Existe este prejuicio que muchas mujeres ven al fútbol como " la otra", puesto que se sienten desplazadas. Del mismo modo, hay que reconocer que es una verdad categórica que cuando un hombre está viendo un partido de fútbol en la tv el mundo se le reduce a su mínima expresión y las féminas no tienen cabida. Menos si no saben nada del tema: ahí son casi unas enemigas...
Sin embargo, creo que en los tiempos que corren este deporte se ha vuelto más democrático y las mujeres tienen una participación más activa: como espectadoras y como jugadoras (suena horrible...!!!) y como comentaristas deportivas. Y seguramente, muchas tendrían amplias historias que contar sobre su relación con el Deporte Rey.
Mi relación con el fútbol tiene tantos años que son casi los que tengo y ni siquiera me salvé por el hecho de no tener hermanos hombres. Estudiar en un colegio mixto me hizo entender desde niña que el fútbol era EL deporte; la actividad que lograba de manera práctica poner a jugar a todos mis compañeros aunque se hubieran mentado la madre diez minutos atrás. Las niñas, como siempre, éramos (¿¡?¡?) más conflictivas y de hecho, un partidito de volley o de básket no solucionaba absolutamente nada.
Mi padre solía ver los grandes campeonatos, el Mundial y la Copa Libertadores : vía satélite. Lo recuerdo con su cerveza Cristal en mano, viendo en nuestra tv blanco/negro, con sus antenas de conejo admirando los corners del uruguayo Texeira que jugaba por la “U”. Los días lunes, comentábamos la tabla de posiciones que publicaba “La Prensa” en su sección deportiva que mostraba los resultados acumulados del Descentralizado.
Me enamoré de un futbolista-futbolero y me casé con él. He asistido a cuanto partido jugaba mientras podía acompañarlo. El día de nuestro matrimonio en el auto que nos llevaba de la ceremonia a la casa estuvimos escuchando por radio un “Clásico”. Hasta hoy, siempre me desafía a que le diga qué equipos están jugando, ya sea por las iniciales o por el color de sus camisetas… Mi hijo nació jugando fútbol, ha habido momentos que sentía que él respiraba fútbol, comía fútbol, soñaba fútbol y en ese afán he gritado como loca en cada partido al que lo he acompañado.
El deporte por el deporte, más allá de sus dirigentes y la plata que está detrás. ¿Qué somos sin fútbol? Convoca, reúne, separa, vuelve a convocar y a reunir. Uno puedo hablar de fútbol toda una velada más allá de lo que pueda vender…
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