Si ya hablamos (ver uno de los primeros artículos) de despedidas y pérdidas es válido hablar también de regresos, de recuperaciones. Pues resultan tan complicadas como las primeras e inclusive a veces mucho más: cuestión de ver de dónde se vuelve o bajo qué condiciones.
Pensaba, el otro día, que un regreso complicado debe haber sido el de Ulises,y no porque su viaje haya sido tan accidentado pues demoró diez años en volver pasando mil y un vicisitudes. Después de todo lo vivido por él y por Penélope, después de la larga espera con todas las expectativas del caso, después de todo lo visto y sufrido. El reencuentro de estos dos maravillosos personajes mitológicos debe haber sido muy, pero muy difícil.
A muchos de mis amigos, que tuvieron intenciones de volver a la patria después de un largo autoexilio buscando mejores condiciones de vida, el regreso se les hizo tan complicado que tuvieron que volver a migrar. Razones varias: empezando por las burocráticas. El país no ayuda mucho al que vuelve, las trabas legales, desaduanaje, abrir una cuenta en un banco, etc. Y ojo! No exagero: las cosas están así de difíciles. Recuperar el país es difícil.
No obstante, surgen otros problemas, el que tiene que ver con lo emocional. Los que se fueron entonces, ya no son los mismos. Han luchado de otra manera hay sufrido desazones inimaginables, y en una profunda soledad que a veces es muy difícil comprender.
Volver no es fácil.
Por ejemplo, en las relaciones personales es más complicado todavía. Todo depende de las razones por las cuales hubo una separación, todo depende de si ha habido heridas de guerra, todo depende de los términos de la despedida y de las circunstancias del regreso. Hay regresos en los cuales, el otro (la otra) nunca se da por enterado, esos regresos en donde el que se fue lo hizo sólo emocionalmente y no físicamente, y por alguna razón decide volver. Estoy convencida de que estos casos abundan en las parejas, más de lo que uno cree. Son periodos difíciles y complicados, pero sí hay una decisión de regreso, recuperar lo perdido también debe serlo.
Por eso, a Ulises y a Penélope les debe haber costado mucho, La Odisea no acababa ahí: el verdadero viaje recién empezaba cuando nuestro gran héroe griego volvía a casa.
Pensaba, el otro día, que un regreso complicado debe haber sido el de Ulises,y no porque su viaje haya sido tan accidentado pues demoró diez años en volver pasando mil y un vicisitudes. Después de todo lo vivido por él y por Penélope, después de la larga espera con todas las expectativas del caso, después de todo lo visto y sufrido. El reencuentro de estos dos maravillosos personajes mitológicos debe haber sido muy, pero muy difícil.
A muchos de mis amigos, que tuvieron intenciones de volver a la patria después de un largo autoexilio buscando mejores condiciones de vida, el regreso se les hizo tan complicado que tuvieron que volver a migrar. Razones varias: empezando por las burocráticas. El país no ayuda mucho al que vuelve, las trabas legales, desaduanaje, abrir una cuenta en un banco, etc. Y ojo! No exagero: las cosas están así de difíciles. Recuperar el país es difícil.
No obstante, surgen otros problemas, el que tiene que ver con lo emocional. Los que se fueron entonces, ya no son los mismos. Han luchado de otra manera hay sufrido desazones inimaginables, y en una profunda soledad que a veces es muy difícil comprender.
Volver no es fácil.
Por ejemplo, en las relaciones personales es más complicado todavía. Todo depende de las razones por las cuales hubo una separación, todo depende de si ha habido heridas de guerra, todo depende de los términos de la despedida y de las circunstancias del regreso. Hay regresos en los cuales, el otro (la otra) nunca se da por enterado, esos regresos en donde el que se fue lo hizo sólo emocionalmente y no físicamente, y por alguna razón decide volver. Estoy convencida de que estos casos abundan en las parejas, más de lo que uno cree. Son periodos difíciles y complicados, pero sí hay una decisión de regreso, recuperar lo perdido también debe serlo.
Por eso, a Ulises y a Penélope les debe haber costado mucho, La Odisea no acababa ahí: el verdadero viaje recién empezaba cuando nuestro gran héroe griego volvía a casa.
2 comentarios:
Brrr, no me hagas pensar en eso, plis!!!
Ciertamente, el regreso puede ser mucho más complejo que la partida...
Si lo experimentamos cuando hacemos viajes cortos, apenas unos meses en otras tierras, no quiero imaginar vivir años en otro país y luego regresar. Tengo una hermana viviendo en USA y ella vive en esa contradicción de querer volver a ver su país, pero al mismo tiempo sabe que no se adaptará a ciertas cosas. Yo tengo temor de eso...no debe ser fácil.
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