martes, enero 28, 2014

Lo que cuento

Más de una vez me han preguntado si cuando cuento historias en el Blog (en primera persona) todas me pertenecen. Les confesaré que no todas. Curiosamente, a lo largo de estos años muchas voces femeninas me han confiado sus vivencias  y yo, pidiendo permiso o a solicitud de la mismas he usado mi espacio para hablar por ellas, sobre ellas. También están las reflexiones que parten de experiencias que comparten conmigo, o ideas que me dan que a  ellas mismas les han confiado. ¿Por qué no escribes sobre esto…? Me dicen.
Y es que las mujeres, constantemente, nos contamos historias. Ello tiene una larga data antropológica que corresponde a tiempos memoriosos. Pienso en diferentes círculos femeninos en los que se compartían alegrías, miedos, angustias alrededor del fuego. Mujeres relegas, alejadas de los quehaceres “masculinos”, tal vez  atrapadas en un harem, en una residencia de geishas, en un salón de bordado… y poco a poco, en la memoria colectiva queda ese ir y venir de historias que merecen contarse. Entre las grandes contadoras de historias destaca Sherezade que salvó de morir solo cautivando a su “verdugo” noche tras noche.
Hay historia personales duras, terribles, hasta culposas. Otras, divertidas, cuestionadoras, irónicas. En este espacio semanal escojo las que me provocan según venga el ánimo. Las mías, las tuyas, las ajenas… nunca las inventadas.
Siempre hay una historia para contar.

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