domingo, noviembre 18, 2007

El don de escribir

¿No te pasa que cuando acabas de leer un libro te preguntas cómo le hace el escritor para poder imaginarse todo lo que ha escrito? Me queda claro que cualquier lector pensante se queda con esa espina clavada que tiene un ligero sabor a envidia de poder poner en tinta y papel todo lo que se le ocurre, y la manera en que se les ocurre.
Es evidente que esto pasa con los músicos, los pintores, los escultores, y en general todo aquél que tiene en sus manos el "don de crear" utilizando materias primas simples. Creo que los más capos son los músicos, pues finalmente lo que crean no tiene aquello que podríamos llamar forma propiamente, entonces además de imaginar el resultado de lo que quieren lograr, creo que lo "sienten". (Altamente recomendable Copying Beethoven, por cierto).
¿Por qué escriben?, y de eso se ha dicho mucho. Yo me quedo con dos respuestas. Escriben para compartir sus angustias, para comunicarse, para echarle al mundo todo aquello que llevan dentro, que por cierto es mucho y lo que los diferencia del resto de los humanos es que tienen la maldita capacidad de hacerlo bien. Tienen el "don" los gringos lo llaman "gift" porque lo consideran un regalo. La otra respuesta es muy simple: disfrutan hacerlo.
Inventan, fabulan, llegan al Averno y sacan del tongo del mago lo que encuentran, re-crean cuanto está a su paso. Dan a luz a criaturas que nos hablan y le sacan la vuelta a la muerte porque serán eternos. Nos regalan su esencia pero también su desgracia.
Al cerrar un libro con el que me siento totalmente satisfecha me pregunto: ¿cómo puede la imaginación humana ser incapaz de agotarse? ¿Hay tanto en los paradigmas en la vida que las combinaciones son infinitas e irrepetibles? ¿Cómo cuernos se hace para establecer relaciones tan particulares y yo sufro para terminar una oración o un verso que acaban en la basura o asesinadas por la tecla "delete"?
Los escritores establecen vasos comunicantes con unos lectores a los que nunca conocerán y extraordinariamente los conocen como si fueran ellos mismos. Si no, ¿por qué te puedes identificar con un Harry Haller de El lobo estepario, con un Juan Pablo Castel de El túnel con un Jean Valjean, con mil personajes? ¿Por qué puede herirte una palabra, por qué puede hacerte llorar un poema que cargas a diario en la mente?
Porque su conocimiento de la miseria humana, de las emociones va más allá y termina creándose un vínculo misterioso y divino entre emisor y receptor. Entre el escritor y SU lector. Porque no somos los mismos lectores para los mismo escritores. Por eso, escribir es un remedio contra la locura, contra la muerte. Y yo, por eso los admiro.

6 comentarios:

Alberto dijo...

Envidia, eso es lo que yo siento. Acercandome un poco más a lo que algun dia tratare de ser, un musico, nuestro mayor problema es no caer en la imitación y tratar de impregnar en nuestras composiciones algun sentimiento. Tratar de ser unicos.

Anónimo dijo...

Cada vez que termino un buen libro se me van las ganas de escribir; pienso que mi estilo imita a varios autores, especialmente Borges.

Seimor dijo...

Y qué libro es el que te generó esa envidia Claudia? A mí me pasa igual, con los buenos libros y también con la música. No sabes cómo ando admirando y envidiando el talento de Roberto Bolaño después de leer 2666 (o a Sonic Youth, después de verlos en vivo).

Pasa el tiempo pero hay novelas y personajes que lo marcan a uno (todos los que citas han causado ese impacto en mí, y también Raskolnikov, Arturo Belano o Seymour Glass, entre otros).

Sobre por qué escribe uno y qué es lo que hace la gran literatura, me llamaron mucho la atención un par de artículos de Zadie Smith, publicados en The Guardian hace unos meses, que te pueden resultar interesantes:
Fail better http://zadiesmithnews.wordpress.com/2007/01/13/fail-better/#more-20
y Read better http://zadiesmithnews.wordpress.com/2007/01/20/read-better/.

Por el contrario, su novela On beauty, tan promocionada, no me llegó a atrapar.

Felicitaciones por el blog, y gracias por la invitación!

Camila dijo...

Nunca había sentido mi envida tan sana, entendiéndola desde tu perspectiva.

Tengo el mismo cuaderno de poemas desde el colegio. A veces lo retomo, pero poco. Tengo esa deuda conmigo.

Ahora que escribes te conozco más (como tú a los que escriben) y dudo que caigas, muy a menudo, en punto muerto... a menos que este "punto" sea, en realidad, la vista satelital de un huequito en la tierra en el que estés plantando una semilla.

Anónimo dijo...

Claudia, no habrás escrito una novela, pero el mero hecho de tener este blog es "envidiablemente admirable"...

Marta Cecilia Carrasco dijo...

No siento envidia por la magnifica forma que escriben algunos escritores, generalmente leo a los que admiro mucho; escribo desde niña; es cierto que escribir alivia la tristeza que se lleva en el alma,mi pena mayor fue crecer sin madre ,¡y cuanta falta que me hizo!, hoy escribo un libro y aunque no tengo el talento de los grandes escritores por lo menos lo intento y mi corazón ya no llora.