domingo, junio 08, 2008

Vicios privados RELOADED*

Ruego disculpar a los queridos lectores la interrupción de la serie Pecados Capitales pero lo que me pasó el sábado amerita un comentario.
Tuve la desgracia de tener que cambiar mi celular, y aproveché mi día libre para hacerlo. Desde luego tomé las precauciones necesarias para llegar temprano a la oficina de Movistar más cerca a casa y me fui a las 9am tal y como indicaba el horario que aparecía en mi recibo de cobranza.

PROBLEMA 1: Confiar en el recibo de cobranza. Tal oficina – Camino Real cuadra 11- NO abría sábados.
Mi marido, amablemente que también tenía que cambiar el suyo me dijo que después de hacer algunas gestiones aprovecharía cosa que íbamos los dos a otra sucursal que SÍ atendiera sábado –Camino Real cuadra 2-. Cuando llegamos, y nos acercamos donde la señorita que entregaba los tickets de atención nos indicó que no nos podía dar un número si antes no hubiéramos escogido el modelo de celular de acuerdo al plan de pago que tuviéramos.
PROBLEMA 2: No tenía la menor idea de cuál era mi plan de pago. Cosa que le comenté a la susodicha, y me digo con una sonrisita caritativa: No se preocupe, el joven le va a indicar, usted le da su número de celular y él busca la información en el sistema..

Eso significaba que teníamos que hacer una cola (sin número) en donde UNA sola persona atendía a todo aquel individuo que quisiera cambiar su celular y que además, le hacía un millón de preguntas sobre el funcionamiento de los varios modelos que podía tener a su disposición.
Vimos que unos metros más allá había un módulo similar, por lo que muy “vivos” nosotros nos separamos para hacer ambas colas. La de mi marido avanzó más rápido y me fui para allá. Cuando llegó nuestro turno, este fue el diálogo que se suscitó:
Nosotros: Srta, queremos cambiar nuestros celulares, pero no sabemos cuál es nuestro plan de pago, salvo que es post pago.
Ella: Uy! Ahorita no tenemos sistema en este módulo.
Nosotros: (en bajito) Entonces para qué atiende…
Ella: Pero si me dice más o menos cuánto paga le puedo indicar qué modelo puede llevar.
Nosotros: Muchas gracias. Necesitamos un modelo que tenga altavoz, lo demás nos da lo mismo.
Nos dio un catálogo y recomendó un par de modelos alternativos para mí y otro para mi esposo y apuntó la información en un papelito. Con dicho papelito, nos fuimos donde la señorita de la parte inicial y nos dio el ticket de atención: R-055. Miramos la pantalla, uff! estaban atendiendo al R-052 no faltaba mucho. Bueno… esperamos unos 20 minutos. En ese lapso vimos un par de detalles dignos de destacar: la cola en la que te decían qué modelo podías comprar había crecido enormemente y la señorita que entregaba los tickets comía Doritos y se chupaba los dedos para usar la máquina y no ensuciarla.
Llegó nuestro turno. Pedí el primer celular de la lista, con altavoz lo demás me da lo mismo.

PROBLEMA 3: Es increíble el tiempo que invierte el empleado -quien nos atendió amablemente y sin comer Doritos- que ingresa la información, no porque sea lento, sino porque supongo el programa que utiliza y todos los datos que ingresan son del siglo re-pasado.
Yo cambié mi celular, mi marido tiene que esperar hasta setiembre que finaliza su contrato anterior.

PROBLEMA 4: No tiene altavoz. Tengo que usar el sistema manos libres y en la caja no había ningún audífono. Ni siquiera viene de cortesía. Me lo tendré que comprar. En un ambulante, desde luego.
PROBLEMA 4: Resuelto. El manual no decía que tenía altavoz. Lo tuve que descubrir más de 36 horas después. Como los niños, tuve que ir probando tecla tras tecla a ver qué pasaba y qué función descubría que el manual no contemplara. Ya no buscaré ambulante.
PROBLEMA 5: Yo no sé por qué cada vez que voy a TELEFONICA en vez de sentirme un cliente que paga por recibir un buen servicio, me siento una víctima.
*ver artículo del 2007 Vicios privados, públicas virtudes

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ademas, te hacen sentir como que todo es tu culpa!!!
Grrr!!!