jueves, enero 07, 2010

De máximas, sentencias y otras cosas... (I)



Hace unos días, un padre de familia de una simpática niña de ocho años –a quien no conozco por eso digo que es simpática en mi conocido herodesco comportamiento- me contaba que en un examen de Lenguaje había venido una pregunta que podemos considerar capciosa:


Marque (V) o (F) : “El que estudia, triunfa”

La niña, contraviniendo las expectativas de su profesora, marco (F) porque después de pensarlo varias veces dedujo que hay gente que triunfa pero que para ello no necesita estudiar. La profesora, sin embargo, calificó la pregunta como incorrecta y le bajó un punto en el examen. Acto seguido, se acercó a la niña y le digo: ¿NN por qué pusiste falso? A lo que la párvula contestó: porque es verdad. La profesora se mataba diciéndole que no, que el que estudia triunfa porque el que estudia triunfa, y a la niña, como era de esperar, le parecía que su bien amada profesora no tenía razón porque ella había escuchado de personas que habían alcanzado el éxito sin haber estudiado. Niña inteligente, profesora cuadriculada.

Cuando me contaron la historia, yo lo miré de otro lado: hay un montón de gente que se esfuerza, se mata estudiando y de triunfo: ¡nada! Con lo cual, esta máxima se cae a pedazos por donde se mire. Si le damos la lectura de la niña o le damos la lectura de un adulto, al final coincidimos en que la profesora es más ingenua que su alumna o que vive en otro siglo y en otro planeta. En este época hay muchos factores que tendrían que converger para que esta sentencia se volviera realidad, pero sería ya imposible considerarla una verdad categórica.

Hay pues, que tener cuidado ahora con lo que se ha considerado por años como verdades absolutas, los tiempos que corren lo hacen a una velocidad cuasi traumática y por ello tiene la fuerza de echar por tierra ciertos cimientos educativos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, no todo el que estudia triunfa y la televisión (principal medio "educativo" de masas)se encarga de mostrar -sobre todo a la juventud- modelos de personas que "triunfan" sin haber estudiado. Hay mucha filosofia detrás de esa frase, porque qué se entiende por "triunfar". Según los modelos preponderantes actuales triunfar se entiende como acumular riquezas, bienes (casas, autos,etc.). Si esto es así, está claro que para tener dinero no es necesario estudiar, esforzarse, lamentablemente. Ahora bien, si triunfar se entiende por cultivarse, ser lo que uno quiere ser, no hay duda de que hay que estudiar. Laly

Anónimo dijo...

Claudia,
¡Recuerdo esa conversación!. La hija de nuestro amigo nos dio tema para la discusión, pues cada uno vio un ángulo distinto. Coincido contigo que hay maestras cuadriculadas y niñas inteligentes. Besos. Carito

Joel Jones Pérez. dijo...

Aquí creo yo que es el segundo argumento el que pone a la profesora en dificultades.

"El que estudia, triunfa," implica un "Estudio, entonces triunfo." Esto no significa que quien triunfe haya estudiado.

Pero como sabemos bien que hay gente que se rompe el lomo estudiando y no triunfa ni en el bingo... es ahí que la frase se vuelve falsa.

Pero bueno, sé que esto realmente no es crucial para lo que quieres decir en el post, así que mejor me llevo mis ridículos argumentos lógicos a otro lado. :-)