miércoles, abril 16, 2008

QUEDA PROHIBIDO: sentir como yo quiero

Pensaba hace días en que muchas veces hablamos de lo liberal que es nuestra sociedad y sin embargo, seguimos siendo muy dependientes de los formalismos sociales. Llevamos tan dentro esta dependencia que inclusive hay cierto sentimientos que uno no puede permitirse en ciertas situaciones. No me refiero a un tema de educación ni buenos modales. Hago referencia a cómo uno debe mostrar ciertos sentimientos en coyunturas particulares porque es políticamente correcto.
Por ejemplo, en ciertas ocasiones o fechas que deben generar en todo el mundo alegría, aquél que no la muestra puede llegar a ser marginado, visto como raro. Si en una ceremonia colegial los padres lloran, el que no lo hace le cae su “sambenito” automáticamente, casi casi el sambenito de “insensible”: culpable!
Las situaciones vienen con máscaras incluidas, sé que suena un poco duro pero es verdad. Más grave es todavía, si la gente espera que te derrumbes.
Conversaba con mi hija el otro día sobre el condicionamiento al que nos somete la sociedad cuando uno pasa por situaciones que resultan dolorosas, por ejemplo. La muerte de un ser querido, sea el caso, implica tristeza, vacío, y resulta evidente que se espera una situación de duelo, de recogimiento emocional. Sin embargo, no resulta obligatorio mostrarlo por calles y veredas, estar con cara de velorio durante un período que se considere determinado...No obstante, la sociedad te termina condenando si no lo haces: culpable!
Por qué no podemos estar con cara de poto cuando nos provoca o reírnos si nos hace bien o indiferentes con cara estólida de pieza de ajedrez? Unos dirán que es egoísmo en un caso, y falta de seriedad en otro. En ambos: culpable!
Los bichos raros, son aquellos que están tranquilos cuando los demás están desesperados, los bichos raros son aquellos que pueden esbozar una sonrisa cuando todos se rasgan las vestiduras, los bichos raros son aquellos que miran la escena con cierto rechazo cuando el resto se besa y se felicita –por ejemplo en Navidad-, los bichos raros de este tipo son pocos pero son, como diría Vallejo: culpables!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Al parecer soy -según esa ejemplificada definición que das- un bicho raro. Aún así, a veces atino a serlo aún más al tratar de llegar lo más cerca posible a un estado de ataraxia que no pretendo alcanzar. Bueno, me despido con una promesa (algo vaga) de visitar el colegio uno de estos días.

Flores de su pena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Flores de su pena dijo...

Siempre me ha disgustado cuando los demás (y hasta uno mismo) quieren que hagas lo que ellos esperan: "Se supone que debes pensar esto", "Pero no llores si tú eres profesora" (como si llorar fuera signo de debilidad), "¿Y tú eres de esta tendencia política?", "¿Te vas a poner esa ropa?",(ambas preguntas acompañadas de una cara de asombro que no se puede asombrar más), "Pero si tú no pareces así, yo no pensé jamás que alguna vez hubieras sido medio...hippie", en fin no pararía hoy. Trato de ser una persona respetuosa porque sé que la gente vive como puede y reacciona como sus entrañas o razón le indique.
Sin embargo, siempre se escapa por allí un juicio nuestro y cuando nos damos cuenta ya lo hicimos, caemos en la trampilla de ese apego del que hablas.
Buenos artículos los tuyos. Sigo por aquí leyendo.
Un abrazo.

Alberto dijo...

Recuerdo haber conversado esto contigo y exactamente, la "sociedad" espera y busca en ti un sentimiento común que "todos" deberian tener. A veces pienso que es porque al no hacerlo cuestionas su forma de ver la vida y puedes llegar a destruirla hacerlos sentir incómodos y comenzar con la típica frase: "Eres un insensible".

Anónimo dijo...

Lamentablemente tengo que confesar que en la mayoría de casos (como dijo Fujimori) SOY INOCENTE. Suelo tener cara de poto en velorios (cuando a veces me provoca esperar a que termine el cura para fumarme u cigarro), suelo reir cuando mi profesor de Buisness Studies hace bromas malas y peor, suelo decirles a todos mis amigos que lo han hecho bien (cuando no siempre lo hacen) entonces, soy inocente(repito lamentablemente) de seguir las tan ridículas reglas sociales.
PD: Lo peor es que soy el primero en criticarlas.