Hace semanas que estoy por escribir este post, y le doy vueltas y vueltas al tema porque no encontraba la manera de empezarlo.
Hoy, salí temprano a caminar y al pasar por una casa sentí que me invadía el olor de los jazmines que estaban sobre el muro de ésta. Fue una sensación cálida, hospitalaria, la verdad es que no sé cómo describirla… y es justamente eso: cómo describes un olor. A una terrícola normal y silvestre como yo se le complica la vida puesto que mi limitado conocimiento de este tema me tiene enredada.
No soy, desde luego, ni pretendo ser Grenouille protagonista de la maravillosa novela de Patrick Suskind –no confíen en la película, ¡por favor!- . Sin embargo, considero que lo olores son importantes en la vida. Pueden definir las relaciones humanas, pueden remontarnos a la infancia, pueden ser la chispa de algo especial, pueden ser imperceptibles pero no lo suficiente para que dejen de producir efectos en nosotros.
Yo pienso en aquellos olores que son gratos para mí, como el del jazmín por ejemplo, el del pan caliente, el del césped recién cortado; esporádicamente el del mar en la mañana cuando salgo a trabajar; el del pollo al horno; el aroma del libro nuevo y las librerías viejas, especiales me resultan el del pan dulce que me hacen recordar a mi abuelo así como el del alcanfor –mis primas y hermanas recordarán cómo olía su closet-, el aroma de la sandía que asocio con los veranos de mi infancia cuando la noción de familia tenía lógica. A mi hijo por ejemplo, le gusta el olor del aromatizador de Lavanda porque dice que le recuerda cuando era pequeño y lo bañaba con espumas en la tina de su abuela.
Los olores fomentan recuerdos, por ello forman parte importante de nuestras vidas, como los sabores y todas aquellas formas que tiene el mundo para ingresar por nuestros sentidos. Sobre los sabores prometo hablar pronto....
Hoy, salí temprano a caminar y al pasar por una casa sentí que me invadía el olor de los jazmines que estaban sobre el muro de ésta. Fue una sensación cálida, hospitalaria, la verdad es que no sé cómo describirla… y es justamente eso: cómo describes un olor. A una terrícola normal y silvestre como yo se le complica la vida puesto que mi limitado conocimiento de este tema me tiene enredada.
No soy, desde luego, ni pretendo ser Grenouille protagonista de la maravillosa novela de Patrick Suskind –no confíen en la película, ¡por favor!- . Sin embargo, considero que lo olores son importantes en la vida. Pueden definir las relaciones humanas, pueden remontarnos a la infancia, pueden ser la chispa de algo especial, pueden ser imperceptibles pero no lo suficiente para que dejen de producir efectos en nosotros.
Yo pienso en aquellos olores que son gratos para mí, como el del jazmín por ejemplo, el del pan caliente, el del césped recién cortado; esporádicamente el del mar en la mañana cuando salgo a trabajar; el del pollo al horno; el aroma del libro nuevo y las librerías viejas, especiales me resultan el del pan dulce que me hacen recordar a mi abuelo así como el del alcanfor –mis primas y hermanas recordarán cómo olía su closet-, el aroma de la sandía que asocio con los veranos de mi infancia cuando la noción de familia tenía lógica. A mi hijo por ejemplo, le gusta el olor del aromatizador de Lavanda porque dice que le recuerda cuando era pequeño y lo bañaba con espumas en la tina de su abuela.
Los olores fomentan recuerdos, por ello forman parte importante de nuestras vidas, como los sabores y todas aquellas formas que tiene el mundo para ingresar por nuestros sentidos. Sobre los sabores prometo hablar pronto....
1 comentario:
Los olores me facinan, cuando huelo algo, lo que sea, intento decodificar los ingredientes que lo hacen ser.
"Huele como a canela, pero menos dulce" "Huele a casa antigua" "Éste lugar huele como Tambopata"
No recuerdo muchos olores, pero hay muchos que puedo decirfrar. Por ejemplo, todas las cosas provenientes de la casa de Mariana huelen igual, todas las cosas provenientes de la casa de mi tía huelen igual.
Y hay un olor que podría reconocer en cualquier lugar y que no hay manera que lo confunda, que es el perfume de mi enamorado. Siempre me sorprendo cuando alguien huele como él.
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