Mi padre se ha ido, físicamente hablando, ha muerto hace unas horas, pero por varias circunstancias de la vida ya era un ser distante.
No obstante, guardo recuerdos de aquellos lejanos años en donde la noción de familia existía en mi niñez y traigo a la memoria imágenes entrañables, divertidas y especiales de haber sido la hija de este complejo personaje.
Recuerdo a mi padre eternamente con una cámara de fotos, fascinado por parar cada kilómetro a captar la imagen que en ese momento él lograba ver (y tal vez nosotras cuatro –mi madre y mis hermanas- no podíamos hacerlo). Viajar con él, era una maravilla, puesto que lo único que hacías era caminar, caminar, caminar, entrar en un mercado, detenerte con él a esperar que tomara las mil ochocientas fotos y te fuera explicando en qué consistía cada escena.
Recuerdo a mi padre en la cocina, preparando algún chupe inventado por él, descubriendo unas combinaciones aromáticas, cargadas de culantro, ajo, perejil y tal vez, ese día, unos cuantos muy muys que habíamos recogido temprano en la playa: todo a la olla.
Recuerdo a mi padre jugando ajedrez conmigo, regando el jardín, escuchando a Manzanero, tocando la guitarra, haciendo bromas, brillando.
Recuerdo su amor por el Perú que supo inculcar a mis hermanas y a mí, su devoción por cuidar y curar y sobre todo, su curiosidad y su rigor académico, que creo gracias a Dios fue el mejor legado que me dejó
Recuerdo a ese padre que se alejó, allá en mi adolescencia… por eso hoy guardo en mi memoria como único recuerdo vivo a aquél que disfruté: el curioso, el travieso, el tierno….
No obstante, guardo recuerdos de aquellos lejanos años en donde la noción de familia existía en mi niñez y traigo a la memoria imágenes entrañables, divertidas y especiales de haber sido la hija de este complejo personaje.
Recuerdo a mi padre eternamente con una cámara de fotos, fascinado por parar cada kilómetro a captar la imagen que en ese momento él lograba ver (y tal vez nosotras cuatro –mi madre y mis hermanas- no podíamos hacerlo). Viajar con él, era una maravilla, puesto que lo único que hacías era caminar, caminar, caminar, entrar en un mercado, detenerte con él a esperar que tomara las mil ochocientas fotos y te fuera explicando en qué consistía cada escena.
Recuerdo a mi padre en la cocina, preparando algún chupe inventado por él, descubriendo unas combinaciones aromáticas, cargadas de culantro, ajo, perejil y tal vez, ese día, unos cuantos muy muys que habíamos recogido temprano en la playa: todo a la olla.
Recuerdo a mi padre jugando ajedrez conmigo, regando el jardín, escuchando a Manzanero, tocando la guitarra, haciendo bromas, brillando.
Recuerdo su amor por el Perú que supo inculcar a mis hermanas y a mí, su devoción por cuidar y curar y sobre todo, su curiosidad y su rigor académico, que creo gracias a Dios fue el mejor legado que me dejó
Recuerdo a ese padre que se alejó, allá en mi adolescencia… por eso hoy guardo en mi memoria como único recuerdo vivo a aquél que disfruté: el curioso, el travieso, el tierno….
Ése es el que quiero en mi corazón para siempre.
4 comentarios:
Claudita, lindo que hayas tenido la oportunidad de compartir y guardar en el corazón los momentos entrañables que viviste con tu papi de pequeña, momentos que uno quisiera hubieran durado más, pero que de alguna forma han hecho de tí la linda persona y amiga que eres..te mando un beso inmenso con todo cariño
Mayte
Claudia:
Perder a tu papá luego de la ida de tu mamá - perdidas tan recientes y tsn dolorosas. Perdí los míos hace mucho y la sensación de ser huerfana nunca me ha abandonado. Lo que si me sucede es que guardo nuestros recuerdos como un refugio intimo. Un lugar donde puedo verlos cuando lo deseo en diversas etapas de mi vida - todo dentro de mi cabeza y en mi corazon.
Abraza fuerte a tus hijos que nos han hecho madres y que algún día ellos nos van a tener que extrañar. La vida es una simple sucesión. Ahora nos toca tomar la posta.
Mi papá también fue aficionado a la fotografía y eso fue mi ligado. Solo que lo tomé demasiado en serio. Seguro que te ha dejado un oasis de recuerdos en sus imágenes.
Te mando un abrazo fuerte en estos momentos tan tristes,
Anamaria McCarthy
Claudia, me encata leerte aun en los momentos más dolorosos como puede ser la pérdida de tu padre. Sólo decirte que espero que todos estos años hayas aprovechado el máximo con él y que sigas admirándole como lo demuestras en tu post. Seguramente en el futuro tú serás una madre igualmente recordada y admirada por tus hijos.
Un besazo enorme,
Idoia
Es bueno que lo recuerdes con tanto cariño a tu padre y olvides los recuerdos tristes.
Nadie es perfecto. Nadie.
Yo lo conocí una vez, fuí su paciente, de esos que no tuvo que regresar porque lo que me recetó me curó por muchos años.
Yo lo recuerdo inteligente, locuaz, bromista y sobre todo optimista.
Sus ojos eran impresionantes. Su mirada noble, traspasaba con dulzura todo lo que observaba.
Me asombró la cabeza reducida de un shipibo, que tenía en su consultorio de la Clínica San Borja.
Piropió a mi suegra, porque era evidente su talante de galán.
Nadie es perfecto. Nadie.
Estoy seguro que tu amor por tu padre, será siempre superior a los reproches.
Algún día, tus hijas te recordarán también a tí, y estoy seguro también, que recordarán tu buena pluma y miles de cosas buenas que tu extraordinario padre, sembró en tí.
Un fuerte abrazo.
Publicar un comentario