Cuando uno hace las cosas que le gustan y no ofende a los demás considero que nadie tiene derecho a juzgar. Como sabiamente diría una amiga mía: cada uno es feliz a su manera. Si amas cantar: canta; si amas bordar, borda; si amas pintar, pinta; si amas leer, lee y si amas bailar: baila. La vida es suficientemente corta y vale la pena acumular satisfacciones en el alma.
Creo que en los ejemplos utilizados he podido ejemplificar acciones normales y cotidianas, históricas y que creo todas: son gratis. No se invade a nadie, no se molesta a nadie y por el contrario, lo más probable es que den alivio y felicidad en un momento adecuado. Se puede tener además un talento para ello, una especial inclinación que hace que, por ejemplo, al escuchar una tonada eche uno a cantar en la ducha, en el carro o frente a un público en una determinada ocasión. Es obvio que hay lugares y momentos en los cuales habrá que respetar ciertas normas de convivencia porque tampoco se puede hacer lo que uno le viene en gana cuando le vienen las ganas.
Por otro lado, hay ciertos códigos que suele manejar una minoría miope y cerrada, y que además está convencida de que sus propias reglas son las que deben ser las correctas, y se dan cuenta de que terminan siendo el reflejo de un pensamiento reprimido y hasta infeliz. Consideran incorrecto que alguien se vista de una determinada forma, o que alguien se siente con su guitarra en un parque a cantar, o que una pareja “rompa el hielo” en una fiesta al ser la primera en bailar. Pueden inclusive acusar a todos estos individuos de querer llamar la atención y dar por sentado varias tonterías más. Se enjuicia, se critica, pero no se toma en cuenta el sentimiento ni lo que pueda significar en esencia para los involucrados.
Esta vida ya tiene bastantes sufrimientos y el enjuiciar la felicidad ajena huele a mediocridad y mezquindad. Creo que por el contrario, hay que celebrar que todavía existan personas que sean capaces de disfrutar lo poco que se puede sin artificios materiales y no tenga vergüenza en mostrarlo. Justamente esa era la idea del antiguo tópico Carpe Diem: disfruta el hoy… porque el mañana es incierto.
Los dejo con este lynk que me mandó una gran amiga, toménse 7:04 minutos para disfrutarlo:
http://www.youtube.com/watch?v=MQlJ3vOp6nI&feature=related
Bye.
2 comentarios:
Es cierto, la vida es corta e incierta, para enjuiciar la felicidad ajena, hay que vivir acorde a lo que uno piensa, siente, vibra...
Llegué a tu sitio buscando lecturas y me regreso complacida a México de encontrate.
Abrazos, Monique.
totalmente de acuerdo ...no hay nada como ser feliz a mi manera...solo yo puedo juzgarme
Publicar un comentario