lunes, enero 18, 2010

Visa para un sueño


1.
Me tocó renovar mi visa USA, la visa del sueño. Visa que, a pesar de todo, me he dado cuenta que tiene una ventaja: la sacas cada cinco o diez años y haces lo que te da la gana en ese periodo. Viajes o no viajes, ya la tienes, te haces la cola un día, te humillan un poco y ya está... te vas a Miami cuando quieras… si quieres….si tienes plata…yo hace tiempo que no voy a Miami. En otros países te otorgan visas limitadas, con un lapso de fechas corto y determinado. La Schengen (para entrar en a la Comunidad Europea) por ejemplo, es un trámite engorroso y pesado: llevar tu vida en papeles y someterte al interrogatorio inquisitorial del entrevistador que tengas la suerte que te toque, aunque ya hayas tenido visa anteriormente. Finalmente, los gringos pensantes le ahorran el trámite al viajero y si ya ha visitado su país antes: voilà! Solo tengo que ir a escanear mis huellas digitales.

2.
Estas cosas me ponen nerviosa, a pesar de saber que estoy haciendo todo lo indicado, llegado antes de la hora, no estar portando armas, y otras precauciones, igual: el pensar que por algún lado voy a cometer un error me vuelve loca. Felizmente que no hay sol porque yo que no sudo, ya estoy sudado a mares…

3.
Pertenezco al grupo 98. Por el altavoz suena una voz femenina que dice: Grupos 78, 82, 85, 87 pasen para la toma de huellas digitales. Sigo esperando, he llevado una novela, ya avancé como diez páginas. Again: Grupos 84, 89, 92, 96, pasen para la toma de huellas digitales. Avanzo como diez páginas más y obviamente pienso: la próxima me toca jojolete! Again: Grupos 86, 88, 97, 101! Y el mío NADA!!! La mujer del costado me dice: usted tiene el 98 y la señora que estaba a mi lado y llegó después tiene el 101 y ya pasó antes… ¡Qué linda! pienso, ¿¿¿¿¿qué cree esta tarada que yo no me he dado cuenta y que obviamente, ahora sudo más porque estoy pensando que ya la cagué en algo y que estos gringos no me van a llamar nunca ¿¡?¡?¡?¡?¡

4.
Por fin! 98. Somos grupo, se siente que todos tenemos algo en común, un nosequé pero alguito. Entramos veinte personas a que nos escaneen las huellas digitales de nuestros deditos. Mientras nos dividen en colas de cuatro personas cada una, un señor muy educado nos da varias indicaciones, un montón de indicaciones. Cuando estoy interiorizando la segunda ya va en la cuarta. Todo me suda. En eso, repite varias veces: mantengan sus huellas digitales secas, mantengan sus huellas digitales secas. En ese momento una señora del grupo dice: ¡para qué dijo, ahora las tengo empapadas! Delante de mí un salvador oriental: un señor algo mayor que mete la mano en su bolsillo y saca medio rollo de papel higiénico arranca un cuadradito y me lo pasa: tome, páselo al resto… A lo que le contesto: ¡Gracias, esto se llama solidaridad higiénica! Y se ve cómo cada uno va cogiendo un pedazo y se lo va pasando al que sigue mientras el rollo va reduciendo su tamaño.


5.
Escaneadas las huellas, me voy a DHL para dar mis datos y tres días después recoger el pasaporte en una de las agencias. Sin embargo, todavía no descanso. Nos dijeron que tal vez podrían enviarnos un papel blanco en vez de nuestros pasaportes indicando que había que ir de nuevo al Consulado por “actualización” de ciertos datos que tal vez fueran necesarios. Sigo sudando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre pasan rápido a los que no se les otorga la visa. Vez pasar a personas que llegaron después y salen sin más que con su pasaporte en la mano y una desilución enorme. Mientras que a los que si se la dan esperan un buen rato y saben todo de ti sin siquiera hacerte una sola pregunta.

Talo