera. La brújula se
rompió, el objetivo del asunto –en mi humilde opinión- se convirtió en joda más
que en compromiso.
A la fecha me han llegado tres
retos/cadenas. Y desde ya les digo a los retadores que no voy a poner la
información en mi muro desafiando a otros. Me reservo este derecho. Mi amiga
Elena (retada al igual que yo) diría: no
tengo tiempo para cojudeces. Sincera.
Yo tomo ese tiempo para realizar una
reflexión al respecto.
Empecemos por la definición literal de la
palabra reto: a) provocación o citación al duelo o desafío. b) acción de amenazar. c) objetivo o empeño difícil de llevar a cabo,
y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta.
A ver…
¿Es un desafío? No creo.
¿Me está amenazando? No creo.
¿Es difícil de hacer? No creo.
Buscamos, entonces, ¿compartir lo bueno que nos pasa, lo bueno que
tenemos, las frases altruistas que conforman nuestro “ventiuncálogo” (7 x 3)
particular? Chévere, felicito y me congratulo con las personas que las tienen a
mano o efectivamente, como diría Elena: tienen tiempo para hacerlo (ahí no más
lo dejo). Válido también que tengan la intención de poner cosas lindas en el
Fcb porque ya a veces, se llena de críticas, malas vibrar, competencias soterradas (cito a otra amiga), stockeadas maleadas (cito a un alumno) y bla, bla, bla. Pero al
final del día uno es dueño de su muro y cuelga lo que le da su reverenda gana.
Y ahora ¿a dónde voy con todo esto? A un punto concreto. Hay un desafío –obviando
la definición del DRAE- que me gustó, y después de algunos días tomé la
decisión de contestarlo a mi manera. Me pidieron una lista de los libros que pudiera
vincular con el alma, el amor, la amistad, la reflexión y el refugio.
No es un decálogo como contemplaba el desafío, mejor es una docena. Igual me
quedo corta.
- · Ana Karenina (León Tolstoi)
- · Los miserables (Víctor Hugo)
- · Inventario (Mario Benedetti)
- · La soledad de los números primos (Paolo Giordano)
- · El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Márquez)
- · Conversación en La Catedral (Mario Vargas Llosa)
- · Edipo Rey (Sófocles)
- · La invención del amor (José Ovejero)
- · El corazón del tártaro (Rosa Montero)
- · Sonetos (Garcilaso de la Vega)
- · La vida es sueño (Calderón de la Barca)
No hay Facebook, directamente. He hecho un giro. No desafío a
nadie. Solo sugiero que, quien lea este post, piense en algún libro que le tocó la
fibra.
Chau.
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