lunes, noviembre 24, 2008

Sin tabú



Quizás este tema pueda parecer extraño dentro de la temática de mis publicaciones anteriores. Pero una conversación con algunos adolescentes me llevó a pensar en el tema.
En primer lugar, no entiendo por qué es tan difícil para la gente hablar de sexualidad. A pesar de los tiempos supuestamente modernos, nos hemos convertido en seres cada vez más miedosos a hablar con los chicos de ese tema, y por el contrario la cosa se vuelve cada vez más animal y morbosa. Las chicas se calatean más, pero saben menos.
No hay norma en el tema sexual, y la gente sigue hablando de lo que es normal o no en esa disciplina. Lo que sí debería ser una norma, es que la el ser humano debe conocerse, y reconocer con respeto "al otro" como un ser humano integral, no como un pedazo de carne que quieres llevarte (o que te lleve) a la cama.
Curiosamente en el ámbito social hombres y mujeres somos educados diferente en ese aspecto. Se diga lo que se diga.
Justamente la educación termina produciendo por un lado, seres pasivos o reprimidos o por otro, seres disfuncionales o peor aún: aquellos que son incapaces de reconocer que tienen un problema. A ello podemos agregar que la educación religiosa, moral, culposa ha logrado que muchas generaciones hayan terminado con su sexualidad frustrada y por ende, destrozada.
Hoy por hoy los padres tenemos la gran responsabilidad de educar a nuestros hijos a tener una sexualidad sana, madura e inteligente. No hay que dejarle eso al colegio o a los amigos. A veces dejar prejuicios y miedos tontos de lado puede llevar a que ayudar a los chicos -luego adultos- a ser felices también en ese aspecto esencial e inherente al ser humano.

2 comentarios:

Cristina G. dijo...

muy de acuerdo contigo.. la educación sexual no se puede dejar al colegio, xq encima, algunos de éstos pueden meter en la cabeza también prejuicios tontos sobre la sexualidad de cada cual.. terrible!

buen post! te felicito!
Cris

Anónimo dijo...

Estimada Claudia,

Acabo de leer tu articulo y me parecio excelente. Por mucho tiempo hemos pensado que nuestra generacion ya estaba liberada de todas esas cosas y, ahora que ya nos somos tan adolescente somo antes, me doy cuenta por muchos amigos, que seguimos arrastrando el peso de las culpas que no tuvimos, pero con las que si crecimos. Te felicito.
Un beso,

Fernando de Taboada