viernes, diciembre 26, 2008

Del por qué perdí a mis amigos

Termino el año pensando en las particulares relaciones amicales. Siempre he dicho que lo que más aprecio de mis amigos es que a pesar de todo, sigan a mi lado.
Sin copiarme el título de una de las novelas de Jaime Bayly, me puse a pensar en los amigos que aparecieron y desaparecieron en determinadas épocas de mi vida, aquellos que perdí. En realidad, confesaré que estuve pensando más en las razones por las cuales desaparecieron y decidí hacer una lista de las causas ya sean ridículas o importantes.
Aquí algunas:
A los 8 años perdí una amiga porque le impuse exprimir limones para hacer limonada y me dijo que no le gustaba, me molesté con ella, ella conmigo y nunca más nos invitamos.
A los 17 perdí una amiga porque no era lo que yo creía.
A los 19 perdí una amiga porque me dijo que le daba más importancia a mi enamorado que a ella.
A los 20 perdí a una amiga porque una amiga de ella y un amigo mío tenía “algo” que terminó y nosotras cometimos el error de tomar partido.
A los 30 perdí varios amigos porque me cambié de trabajo. No obstante, conservé los maravillosos.
A los 35 perdí a un amigo porque se casó con una tarada.
Sobre los 40 perdí un amigo porque le prestamos dinero, también perdimos el dinero.
¿Qué complicada es la amistad,no?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que lo más triste es que hayas perdido un amigo y dinero. Je.

Anónimo dijo...

Claudia, me llama la atención que no hayas perdido amigos porque se van... salvo los del trabajo. Un día leí que la vida es una constante pérdida y efectivamente uno va perdiendo amigos, pero ganando otros. Sin embargo, hay algunos que quedan como un pozo, en el fondo, siempre allí, a pesar del tiempo y el espacio. Esos "son". Son pocos, porque la amistad hay que construirla (mientras que la familiariedad te viene dada). Supone esfuerzo, trabajo, que no siempre estamos dispuestos a dar. Además, con el tiempo vamos cogiendo temores: apuestas por alguien y te defrauda, a la próxima eres más reticente para confiar en alguien nuevo. De vez en cuando la vida te sorprende con "nuevas adquisiciones" o recuperas viejas amistades. Así las amistades van cambiando y te van llenando la vida. Laly

Ana María Tessey dijo...

Los amigos que gané

Hace unos tres años Alex conoció un nuevo grupo de amigos con los cuales empezó a compartir una serie de intereses culturales. A pesar de que las reuniones eran al principio solo entre los hombres, estos amigos tenían esposas y obviamente yo veía que las invitaciones iban a venir de ida y de vuelta. Lo primero que pensé fue que ya no quería conocer más gente porque ya tenía suficientes amigos y muy buenos así que no tenía ganas de ampliar mi círculo. Pero como inevitablemente tuve que aceptar las invitaciones me di con la sorpresa de que las esposas resultaron encantadoras además de interesantes, ni qué decir de los amigos de Alex. Ahora me he dado cuenta de que se gana muchos más amigos en la vida de los que se pierde y que “al fondo siempre hay sitio” para un amigo más.