Cuando empecé a escribir en este Blog consideré que habrían dos temas que difícilmente tocaría: política y religión. No obstante, las noticias me empujan a reflexionar sobre un hecho que a mí, particularmente, me ha sacado de cuadro: la liberación de las rehenes colombianas. Efectivamente es un tema político pero también es un tema humano.
Seis años, varias vidas, un hijo en cautiverio…y ahora la libertad. Mi reflexión se basa no en el morbo de cómo han vivido, no en el morbo de pensar por qué ellas y no otros cautivos…
Pienso en cómo ahora estas dos mujeres se van a reinsertar a sus respectivas familias, en cómo después de seis años volverán a dormir en una cama, volverán a escuchar las voces y risas familiares, extrañarán al que ya no está (pues el marido de una ellas falleció hace tres años), sentirán culpa..
Cómo volver a la “normalidad” después de todo lo vivido. Recuperar los gestos, los olores, los sabores, las sensaciones de aquello que nos es tan cotidiano como lavarte la cara todas las mañanas, tomar un café, respirar tu entorno.
Recuperar una vida no debe ser fácil, la ausencia, el miedo constante, la tristeza, el sentimiento de abandono tienen que dejar una huella tan profunda que el curarla puede durar realmente años… Cabe citar aquí un verso de Neruda que decía: nosotros los de entonces ya no somos los mismos. Ya no son las mismas, la vida las ha dejado marcadas para siempre. Sin embargo, los rostros que vi en la televisión me tocaron realmente el alma.
Pienso que la sensación de recuperar el abrazo conocido debe ser realmente maravillosa y a veces nosotros que lo tenemos a la mano no lo valoramos…
Seis años, varias vidas, un hijo en cautiverio…y ahora la libertad. Mi reflexión se basa no en el morbo de cómo han vivido, no en el morbo de pensar por qué ellas y no otros cautivos…
Pienso en cómo ahora estas dos mujeres se van a reinsertar a sus respectivas familias, en cómo después de seis años volverán a dormir en una cama, volverán a escuchar las voces y risas familiares, extrañarán al que ya no está (pues el marido de una ellas falleció hace tres años), sentirán culpa..
Cómo volver a la “normalidad” después de todo lo vivido. Recuperar los gestos, los olores, los sabores, las sensaciones de aquello que nos es tan cotidiano como lavarte la cara todas las mañanas, tomar un café, respirar tu entorno.
Recuperar una vida no debe ser fácil, la ausencia, el miedo constante, la tristeza, el sentimiento de abandono tienen que dejar una huella tan profunda que el curarla puede durar realmente años… Cabe citar aquí un verso de Neruda que decía: nosotros los de entonces ya no somos los mismos. Ya no son las mismas, la vida las ha dejado marcadas para siempre. Sin embargo, los rostros que vi en la televisión me tocaron realmente el alma.
Pienso que la sensación de recuperar el abrazo conocido debe ser realmente maravillosa y a veces nosotros que lo tenemos a la mano no lo valoramos…
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