jueves, noviembre 22, 2007

Mi vecino de butaca

El otro día me fui al teatro, vi una obra muy buena en algún momento comentaré. El asunto es que (para variar) me tocó un vecino de butaca totalmente "asesinable". Digo para variar porque he pasado por todo, he sufrido a toda la especie: el que va comentando toda la película, el que pregunta ¿qué pasó que me perdí?, la que come cancha cual camello del Sahara, el que no entiende quién es quién, el que no encuentra postura, el que ronca, el que estoy convencida de que se tiró un gas espantoso... Crece de todo en "las viñas del Señor".
Este último, el que me tocó en el teatro era singular, único en su género. En primer lugar, cuando dieron la indicación de apagar los celulares, estaba convencida de que el joven en cuestión sacó el suyo y lo puso en silencio (¡Vamos bien! pensé). Ni bien se apagaron las luces y empezó el primer acto mi vecino de butaca empezó a hacer un ruido con la nariz y con la boca acompañado de un corporal temblor cortante. Parecía una carcajada contenida, apretada, reprimida, nerviosa. Debo aclarar que la obra era dramática. Pero él, digamos... "se reía".Yo ya marcaba 1,000. Sin embargo (gracias a Dios), la obra me absorbió tanto que terminé haciendo caso omiso a sus espasmódicos movimientos.
En eso.... de la nada.... empezó a sonar un celular, eran tan cercano a mí que inmediatamente revisé mi cartera confirmando que el mío estaba apagado. Sonoba, sonaba, sonaba (sonó alrededor de ocho veces ¡OCHO VECES! y obviamente todos desesperados por tremenda falta de respeto.
Pasados unos 10 minutos, el tarado de mi vecino de butaca revisó su celular (recién le provocó sacarlo del bolsillo de su casaca) y se dio con la sorpresa de tener una llamada perdida y además de no tener el celular en silencio. Puso cara de culpable y pronunció un ¡upps! casi imperceptible y siguió viendo la obra como si nada.
YO: ¡¡¡en shock!!!!!
Por supuesto que cuando la obra acabó empecé a renegar usando oraciones indirectamente directas: Es el colmo que exista gente tan desconsiderada!!!! Es que hay personas que no saben ir ni a un teatro!! y bla bla bla....!!!!!
Como me gustaría que mi vecino de butaca leyera esto y al menos, sienta un poco de culpa y es más, lo voy a ayudar un poco:

sábado 17 de noviembre, Teatro La Plaza (Larcomar), Fila M, asiento 10.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Claudia,
Lo que relatas me suena muy familiar, no porque estuve ese día en el Teatro, sino porque tengo más de una anécdota que contar sobre personas a las que les falta "ubicaina" o una lección de "cómo disfrutar del teatro sin molestar a los demás".

Fui al Teatro Británico hace algunas semanas atrás y un despistado espectador, sentado en la fila posterior, a mitad de la obra sacó su bolsa de papas fritas, la abrió sin descaro y empezó a comerlas generando un concierto de ruidos insoportables. Claro que más de uno de nosotros volteamos a mirarlo con desaprobación y un “carajo” silencioso entre los dientes. El tipo ni se inmuto y gracias a Dios llegó el intermedio

Por otro lado, y de repente compartes esto, dada mi estatura (unos respetables 157 centímetros), algunas veces tengo la mala suerte de sentarme detrás de un cabezón alto que me dobla en tamaño y que para colmo tiene el descaro de comentar las escenas con su compañero/a de sitio, con lo cual termino con una tortícolis tremenda y preguntándome quién fue el arquitecto que diseño tan inefables butacas de teatro.

En fin, felicitaciones por el blog, está super bueno

Besos

Carito

Unknown dijo...

Pues ojalá lea ésto. Yo ni lo conozco, pero ya me dieron ganas de matarlo también. Si me lo encuentro en el teatro, lo haré.

Una vez en el CC PUCP una señora se puso a tomarle fotos con flash a sus "actores favoritos". Al final, ellos mismos dijeron frente a todos, "que no salga la señora si antes no se le revisa la cámara". Osea que, por lo menos, la obra tuvo un final feliz.

Alberto dijo...

Aparte de todo eso, nunca puede faltar el "narrador", ya sea de subtitulos en el cine o el que comienza a contarle del costado, que al parecer no puede ver, cada evento que sucede en escena.

Anamaria Mccarthy dijo...

Mi madre y yo, que cada vez que estamos juntas vamos al cine casi interdiario, podríamos contar miles de anecdotas parecidas, elegimos por su puesto cambiarnos de lugar, no se soporta esa gente que no se da cuenta que NO está solo en el living de su casa ...
Espero que tu relato sirva para que más de un desconsiderado se vea refeljado en tu vecino de butaca!!!

Anónimo dijo...

Bueno hay personas de todo tipo en este mundo y nos tenemos que acostumbrar. A veces pienso que los hacen al proposito solo para molestar. Buen Blog!
:D

Camila dijo...

También estuve en una obra en la que una mujer del público tomaba fotos a su ex el cual se calateó en escena y ella dijo "¡oye Fulanito!". En el intermedio llamaron al serenazgo y ella no pudo ver el final.

¡A la próxima no te aguantes y dile algo directamente! En este país de tanta viveza y desconsideración hacen bien los límites.