martes, enero 01, 2008

Un homenaje para tu ausencia

para Elsita, la que no tiene lazo, por todo...

Algunas personas por diferentes circunstancias de la vida no llegan a convertirse en padres o madres. Sin embargo, de lo que nunca se libra todo ser viviente en este mundo es de ser hijo o hija y como tal, éste es mi testimonio.
Mi madre fue una mujer especial, creo que como toda madre. Tenía un genio fuerte, pero a la vez podía ser la persona más cariñosa del mundo, tuvo una manera tan particular de criar a sus tres hijas que a veces dirían que no somos hermanas. Fue iluminada por la sabiduría de entender -para mi gusto un poco tarde- que cada una era diferente y única, y que por lo tanto no podía educarnos a las tres por igual. Sin embargo, no puedo quitarle parte del mérito a mi padre, por si acaso....
Nació en los '20s y de hecho esto le causó muchas dificultades para reconocer que los tiempos cambiaban rápidamente y que a veces, había que renunciar a ciertos prejuicios para seguir adelante. Era extremadamente conservadora y por momentos intransigente. Sin embargo, la propia vida la golpeó da tantas maneras que directa o indirectamente terminó cediendo y logró liberarse de ciertas ideas jurásicas.
Entendió por ejemplo, que su hija menor jamás iba a aprender a bordar y a coser bien pues no estaba hecha para aprender ese tipo de labor. Entendió que su hija menor había escogido una profesión poco rentable como la Literatura cuando ella quería que fuera Abogada. Entendió que no todo estaba en el "buen apellido" sino en los buenos sentimientos -aunque su corazoncito guardaba el deseo de lograr buenos matrimonios para sus hijas-. Entendió que con su hija menor se podía hablar de cualquier tema abiertamente y que Diosito no se iba a molestar si la pequeña decía muchas lisuras, pues no era una señal de no haberla educado bien. Entendió a duras penas, y bien duras, que su hija menor era terca -como ella- y que al final terminaría siendo feliz haciendo lo que le viniera en gana sin deberle nada a nadie. Entendió que sus nietos eran espíritus libres y que no podía "ayudar" a criarlos pero sí acompañarlos en su crecimiento.
Entendió (y lo sufrió con muchísimo dolor) que a veces los matrimonios terminan cuando una no se da cuenta a pesar de haber vivido con el mismo hombre por 30 años. Entendió que las mujeres pueden sobrevivir a un divorcio aunque tengan 60 años y salir adelante económica y emocionalmente solas. Madre: bien por ello!
Entendió que en los cajeros automáticos no había ningún hombre dentro que te entregaba el dinero requerido. Entendió que a mitad de la película de Star Wars cuando aparece Yoda, fue incorrecto preguntar (con su tono de voz tan agudo) cómo E.T también trabaja aquí???
Entendiste mami, fue duro pero entendiste, y lo más importante fue que me enseñaste a entender que uno nunca termina de ser madre, y que cuando la muerte toca tu puerta personal simplemente hay que dejarla entrar cuando una lo haya decidido con toda la paz y dignidad que tal ocasión merece.

Te quiero.

4 comentarios:

aloony* dijo...

me gusto mucho tu relato :D

-->aloony*

Flores de su pena dijo...

¡Hola! Me identifico mucho con lo que escribes...nos parecemos en algo que no identifico muy bien. Yo también me dedico a escribir sobre lo cotidiano, allí también hay maravilla. Además se puede recrear la realidad a partir de lo cotidiano.
Bueno si gustas (a mi me gustaría) puedes revisar mi blog y hacer tus comentarios. Un abrazo.

Flores de su pena dijo...

Hola otra vez. Revisando mi blog me di cuenta que ya me habías escrito...nada es casualidad.
También te quería decir que sería bueno que intercambiaramos información acerca de libros. Bueno, ahora sí me despido, hasta la próxima.

Anónimo dijo...

Hola Claudia,
Muy cierto lo que dices: quizás algunos nunca lleguemos a convertirnos en padres pero no nos libramos de ser hijos. Y también es cierto que en algún momento de la vida, los papeles se trastocan: no significa que nos volvamos padres de nuestros propios padres, sino que nos convertimos en las nuevas gafas con las que pueden mirar y entender este mundo cambiante, tal como aprendimos a mirar el mundo a través de los suyos. Y a veces es tan difícil hacerle entender a una madre nuestro rol de “gafas” y a veces es tan difícil para nosotras mismas entender que podemos ser tales.
Besos
Carito