sábado, marzo 22, 2008

Uy! qué nervios!

Advertencia: el contenido de este artículo puede causar náuseas… tómense un Gravol o aplicar a la vena (de frente y sin miramientos)

He ido preguntando a mis amigos qué es lo que les produce temor, repulsión o asco, en lo cotidiano o en sus fantasías y de hecho me he dado con respuestas bastantes particulares. Muchos de ellos han confiado plenamente en mí sin saber qué iba a ser con ese dato, pero de hecho sospechaban que iban a ayudarme a escribir un artículo en el Blog.
Hay temores compartidos, por ejemplo a las ratas o cualquier pariente, pero parece que la rata produce una ensalada de sentimientos espantosos que van desde el asco hasta el terror. Uno de los orígenes puede estar cuando los niños de mi generación se espantaron con la rata de la película de Disney La dama y el vagabundo: este ser nauseabundo que entra en la casa con la intención de meterse a la cuna del bebé recién nacido. En conclusión, están jodidos porque éste es el año chino de la Rata….!
Las cucarachas van por el mismo camino, la historia de mi amiga C es espantosa: cuando era niña en la casa de la abuela –una propiedad muy antigua- entró al baño de noche y cuando prendió la luz vio como un mar de cucarachas habían cubierto todo el piso volviéndolo marrón, por efecto del reflejo luminoso escaparon por un ducto que estaban reparando. Así cualquiera…Yo que no sentía asco por estos bichos…. me acabo de unir a la causa.
Las hormigas, arañas, los gusanos, las babosas, las polillas y otros bichos más caen en ese lugar común de ser uno de los géneros más odiados del planeta, como dice mi amiga G, con sólo hablar de ello me pica todo el cuerpo, es más hasta se enroncha. Advierto que alguno de estos cohabitantes del planeta se comerá nuestro cuerpito o sea que a los enemigos: crémense….
Otro temor que cada vez veo que es más común es a los pájaros o algún componente de ellos como las plumas. Es curioso, tengo una amiga que ni siquiera puede distinguir entre la cuculí que se para cagando en las bancas de mi jardín (las odio!) y el pollo a la brasa que de vez en cuando se empuja su marido. Simplemente por principio no puede con los bichos alados. Pobre víctima de Hitchcock … éste la tenía clara cuando hizo la película Los pájaros.
Mi marido (me ha permitido citarlo) le tiene fobia a las esponjas, cuando tiene que tocar una –o algo hecho de ese material- casi casi entra en una contorsión digna de Linda Blair en El exorcista…. peor aún, sólo al escuchar la palabra esponja se escarapela….Tortura científicamente comprobada. Nosotros concluimos que de niño al bañarlo le sacaban la mugre como sartén vieja con una esponja áspera y de ahí el trauma…..
Comunes: el miedo a volar, los espacios muy abiertos, el miedo escénico, a los truenos (me aúno), al abismo…
De los misteriosos y casi inexplicables: el miedo al fuego, llegar al límite de ni siquiera prender un fósforo... al término del día -se cierra un ciclo y produce angustia-, a los balcones o ventanas altas, a fantasear con quedarse atrapado en algún lugar oscuro por donde pasa una acequia. Despertar y no poder moverte y realmente sentirlo….
Yo les comparto dos temores míos concretos: Cuando vi por primera vez el Huascarán y de ahí en adelante cualquier glaciar imponente me da una angustia realmente horrible. La misma sensación que cuando estoy sin piso en el agua (aunque sé nadar). A ambas angustias les he encontrado una explicación en la famosa teoría de la reencarnación (pues hay que buscar cuál es la causa de los temores personales, al menos por curiosidad). En mis otras vidas fui: primero, la Dama de Ampato –léase la Momia Juanita- sacrificada en la majestuosidad de los Andes y luego, me morí en el Titanic.

1 comentario:

Flores de su pena dijo...

Está interesante esto de los temores. Mi lista sería larga. Estoy trabajando en acortarla con mi psicoterapeuta. No es bueno andar con muchos temores por allí.