Escrito en presente histórico: tiempo verbal usado para referirse a hechos sucedidos en la historia que estrictamente hablando ya son parte del pasado: "El hombre llega a la luna en 1969". “Cristóbal Colón descubre América en 1492”.
Compramos una elíptica. En mi mente, mi imagen se proyecta en una fantasía incomparable: cual Miss Playa 2009 me veo con mi sixpack delicado en la zona abdominal, un derriere fortalecido y a toda prueba de la ley de la gravedad, unos brazos firmes dignos de saludar aparatosamente e inclusive dejar que mi hijo me friegue la vida jugando con el colgajo; en suma, un cuerpo solidificado dejando atrás a los tejidos blandengues que tiemblan cual malagua al menor movimiento.
Ubicación estratégica, frente al televisor. Problema: no tengo dónde colocar el control remoto, si me lo pongo en la cintura del buzo se me va a pegar a la huata y se va a terminar resbalando por la pierna y hacerse puré en el piso. Solución: busco un punto de apoyo cerca, que me permita dejarlo ahí y cada vez que quiera usarlo hacer una maniobra casi acrobática con el peligro de caerme y sacarme la mugre si quiero cambiar de canal. Asumo el riesgo.
Día 1: Arranco. Pasan los malditos primeros DOS minutos, ya no doy, el corazón se me sale por la boca, el pulmón por la oreja y solamente he quemado 20 calorías desgraciadas que no me cubre ni siquiera el valor de la cáscara de la manzana que he comido anoche!!!! El orgullo, depositado en mis caderas puede más. Prosigo. Llego a los CUATRO minutos, el pulso acelerado al máximo, las piernas más duras que plancha de hierro (sensación temporal, para colmo), mejillas a punto de estallar. Me pregunto: ¿este cronómetro estará bien calibrado? Se nota que la elíptica es de género femenino: me odia. Ya me cansé de ver Canal N y las noticias, si logro poner el canal 6 salen las Ohdiosas, si pongo Warner me sale Friends, la regia estúpida de la Jennifer Anniston, y recién voy SEIS minutos. ¿No se habrá malogrado esta vaina? ¿Habré leído bien las instrucciones? OCHO minutos, basta! Primer día, suficiente, si hago un minuto más mañana no voy a poder bajar las escaleras y voy a caminar como escaldada. ¡No way!
Día 2: Mismo nivel, desde luego. Tengo que hacer más. Una mujer como yo no puede dejarse vencer por una máquina, mi orgullo me lo impide, mis mondongos, más! Me subo, empiezo, comprendo que los malditos SEIS primeros minutos son eternos, no pasan nunca, pongo una película, ahora sale una mujer más carnosa que me consuela, y sigo, llego a los DOCE, DOCE!!!!!!!!!! No puedo creerlo, me siento “la pequeña sirenita”.
Días 3 al 17: He logrado llegar a los veinte minutos y siento que ya quemo calorías, que hay que pasar la valla inicial, que ‘ELI” y yo somos amigas, me quiere, aguanta mis quejas, sabe que puede ayudarme y me motiva a tomar la decisión de llegar a la MEDIA HORA (¿dije media hora? ¿habré enloquecido?) Yo… la reina del sedentarismo se ha planteado la F A B U L O S A idea de hacer media hora? Imposible.
Día 18: Trepada en la elíptica. En la tv veo Amazing Race un reality show que consiste en una suerte de carrera alrededor del mundo en donde los concursantes (en pareja) tienen que pasar por retos de orden físico y los van eliminando…. En eso, tengo una visión: una sexagenaria con su sexagenario marido (40 años de casados) tienen que trepar por una cascada en el Brasil. Ella es mi musa, se toma su tiempo, trepa, sufre, suda, se resbala, sigue, trepa, suda, pero NO desmaya…. voy en el minuto VEINTIDÓS, ella sigue, yo también…. y mientras ella alcanza llegar a su meta en la lejanía de la Amazonía con 40 grados de temperatura, yo llegó a mi maravilloso minuto TREINTA!!!! Mi heroína, mi inspiración, mi Teresita de Calcuta, cuando sea grande quiero ser como tú!!!!
Día 20: Tengo que estar lista temprano, hago 12 minutos. No dan Amazing Race, veo a Alan…..qué más puedo pedirle a la vida.
Compramos una elíptica. En mi mente, mi imagen se proyecta en una fantasía incomparable: cual Miss Playa 2009 me veo con mi sixpack delicado en la zona abdominal, un derriere fortalecido y a toda prueba de la ley de la gravedad, unos brazos firmes dignos de saludar aparatosamente e inclusive dejar que mi hijo me friegue la vida jugando con el colgajo; en suma, un cuerpo solidificado dejando atrás a los tejidos blandengues que tiemblan cual malagua al menor movimiento.
