miércoles, septiembre 03, 2014

Saber decir NO

No sé si es nuestra sociedad, nuestra idiosincrasia peruana o qué. Pero lo cierto es que seguimos teniendo miedo a decir que no. Ojo, no tiene nada que ver con quejarnos cuando nos mandan a hacer algo que se contempla dentro de nuestras responsabilidades y aunque nos disguste, carezcamos de tiempo tenemos que hacerlo.

Decir NO, es simplemente dar un mensaje directo. No quiero hacerlo, no puedo hacerlo, no es correcto hacerlo, no me provoca hacerlo, no debo hacerlo, y todas las variaciones que ustedes puedan crear. Tenemos miedo a que el receptor de nuestro mensaje se enoje o se sienta defraudado.  

Es más fácil decir sí que no. Es fácil hacernos querer, porque la gente dirá que siempre estás dispuesto, que “no sabes decir que no”.

Peor es cuando decimos no frente a una invitación. No tengo ganas de salir, pero buscamos excusas de cualquier tipo para evitar ofender. ¿Por qué tendría que ofenderse alguien si le dices la verdad con cortesía? Sin embargo es lo que vivimos en el día a día.

Cada vez que he visto alguna situación (mía o ajena) en la que se exprese la negativa de hacer o continuar haciendo algo, termina mal. Hay un ofendido, hasta se puede perder el saludo del involucrado. Como dice una amiga: “fui expulsada del reino por decirle a X que ya NO iba a poder ayudarla más, me condenaron al destierro social”. Solo me quedó aplaudir su decisión y confirmar la estrechez mental de ciertos individuos.

Igualmente, a veces decir no, es justamente la respuesta contraria que espera el que requiere: espera un SI, un tajante POR SUPUESTO. El "no" a pesar de ir acompañado de un argumento lógico y razonable le cae como balde de agua helada y se desilusiona al escucharlo. Se puede enceguecer y obnubilar tanto que es incapaz de analizar las razones reales y hasta sanas de la respuesta. 


Es cierto, es difícil recibir un NO. Pero hay que entender que en varios casos recibir un SI sería contraproducente y jugarnos en contra. Revisar razones, revisar argumentos, revisar coyunturas, nos guste o no. Tenemos que aprender a escuchar esa palabra, tenemos que aprender a decirla. 

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