Cuando empezamos a romper realmente el cordón umbilical, a salir del mundo materno en el que nos criaron sentimos una necesidad casi instintiva de establecer una distancia -bien amplia- de nuestras progenitoras. Habrán algunas que dirán "¿yo?" pero en el fondo fondo creo que nadie puede tirar la primera piedra, a lo más algunos guijarrillos por ahí...
No les ha pasado que cuando eran adolescentes pensaban: esto jamás lo voy a hacer con mis hijos! no haré esto, ni ello ni aquello. Recuerdo que con una amiga a nuestros 17 ó algo más, decíamos que íbamos a tener un cuadernos de notas para apuntar todo aquello que no queríamos repetir de nuestros modelos inmediatos.
No es que haya tenido una mala madre, al contrario: sacrificó mucho por nosotras, vivió por nosotras. No es que ahora que digamos la pobrecita no puede defenderse (porque no va a leer esto) y que yo (mala hija) haya decidido sacar mi guadaña y arremeter contra ella. ¡No por favor! Es solo que esa frase: eres idéntica a tu madre... resulta lapidaria cuando justamente muchas mujeres luchamos por ser únicas e irrepetibles, como cualquier ser humano.
Decirle a una mujer madura que se parece a su madre es un dardo en las vísceras, porque nosotras pensamos en todos los defectos (muchos o pocos) que ellas tienen y en ese momento al visualizarlos en nosotras mismas ¡¡¡ES HORRIBLE!!!! ¡¡¡PESADILLA EN AMYTIVILLE!!!!
No obstante, debo darles una mala noticia: es verdad. Los seres humanos tenemos una oscura tendencia a repetir los modelos de crianza y terminamos criando a nuestros hijos con una fuerte influencia de cómo fuimos criados, somos mujeres con un "tufillo" de aquellas mujeres que estuvieron pendientes (mucho o poco) de nuestra formación. Hay que aceptarlo. Aunque duela. Pero tampoco hay que ir por todos los rincones gritándolo a voces...
Si esta frase la pronuncia un/a hermano/a o lo hace con conocimiento de causa o fíjate si tal vez busca herirte con esa recriminación.
Si te la dice el hombre con quien compartes tu vida, habría que preguntarse si tal vez lo que realmente busca es una madre en ti -aunque generalmente eso ocurre-. A lo mejor lo que quiere decir es: te pareces a la madre que quiero tener... o te pareces a MI madre... o qué pena NO te pareces a mi madre... o ni se te ocurra ser como TU MADRE.
Si te la dice un/a amigo/a que te conoce bien: detente y reflexiona, lo más probable es que él/ ella SÍ tenga razón.
4 comentarios:
Madre, sólo hay una, felizmente!!!!
Sería justo que escribamos un: "Le agradezco a mi madre...."
O nunca le digas a un hombre que su esposa/enamorada es igualita a su madre. No va a ser mucho de su agrado.
Uys... no hace falta que nos lo digan... realmente llegamos a pensarlo nosotras mismas en determinadas situaciones. De repente te quedas callada y piensas: "Dios mío, estoy actuando como mi madre"
Saluditos desde España, me encanta leerte.
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