Ubicación estratégica, frente al televisor. Problema: no tengo dónde colocar el control remoto, si me lo pongo en la cintura del buzo se me va a pegar a la huata y se va a terminar resbalando por la pierna y hacerse puré en el piso. Solución: busco un punto de apoyo cerca, que me permita dejarlo ahí y cada vez que quiera usarlo hacer una maniobra casi acrobática con el peligro de caerme y sacarme la mugre si quiero cambiar de canal. Asumo el riesgo.
Día 1: Arranco. Pasan los malditos primeros DOS minutos, ya no doy, el corazón se me sale por la boca, el pulmón por la oreja y solamente he quemado 20 calorías desgraciadas que no me cubre ni siquiera el valor de la cáscara de la manzana que he comido anoche!!!! El orgullo, depositado en mis caderas puede más. Prosigo. Llego a los CUATRO minutos, el pulso acelerado al máximo, las piernas más duras que plancha de hierro (sensación temporal, para colmo), mejillas a punto de estallar. Me pregunto: ¿este cronómetro estará bien calibrado? Se nota que la elíptica es de género femenino: me odia. Ya me cansé de ver Canal N y las noticias, si logro poner el canal 6 salen las Ohdiosas, si pongo Warner me sale Friends, la regia estúpida de la Jennifer Anniston, y recién voy SEIS minutos. ¿No se habrá malogrado esta vaina? ¿Habré leído bien las instrucciones? OCHO minutos, basta! Primer día, suficiente, si hago un minuto más mañana no voy a poder bajar las escaleras y voy a caminar como escaldada. ¡No way!
Día 2: Mismo nivel, desde luego. Tengo que hacer más. Una mujer como yo no puede dejarse vencer por una máquina, mi orgullo me lo impide, mis mondongos, más! Me subo, empiezo, comprendo que los malditos SEIS primeros minutos son eternos, no pasan nunca, pongo una película, ahora sale una mujer más carnosa que me consuela, y sigo, llego a los DOCE, DOCE!!!!!!!!!! No puedo creerlo, me siento “la pequeña sirenita”.
Días 3 al 17: He logrado llegar a los veinte minutos y siento que ya quemo calorías, que hay que pasar la valla inicial, que ‘ELI” y yo somos amigas, me quiere, aguanta mis quejas, sabe que puede ayudarme y me motiva a tomar la decisión de llegar a la MEDIA HORA (¿dije media hora? ¿habré enloquecido?) Yo… la reina del sedentarismo se ha planteado la F A B U L O S A idea de hacer media hora? Imposible.
Día 18: Trepada en la elíptica. En la tv veo Amazing Race un reality show que consiste en una suerte de carrera alrededor del mundo en donde los concursantes (en pareja) tienen que pasar por retos de orden físico y los van eliminando…. En eso, tengo una visión: una sexagenaria con su sexagenario marido (40 años de casados) tienen que trepar por una cascada en el Brasil. Ella es mi musa, se toma su tiempo, trepa, sufre, suda, se resbala, sigue, trepa, suda, pero NO desmaya…. voy en el minuto VEINTIDÓS, ella sigue, yo también…. y mientras ella alcanza llegar a su meta en la lejanía de la Amazonía con 40 grados de temperatura, yo llegó a mi maravilloso minuto TREINTA!!!! Mi heroína, mi inspiración, mi Teresita de Calcuta, cuando sea grande quiero ser como tú!!!!
Día 20: Tengo que estar lista temprano, hago 12 minutos. No dan Amazing Race, veo a Alan…..qué más puedo pedirle a la vida.
4 comentarios:
Qué mas le puedes pedir a la vida? Que te tenga piedad, porque la proxima vez que comiences no habrá quién te detenga... TU PUEDES!! Si te da ánimos saberlo, yo no llegaría ni al minuto.
PD: The amazing race es GENIAL, y no solo es de parejas, hay tambien de familias.
Espectacular, no sabes como me he reido!
Ahora cuantos vas? Ya llegas a 45 min?
el otro dia yo hice 10 minutos y ahorita me encuentro en mi semana de descaso jajaja
Claudia, me siento debil... yo tengo le elíptica armada, con la pequeña computadora que te dice cuantas calorías te faltan para que realmente puedas decir que has trabajado, la voluntad para cuidar la figura pero cada vez que la veo me invade una FLOJERA que termino tirándome en la cama a terminar de ver Ugly Betty.
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