sábado, junio 06, 2009

Una de las desventajas

para Laurita, por la idea
Tengo que llegar a una conclusión. NosotrAs tenemos un grave problema con los servicios higiénicos. Eso lo sabemos por nuestra natural condición de no poder miccionar/ orinar/ mear… donde nos dé la gana… No estoy hablando de un tema de civismo, pero no cuesta nada admitir que ellos tienen esa ventaja, gran ventaja.

¿Por qué hablo de esto hoy? Pues porque estuve en una reunión social en donde me vi sometida a la tortura del “Disal” (el baño portátil).


1) No hay ni un mínimo lugar de oxigenación, saquen su conclusión puesto que entran y salen varias personas, y en un baño se hace aquello que te aguantas en público.

2) Tienes que ser una experta en equilibrio para poder hacer pila de pie y no tener ningún, pero NINGÚN contacto con la taza (asiento), que por cierto es más alta que uno casero. Entonces, en mi caso personal mío de mí que me poseo, el problema se complica: no puedo estar en cuclillas ni puedo mear de pie –como es obvio- por lo que mi postura termina siendo medio bizarra.

3) Pienso que podría recurrir a “forrar” el asiento con papel higiénico y poder sentarme como corresponde… Pero ¡no!: nuevamente por varias razones. A) La señorita encargada me da unos tres cuadraditos de papel higiénico (PH) que me alcanzan con las justas para el uso correcto: secarme. B) El PH de los baños portátiles suele ser tan grueso que ya parece papel lija y no tiene la ductilidad de uno delgado, por lo que cuando mientras pones papel en el lado derecho, el del izquierdo ya se está cayendo dentro del water por un tema de gravedad: fracaso total en la empresa. Con lo cual vuelvo al punto 2.

4) Cuando logras que la palanca para limpiarlo después de su uso funcione, el riesgo de la salpicada es altísimo y tampoco el espacio te da para que puedas mantener una distancia medianamente segura. Igual pasa con el lavamanos.

Conclusión: en estos compromisos no voy a ingerir ningún líquido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me acordé de un graffity que me encantó, y tiene que ver con esto, decía:
LA ENVIDIA DEL PENE ME VIENE CUANDO TENGO QUE MEAR PARADA.
"MARÍA"