martes, marzo 18, 2008

Los DIEZ mandamientos

He estado pensando mucho en esta historia de los 10 mandamientos, ¿será que ahora que está cerca la Semana Santa me vino la onda teológica….?
Estos consejillos, que nos acercan o nos llevan directo al Reino de los Cielos, si los cumplimos a rajatabla, me obsesionan un poquito, más en estos tiempo modernos en donde algunos de ellos me parecen bastante cuestionables o complicados de cumplir.
(Advierto que voy a usar los del Catecismo Católico que discrepan en orden con otros más ortodoxos):
I. Amar a Dios por encima de todas las cosas. Ese es relativamente fácil si es que tienes fe, si eres creyente por tus cuatro costados (o en todas curvas). Digo que es fácil si de cosas se trata; porque si me dicen que ame a Dios por encima de… por ejemplo mis hijos….
Padre, confieso que he pecado – ¿quién no?-.
II. No tomarás el Nombre de Dios en vano. Bastará que yo diga una frase para que éste se vaya al cacho: Hermanito, te juro por Diosito que mañana te pago… tengo un conocido que me debe hace cinco años que se van para seis. El pobre (chesu!) vive en pecado y ni cuenta se debe haber dado (espero que le dé una leidita a este artículo a ver qué pasa.....).
III. Santificarás las fiestas. La santificada de Navidad es la mejor, se gasta un huevo de plata en regalos y se come como condenado. Y todos felices celebrando el nacimiento del buen Jesucito. En Octubre, que viva el trague de Turrón de Doña Pepa al lado de las sangrientas corridas de toros junto con nuestro venerado Señor de los Milagros. ¿Qué es realmente santificar? ¿Ir a misa cuando es feriado religioso? ¿That’s it?
Padre, confieso que he pecado.
IV. Honrarás a tu padre y a tu madre. Ésta puede ser un poquito más fácil. Sin embargo, me imagino que en algún momento de nuestras vidas los hemos odiado a morir. O bien que algunos lectores le deben laaaaargas sesiones de terapia a sus papis y a sus mamis -porque la verdad es que hay cada ejemplar-…. Complejo de Edipo, Complejo de Electra... Mmm, creo que no era tan fácil la cosa ésta.
V. No matarás. Si se refiere físicamente vale! Más de uno la hizo. Pero cuántas veces queremos deshacernos de alguien…….
Padre, confieso que he pecado.
VI. No cometerás actos impuros. Éste me lo cambiaron porque antes era NO FORNICARÁS: no way! De paso me hace acordar a los curas de mi colegio que le decían a los chicos que si se masturbaban les iban crecer pelos en la mano!!!!!!
VII. No robarás. Pucha, aquí me huele que el porcentaje es muchísimo más alto de lo que creemos, pero muchísimo más: los pomitos de shampoo del hotel, un vaso, unos fosforitos, un chicle, un llavero, un lapicero, la colchita del avión, la almohadita, una caramelito…..
Padre, confieso que he pecado.
VIII. No darás falso testimonio ni mentirás. Hay tantas mentiras universales que merecerían otra publicación, Dios…. éste sí que lo pusiste recomplicado…. Además si disfrazamos la mentira con la de mentirablanca o piadosa, somos recontrapiadosos… estamos salvados.
Padre, confieso que piadosamente he pecado.
IX. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Uyyuyuyy… ahí lo dejo.
X. No codiciarás los bienes ajenos. En su forma antigua es mejor…No desearás la casa de tu prójimo. No desearás la mujer de tu prójimo, su sirviente, su sirvienta, su buey, su burro, ni nada que le pertenezca a tu prójimo. Y ¿se salvan las que desean al hombre de su prójima o algo de lo que la prójima tiene? O ¿aquél que envidia al prójimo cuando algo le sale bien?

Qué les parece si vamos haciendo una colecta para el aire acondicionado.... ahí abajo lo vamos a necesitar.

3 comentarios:

Alberto dijo...

Espero tener un Virgilio que me guie y una Beatriz que me salve porque sino voy a ir al sexto circulo del infierno

Anónimo dijo...

Je, je, fue por eso que al final se resumio en uno (que puede ser reinterpretado como dos o tres). Nos permite ser mas flexibles, y nos saca ese odioso "NO" de las reglas.

Flores de su pena dijo...

La verdad es que está muy difícil la cosa de los diez mandamientos, en especial ese de no cometer actos impuros (¡Fornicar!), y el de no codiciar bienes ajenos o personas ajenas. No, no, esto está peludo, como dicen por mis tierras. Yo no le voy a meter mucho análisis porque mi multa en los cielos sería grande.