lunes, marzo 23, 2009

Admiraciones, sobre la columna PUNTO DE VISTA

Pocas veces (creo que nunca) he comentado sobre algún artículo o columna periodística, pero el martes pasado leí: ¿Por qué no podemos admirar? escrito por Cecilia Blume en El Comercio, y sentí la necesidad de hacerlo.
Cecilia afirma: “soy como la mayoría de los peruanos que no sabemos admirar y eso creo que es un tema de fondo”; debo confesar que felizmente no me encuentro en la mayoría, al menos en ésta... Sí estoy de acuerdo con ella en que se ve claramente –en los medios, en conversaciones con nuestros pares- que predomina la envidia soterrada. Yo misma lo he sentido en carne propia, pero evitemos la cómoda y exagerada tendencia de generalizar.
Ella, habla de varios ejemplos “que no deberían pasar desapercibidos y deberían servir para que los peruanos forjáramos algo como los ídolos peruanos y que nuestros hijos aprendan a admirar”. ¿A quién nombra? Sandra Muente –finalista de Latin American Idol -; Claudia Llosa –directora de la gran película “La teta asustada-; Kina Malpartida –campeona de boxeo, Sofía Mulánovich, Gastón Acurio, Juan Diego Flórez , Gian Marco y al padre Serpa. Todas personas que dan cara a los medios, que salen en la publicidad, que reciben aplausos de tirios y troyanos de acuerdo a las coyunturas. OJO, no le quito para nada los méritos a esas personas. No obstante, sus ejemplos sólo representan lugares comunes, faltó decir que admiraba al Papa, a Vallejo y a Mario Vargas Llosa, para ir con la moda, o con las respuestas de muchas concursantes a Miss Algo.... Es cierto que hacen un extraordinario trabajo, es cierto que se las han sudado, pero no estoy de acuerdo en que Cecilia perciba que los chicos en edad escolar se puedan sentir “reflejados”… muchos de esos ejemplos, para la mayoría de alumnos de nuestro país ni son conocidos, o han escuchado su nombre por casualidad...
Hay que diferenciar entre el ídolo y a quién admiramos. Son dos cosas que por momentos se intersecan pero NO son lo mismo. Al ídolo lo elevamos, lo miramos de lejos, lo vemos como aquél ser que alcanza el cielo con sus manos ... y sin embargo, a veces los llegamos a deshumanizar. Y tienen defectos como cualquiera, no?. Ídolos, como Maradona... por salir de la frontera peruana.
Yo solo pienso que simplemente miremos un poquito más allá...Hay gente mucho más admirable, ¿no? Y la mezquindad que supuestamente caracteriza a los peruanos, no debe llegar a cegarnos ni a negar su existencia.
Ahora, ¿a quién admiro yo? En primer lugar, a Aurora Paccaya, una mujer honesta, sencilla que trabaja conmigo en el colegio y que siempre está con una sonrisa en el rostro para lo que sea, una mujer que sobrevivió la violencia del marido, el abandono y la pobreza en su pellejo, y que lucha todos los días para sacar adelante a sus dos hijas y darles una mejor vida que la que ella tuvo. A Mari Huilcashuamán, una peluquera, que se las suda todos los días desde las 5 a.m. hasta pasadas las 11 de la noche, que sueña con mejorar el mundo de sus hijos y de su nieta. Admiro a mi hermana Patricia, que desde que nació luchó contra su minusvalía y tiene más valía que muchos en esta vida y mucho más a mi madre que asumió ese reto con ella codo a codo. Admiro a mi amiga Magalli por su trabajo anónimo y su humilde Casita de Faustino; admiro a todos los padres que sacan fuerza de no sé dónde cuando tienen un hijo condenado a alguna maldita enfermedad y siguen sonriéndole a la vida; a los BUENOS maestros mal pagados y marginados, que hacen todo lo que esté a su alcance para lograr que el alumno desnutrido que tienen delante aprenda a leer...
Sí puedo admirar y me siento orgullosa de conocer a muchas de estas personas y aprender de ellas todos los días... y mis hijos no se ven reflejados: los admiran, los respetan y son conscientes de que estos ejemplos están a la vuelta de la esquina. Son más conscientes aún de que ellos, con las miles de oportunidades, tienen más responsabilidades más obligaciones de luchar todos los días de su vida.
Aclaro, conozco a Cecilia le tengo cariño y mucho respeto... pero no la admiro, como seguramente ella a mí tampoco.

3 comentarios:

Santiago dijo...

Muy bien dicho tia. Lo que tiene que cambiar no es el "quien" sino el "que". El problema no esta en no admirar a Vargas Llosa, sino en no admirar el coraje y la solidaridad en la vida cotidiana.

SD

Claudia dijo...

VALE!!!! Hay que saber reconocer, sin tener una graaaaaan inteligencia, el valor (valía) es la gente. Eso es el primer paso para la admiración.

Administrador dijo...

Muy interesante!

Me pregunto si admirar a los buenos profesores mal pagados, los padres de familia que tienen hijos con problemas, etc... no resulta un clisé también?

No lo digo en este caso, pero en general...