viernes, febrero 29, 2008

Déjame ayudarte

El otro día me quedé asombrada al ver la cantidad de libros de auto-ayuda que existían en un autoservicio. Les ofrezco unos ejemplos con un pequeño comentario. Guía para hacerse rico, - compré varios ejemplares para mí y para mis amigos para ver a cuál le funcionaba-. La felicidad está en ti -dónde?, avísenme que la busco en mi celulitis y no la encuentro-. Haz el bien, mirando a quién -me gusta, un título honesto-. Usted puede sanar su vida -mueran los doctores!-. Conoce el poder de tu campo cuántico -alguien me puede explicar qué m... es el campo cuántico, por favor?-.
Les juro que sólo los nombres eran una galería maravillosamente creativa. Incluyo aquí (aunque tal vez algunos me critiquen) los libros del “brillante” Paolo Coelho. Se pueden imaginar que al ojo conté por lo menos 88 títulos, sin tomar en cuenta que había como 60 sobre consejos de Marketing y similares... Recuerdo que cuando yo era adolescente, ya circulaban libros como Tus zonas erróneas o Yo estoy bien, tú estás bien… y algunos otros más…pero eso era en el siglo pasado y ahora ¿qué ha pasado para que esta literatura sea tan exitosa en nuestro moderno siglo XXI?
Barajemos ciertas respuestas.
* Son textos que no demandan en el lector el tener un gran vocabulario, ni pensar mucho, ni invertir tiempo para llegar el final.
* Son libros de usar y botar. De fácil digestión, con pautas a prueba de brutos.
* En ellos predomina el uso de ideas demasiado concretas basadas en ejemplos cotidianos.
* No se observa mucha creatividad, el uso de la imaginación es nula.
* Va dirigida a un sector del público que se jacta de leer, pero abusa de su no reconocida ni confesada incredulidad y todas aquellas debilidades que encuentran respaldo en las pautas planteadas.
* Brindan consejos baratos, seducen, enamoran, y tienen la gran cualidad de lograr que un alto porcentaje de lectores se vea reflejado en sus páginas como si se tratara de un espejo.

La literatura de este tipo (la que convence) está dirigida a aquel sector del público contento y orgulloso –inconscientemente- de su propia ignorancia y superficialidad, por eso es que pareciera que encuentran en estos “encantadores de serpientes” la mágica solución a sus frustraciones, inconsistencias, problemas cotidianos, entre otros.
Esto me asusta, pues justamente termino llegando a la siguiente conclusión: la gente cada vez se parece más, busca soluciones fáciles y banales a situaciones complejas, piensa menos, y se “traga” cualquier historia considerando a esos autores dignos ganadores del Premio Nóbel de Literatura….
Que Dios nos ayude...


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