Como algunos sabrán tengo un problema con la propiedad que colinda con mi casa. Están construyendo un edificio y esto ha causado daños terribles a todos los vecinos del terreno en cuestión. En mi caso, hay algunas fisuras en paredes importantes de mi humilde vivienda. En fin, una pelotudez de esas que te caen del cielo y uno dice: ¿why me?
La cuestión es que fui citada por la Dirección de la Policía Nacional del Perú, que se encarga de ver las denuncias penales de ese rubro. Yo, por supuesto, en mi medio miopía legal (a pesar de estar casada más de veinte años con un abogado) he repetido una y otra vez que me había citado la Fiscalía… porque creo que en realidad simplemente tiene otro caché que te cite la Fiscalía a que se cite la Policía (¿o no?).
El cuento es que me enrumbe a las oficinas correspondientes en el Centro de Lima en el día más lluvioso del invierno. La citación indicaba que podía asistir con cualquier abogado que yo quisiera escoger. ¿Adivinen con quién fui? Claro que, la decisión la tomé en un ataque de masoquismo puro, arriesgándome a que en la mezcla de amor y problemas legales de esta aventura judicial generara una discusión conyugal de padre y señor mío y todas las entidades sacrosantas de los altos cielos.
Camino a la Fiscalía (corrijo, a la Dirección de la Policía) empecé a recibir varias instrucciones sobre qué me iban a preguntar, cómo y qué debía contestar, qué NO debía contestar y etcétera. Yo, para mis adentros (como diría la Srta Norma Cardoso, mi profe de matemáticas de 5to grado) pensaba: estoy emocionadísima, voy a hacer una declaración judicial, voy a dejar mi testimonio en los Anales judiciales de mi país!!! Mientras que mi abogado seguía haciéndome las indicaciones del caso, renegando por el tráfico, y por la pérdida de tiempo que esto suponía.
Después de haber dejado el carro en un estacionamiento, fuimos a paso acelerado hacia nuestro destino (en este andar, yo que soy recontra curiosa y voy muy poco al centro) miraba todo como niña en Feria, estimulada por todos lados, los restaurantes que me ofrecían menús maravillosos por 4 soles, los vendedores ambulantes de los Geniogramas resueltos de El Comercio, los que vendían medias, los huecos llenos de agua de lluvia, los turistas, la gama de gente que iba y venía con la misma celeridad que nosotros…. Claudia en el país de las maravillas… el abogado, en el Infierno de Dante.
Llegamos y nos tenía que atender el Comandante Pejerrey (les juro que así se apellidaba) pero en ese momento era “no habido” por lo cual nos atendió su “lorna”, un policía vestido de civil sumamente educado que al inicio del interrogatorio (linda palabra, ¿no?), preguntó a mi acompañante: ¿Usted, es su abogado? , y recibió como respuesta: Abogado y ESPOSO. Ojo que lo coloco en mayúsculas porque así sonó. Además como ‘estábamos” con buen talante… se pueden imaginar.
Las preguntas iban y venían y a mí me habían adoctrinado muy bien: contesta estrictamente lo necesario, A, B, C… Pero había un problema: ¿cuándo yo, he sabido o podido hablar ESTRICTAMENTE lo necesario? Eso es imposible!!!!!! No way!!!!!! Este abogado mío se olvidó con quién se había unido en sacrosanto matrimonio… estaba amnésico… Entonces cada vez que yo pronunciaba unas diez (aunque podrían ser cien) palabras extras se sentía tensión en el ambiente… El policía en cambio estaba muy entretenido con la historia, que hasta me preguntó de puro curioso y creo que solidario: ¿y ustedes pueden vivir ahí?... Cuando terminamos miré a mi abogado con cara de “me porté bien, ¿no?”. Yo seguía fascinada con la aventura y él… no. Seguramente porque lo que debió durar veinte minutos demoró cincuentailargos y con la rapidez que el policía deslizaba sus dedos sobre el teclado… la cuenta de minutos se incrementó.
Vieron cómo me demoré en contar la historia... Este es uno de mis posts más largos...
3 comentarios:
Efectivamente mi querida Claudia, un total masoquismo escoger a tu esposo como abogado, porque si te peleas con tu abogado, no hay problema,se va a su casa y tú a la tuya; pero si es tu esposo....mmmm. Espero en todo caso que todo sea para bien.
Excelente post Claudia, me he reido bastante (aunque el tema es jodido)
ajajja que bien relatado el post, me pude hacer una imagen mental de el "interrogatorio". Jaja me dio risa el apellido del lorna mayor :P
Un beso Claudia
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