lunes, junio 13, 2011

le cuento... o no le cuento...




En los últimos tiempos voy repensando algunas cosas filosóficas de la vida y voy mirando como miro comportamientos propios y ajenos. De ello, me he dado cuenta de lo difícil que es manejar la empatía, que como bien diría mi gran amigo el DRAE es: (la) identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.


Cuántas veces cuando alguien cuenta un problema, el común del oyente lo acoge con cariño pero no encuentra mejores palabras de consuelo que contarle una historia peor, o que el mismo oyente lo pasó peor en circunstancias similares. Abundan las situaciones en las que si uno cuenta que se rompió un hueso, el amigo le dice que se consuele porque su prima tiene rotos 54 huesos incluido el cráneo… Si alguien cuenta que tiene una deuda de cien mil soles, ni se te ocurra porque tu amigo te dirá que de qué te quejas si él debe más de medio millón de soles.. Y así, la bola de nieve va creciendo y creciendo.


Cuando alguien tiene un problema, son los menos los que se solidarizan y son los más, que con buenas intenciones y creyendo que dan un correcto consuelo, terminan (sin querer) ninguneando o subestimando al apesadumbrado sujeto que busca un hombro donde poner su cabeza solo por un momento.


Aquí entonces quedan dos conclusiones: De un lado, no contarle a nadie que uno la está pasando mal, o seleccionar con pinzas a quien se lo cuentan. Del otro, poner en práctica la empatía y olvidarnos que el mal mayor (ajeno) pueda servir de buen consuelo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Algun dia me gustaria ver todas tus publicaciones de blog en un libro. No siempre tengo el tiempo para entrar y leerlas pero cuando lo hago quedo encantada. Seria un placer tenerlas en una bonita edicion con una linda seleccion de fotografias. Me encantan las que publicas...bien ilustradas a pesar de que son prestadas del Internet. Si te animas... te presto las mias!

anamaria mccarthy