La conexión de una madre con una hija es especial. La conexión de una madre con su hijo es …. muy simple: freudiana. Seamos honestos.
¿Cuántas veces tuve que recordarle que un 23 de julio exactamente a la 13:08 le habían cortado el cordón umbilical porque no me dejaba en paz? Que yo era yo, y que él era él. ¿Cuántas veces me dijo tomando mis mejillas con sus manitas la bella frase: ¡mami, eres linda!? Y hoy, a veces siento que me mira como si desaprobara cada uno de mis actos.
Ahora experimenta el duro camino de convertirse en un adulto. Admito con hidalguía que eso me mata y a la vez me enorgullece enormemente.
Su actitud "adolescéntica" la vive con frenesí y pasión. Por momentos es imprevisible y por otros, más transparente que el agua. Tiene un estilo con el que es capaz de sacarme de mis casillas, pero cuando sonríe sabe hacerlo en el momento preciso (yo me indigno conmigo misma) y me compra inmediatamente.
Sé que a veces lo avergüenzo per se, repito: es adolescente; sin embargo, queda muy claro que él no se acuerda de las millones de veces que sin querer queriendo nos hizo sentir (a su padre y a mí) la misma sensación. Así es la vida, parados en orillas diferentes de una parte del camino que nos toca recorrer juntos.
Mi hijo es fuerte, valiente (a veces demasiado), no calcula los riesgos cuando siente que debe decir lo que piensa y más de una vez ello le ha traído problemas. Para mí, es una de sus mayores fortalezas.
El cordón umbilical no se ha cortado, ni creo que se corte jamás. Ese cordón sólo cambió de nombre: él confía en mí y yo confío en él. ¿Qué más puedo pedir?
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos. (Khahil Gibran)
Freud: creo que estoy en camino a superar el complejo, quince años después….
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