Diosito le da a la mujer la gran labor de ser madre. El sentimiento materno, intrínseco del género femenino, caracteriza a la mujer e inclusive la pone por encima de todo. La MADRE es la MADRE. Hay un sentimiento, una inclinación especial que toda mujer siente por los críos, la ternura de un bebé, de un niño pequeño emana por los poros en las féminas... casi casi un tema de género.
No obstante, podemos hablar de dos grupos de mujeres (con respecto a su relación con los niños). Las hay aquellas que ven en una criatura rosagante, "rica", "deli" y se derraman en halagos, caricias, "cuchis cuchis", frases mermeladezcas, entre otras fórmulas de conquista infantil. Los críos responden inmediatamente a ello, y sonríen, se dejan cargar, conversan, y se conforma un escenario lleno de magia, de color verde agua/amarillos patito en el que todo huele a colonia Johnsson`s. Todos son felices, y al puro estilo comedia familiar gringa dicen: ahhhhhhhhhhhhhh...
Por otro lado, tenemos a aquellas cuyo sentimiento de ternura como que no lo tiene muy desarrollado, o tal vez sea nulo...que ante una criatura siguen de largo como si nada. Y si, por algún azar de la vida, se ven quasi obligadas a darles su atención, su actitud es idéntica a la que si tuvieran al frente a un muñeco de peluche... Ojo, que esto no quiere decir que sean buenas madres, que con los de su sangre, con los "flesh de su flesh", pero... ahí no más... sufi. Han gastado su ternura maternal ahí y no tienen para el resto. Los bebes les causan urticaria, se ponen sumamente nerviosas, el niño ajeno las desestabiliza: los ven como unos critters, gremlins, como bichos que caminan al puro estilo mini-volquete sin control. Tienen un olor especial, a "vinagrillo" diría mi madre, y tienen una mirada muy especial, casi inquisidora. Estas mujeres sienten amenazado su mundo... esa porción de niño que todo adulto lleva dentro debe ser como la milésima parte de una micra que nadie puede encontrar. Se incomodan en los cumpleaños infantiles si es que tienen que asistir a ellos por alguna razón -aunque disfruten de la canchita y la gelatina-, por su salud mental se alejarán lo más que puedan de ese cosmos que para ellas es un caos. Cabe agregar que los niños perciben esta animadversión y automáticamente si este especimen de mujer tuviera que esforzarse para caerle bien a un niño: claramente fracasaría en su empresa... estos seres no se dejan engañar...
No obstante, podemos hablar de dos grupos de mujeres (con respecto a su relación con los niños). Las hay aquellas que ven en una criatura rosagante, "rica", "deli" y se derraman en halagos, caricias, "cuchis cuchis", frases mermeladezcas, entre otras fórmulas de conquista infantil. Los críos responden inmediatamente a ello, y sonríen, se dejan cargar, conversan, y se conforma un escenario lleno de magia, de color verde agua/amarillos patito en el que todo huele a colonia Johnsson`s. Todos son felices, y al puro estilo comedia familiar gringa dicen: ahhhhhhhhhhhhhh...
Por otro lado, tenemos a aquellas cuyo sentimiento de ternura como que no lo tiene muy desarrollado, o tal vez sea nulo...que ante una criatura siguen de largo como si nada. Y si, por algún azar de la vida, se ven quasi obligadas a darles su atención, su actitud es idéntica a la que si tuvieran al frente a un muñeco de peluche... Ojo, que esto no quiere decir que sean buenas madres, que con los de su sangre, con los "flesh de su flesh", pero... ahí no más... sufi. Han gastado su ternura maternal ahí y no tienen para el resto. Los bebes les causan urticaria, se ponen sumamente nerviosas, el niño ajeno las desestabiliza: los ven como unos critters, gremlins, como bichos que caminan al puro estilo mini-volquete sin control. Tienen un olor especial, a "vinagrillo" diría mi madre, y tienen una mirada muy especial, casi inquisidora. Estas mujeres sienten amenazado su mundo... esa porción de niño que todo adulto lleva dentro debe ser como la milésima parte de una micra que nadie puede encontrar. Se incomodan en los cumpleaños infantiles si es que tienen que asistir a ellos por alguna razón -aunque disfruten de la canchita y la gelatina-, por su salud mental se alejarán lo más que puedan de ese cosmos que para ellas es un caos. Cabe agregar que los niños perciben esta animadversión y automáticamente si este especimen de mujer tuviera que esforzarse para caerle bien a un niño: claramente fracasaría en su empresa... estos seres no se dejan engañar...
Yo pertenezco a esa segunda especie...
1 comentario:
Yo tambien pertenesco a la segunda especie.
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