lunes, octubre 12, 2009

Conjuguemos el verbo QUEJAR

Yo me quejo, tú te quejas, él se queja, nosotros nos quejamos y la verdad es que cada uno se queja más de lo normal (si de normalidad se puede hablar en este asunto). Hoy sufro solamente. Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Decía nuestro gran poeta peruano.

Últimamente me he dado cuenta de que todos nos quejamos, todos tenemos algo por qué sufrir, pero el problema en realidad se agrava cuando hemos hecho de nuestra condolida condición humana una competencia diaria en donde si alguien te cuenta la causa de su dolor, tú siempre le vas a sacar un contraargumento para demostrar que le ganas en calidad y cantidad. No estoy bien, tengo a, b, c y d problemas te dice un amigo. La clásica respuesta, esperable, predeterminada y obvia será: … pobre ¡pero no sabes lo que me pasó a mí, 5a, 5b, 5 c y todo el abecedario completo!!!!!!!!


Aclaro que no tiro la primera piedra, yo también me aúno al grupo, todos nos quejamos, todos tenemos tensiones y problemas, unos más graves que otros; pero fíjense cómo la tendencia a la queja colectiva va invadiéndonos poco a poco. Estamos intoxicándonos con ella, si es el dinero, si son los hijos, los padres, el trabajo, la falta de él, y la lista puede seguir y seguir, y eso que no he tomado en cuenta la salud pues es un rubro más delicado.
Siempre hay algo de qué quejarnos, y vuelvo al punto inicial, estamos en una enfermiza competencia de quién sufre más, hay una suerte de ambición por ganar la carrera del sufrido, la “Suffer Cup”, y en el fondo lo que queremos es que las gente nos tenga pena, se conduela de nosotros, piense: ¡qué valiente es para soportar todo ello!

No pretendo ser tampoco, una tarada optimista que prefiere ocultar una realidad que tiene que ver con la condición humana: si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría. La capacidad de sufrir es inherente a nosotros pero repito: nos está intoxicando silenciosamente.

Quejarse es catártico pero no hay que exagerar... por lo tanto habrá que decidir si está en nuestras manos tener como premisa de vida una sentencia que Vallejo ya anunciaba: Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente.

¡Provecho! Yo haré lo posible por abandonar la competencia y no me extrañen.

6 comentarios:

Guely of Sweden dijo...

Me haces pensar en el clásico dilema del vaso medio vacio y el medio lleno. Cuando en el fondo es un solo y mismo vaso, y todo depende de cómo lo queremos ver. Dependiendo de nuestro pesimismo u optimismo es lo uno o lo otro. No tomemos a Vallejo como texto canónico en esto, que acabamos todos o tuberculosos o suicidándonos. El hizo de la tristeza y el sufrimiento algo en lo que todos los seres humanos nos pudiesemos ver reflejados en lo que todos nos pudieramos basicamente hermanar. Fué un profesional de la amargura nihilista. Aparte de su poema "Masa" todo es oscuro y casi dulce pesimismo. Dentro del arte cabe pensar en la belleza del dolor: la "Tragedia".Dentro del arte! De nuestra vida, que es como una película, podemos hacer una comedia o un drama sea como sea tratemos de encaminarla hacia un "happy ending". Con Vallejo de guionista dudo seriamente que consigamos uno.
Me alegro haberme suscrito a tu blog. No estoy seguro si mis comentarios tienen sentido o no pero de todas maneras me haces reflexionar.

Alberto dijo...

Culpable, total, de lo publicado. Ahora me fuerzo a ver todo en buena luz, aunque tenga un problema alegrarme del simple hecho de estar vivo o tener cosas mejores de las cuales alegrarme. Tratar de solucionarlo, no involucrarme demasiado y concentrarme en lo que tengo que hacer de verdad.

Hubo una época donde me llamaban "quejetas" ahora trato, de quejarme de cosas más cotidianas y ya no de los problemas alrededor o en mi vida.

Anónimo dijo...

Haremos lo mismo...la idea es saber con què actitud vamos a enfrentar aquellos problemas. La actitud depende de nosotros, ¿nos dejaremos ahogar en un vaso de agua? No! Nuestras ideas irracionales a veces nos juegan una mala pasada, lo que pasa es que no nos damos cuenta que nosotros nos encargamos de las mismas....

Magalli

Anónimo dijo...

La queja y el victiismo. Hay gente que le encanta sentirse víctima, seguro porque ha logrado beneficios con ello: chantages emocionales, pena, ayuda, etc. Parece que hay gente que le funciona porque veo a mi alrededor gente que no para de quejarse y consigue cosas¡ En mi caso, la queja me entristece, creo que me convierte en víctima de verdad y, ante eso, prefiero el proactivismo. Sin caer en el optimismo idiota, creo que es mejor no quejarse, sino actuar. No perder tiempo ni energias en regodearse en los problemas. Otra cosa es reconocerlos y estudiarlos para salir adelante. Chau Claudia. Laly

Guely of Sweden dijo...

"Chantaje emocional" que buena forma de decir "si no me tienes pena(y me das o haces lo que yo quiero) te vas a sentir culpable y mal".

Michael dijo...

Me siento totalmente identificado , pero hace maso menos un año decidi cambiar ese habito por otros bastante mas optimistas.

Normalmente nos quejamos de lo que ya nos paso o de lo que posiblemente nos pase , en otras palabras, nos preocupamos por el pasado o por el futuro cuando lo mejor de la vida esta en vivir el presente de la manera mas positiva posible. Creo que una mentalidad positiva tiene mucha influencia en nuestra salud y en todo lo que nos rodea .