jueves, febrero 14, 2008

San Valentín, el asesino del Romanticismo

Alguno de ustedes ya habrá leído una publicación de este Blog llamada “Mericrismas” (ver diciembre) y nuevamente me suele ocurrir que ya empiezo a horrorizarme con los preparativos publicitarios que anuncian con bombos y platillos del Día de los Enamorados… me muero, Gravol a la vena!!! Además si se han fijado las oferta publicitaria se amplía… nadie ofrece combos hoteleros en Navidad.
Es cierto que este día guarda una gran diferencia con la campaña comercial navideña. El mundo es más limitado, tanto de los compradores como de los objetos (huachaferías –término muy peruano-) más ridículos que se les puede ocurrir.. Lo peor es que ni siquiera hay una suerte de originalidad real, por lo que todos lo años somos víctimas de corazones, flores, peluches, en los que predomina el color rojo y toda su familia cromática.
Día de los Enamorados, donde se destila por litros la miel no utilizada a los largo del año; donde todas las parejitas deciden salir al cine, a tomar helados, a comer; donde entre las 5 pm y las 10 pm el tránsito se vuelve imposible pues las hordas de enamorados han decidido salir todas a la vez a ver el ocaso veraniego en el Parque del Amor, dicho sea de paso, pareciera que Lima se vuelca a Miraflores y el plano se inclina hacia el malecón... todos se toman foto al lado de la Escultura del Beso…. Necesito más Gravol!
En nombre del amor y del Romanticismo cuánta ridiculez puede verse, y no es que yo sea una descreída del amor, por el contrario. Lo que ocurre es que la sensibilería me mata, causa estragos en mí. Amar no es una experiencia religiosa como diría el tarado de Enrique Iglesias, o las canciones de poeta de taxi: Arjona. San Valentín ni se iba a imaginar lo que en su nombre se haría. San Valentín ni se iba a imaginar cómo los "telos" harían su agosto en su honor...
Solo por culturizarnos un poco, les informo que la fecha sí tiene que ver desde tiempos ancestrales con los enamorados, aquellos que como la Ofelia de Hamlet ya lo nombraban en esta maravillosa tragedia:
Mañana es el día de San Valentín,
temprano, al amanecer,
y yo estaré en tu balcón;
tu enamorada seré!

El amor unido por antonomasia a la idea del romanticismo (y derivados) hace que éste último pierda su esencia original. Aquella de la búsqueda de la libertad, aquella que buscaba darle rienda suelta a la imaginación, aquella que quería poner en el banquillo de los acusados a la Razón, aquella que predicaba la idea de sacar afuera todos los sentimientos hasta el más oscuro… pues queda claro que la esencia del Romanticismo literario quedó sepultada en el pasado. Seguramente algunos rescatarán a Bécquer como uno de los grandes poetas románticos pero finalmente. Hubo mejores exponentes.
No puedo dejar de esbozar una sonrisa irónica cuando la palabra romántico ya solo se limita para el tema del amor: la radio romántica, la música romántica, la comedia romántica…el día más romántico de todo el año….
El tiempo, “el implacable” tiempo y el consumismo se encargaron en parte, de disolver la esencia de una gran palabra y de un gran sentimiento. No obstante, todavía están los que evitan depender del consumismo,del marketing que predomina en los 14 de febreros. Todavía están los que ponen otros aspectos por encima de las fechas etiquetadas.

lunes, febrero 11, 2008

El narrador de SUS cuentos

para Rosita por ser como es,
para Mario por haber sido como fue,
para los amigos que gané en esos tiempos
porque están siempre en mi corazón...


Cuenta la tradición que Homero fue un rapsoda: un poeta ambulante que recitaba de memoria epopeyas. Cuenta la tradición que era el mejor. Cuenta la tradición que alguien muchos lustros después de la muerte del poeta comprendió que la memoria es traicionera, que los rapsodas que seguían la escuela del gran Homero terminarían contaminando o peor aún, perdiendo el texto oral y tuvo la gran idea de mandar a ponerlo por escrito.
En los 80’s tuve la suerte de conocer a un Homero contemporáneo. Alguien que contaba unas historias extraordinarias sobre un personaje único e irrepetible: la hija del Marqués Gobernador. No había nadie que supiera contarlas mejor. Destacaba además, que en muchas de ellas había sido fiel testigo de las aventuras de nuestra protagonista. Destaca que era un gran historiador. Mario era el mejor.
Hoy, y no sé por qué hoy, me siento en el deber de no permitir que por lo menos, algunas de esas historias se pierda. La maldita muerte se llevó a uno de mis mejores amigos hace unos años atrás y no ha habido nadie como él que sea capaz de contarlas con su peculiar estilo, saboreando cada palabra, gozando con cada anécdota y riendo a carcajada abierta cuando lo hacía.
Rapsodia 1:
La hija del Marqués Gobernador era profesora y tutora en una prestigiosa academia preuniversitaria. Un día tenía que entregar los informes semanales que indicaban a los padres cómo iban los resultados de la preparación de sus hijos. La susodicha llegó con el optimismo que la caracteriza hasta el día de hoy, feliz, y abriendo sus brazos con mucho entusiasmo les dijo: Chicos, aquí están los informes! Acto seguido, los documentos que se encontraban en su mano derecha salieron –por algún azar del destino- volando por la ventana (4to piso) para decorar como borlas navideñas el viejo árbol que ayudaba a refrescar las tardes veraniegas.
Rapsodia 2:
La hija del Marqués Gobernador caminaba despreocupadamente por la calle percatándose un poco tarde de que la vereda estaba en reparación: un obrero de construcción civil emparejaba el cemento de está. La protagonista de la historia sufrió un pequeño tropezón y no encontró mejor punto de apoyo que….. el culo del obrero que estaba literalmente en cuatro patas. Acto seguido, el obrero volteó y con la emoción del caso le dijo: ¡Ven pa’caaaa, mamita!!!!!
Rapsodia 3
La hija del Marqués Gobernador se hizo bombera. En cierta ocasión, había muerto uno de los fundadores de la Bomba a la que ella había ingresado. Por cuestiones de la vida, mientras llevaban el ataúd hacia su santa sepultura sobre los hombros de los compañeros, ella acompañaba a la viuda llevando en sus manos un cojín con el casco del muertito. (Aclaro que ella estaba vestida de pies a cabeza de bombera.) Resulta, que la viudita ya entrada en años lloraba a mares y nuestra protagonista dudaba, si consolarla con un cálido abrazo o mantener con elegancia el susodicho cojín sobre sus manos. Sin embargo, calculó que podía manejar la situación… lo que no calculó fue que cuando se volteó para abrazar a la señora el casco que ELLA tenía en la cabeza iría a parar con un golpe seco a la cabeza de la pobre viuda. Acto seguido: la viuda se desmayó.
Esto es una muestra, de hecho hay miles de historias más protagonizadas por la hija del Marqués Gobernador y relatadas otrora por Mario. Seguramente mis amigos de la Trener tendrán en su memoria con otros datos, en otras versiones y las contarán con otro estilo. Ahí radica la riqueza de la tradición oral justamente.

sábado, febrero 09, 2008

Cuestión de equilibrio

Una adolescente me contaba que le había dicho esto a un chico: no puedo ser tu enamorada porque eres mi mejor amigo.
Recordando aquella inocente conversación en una mañana invernal me puse a pensar en el equilibrio peligroso que se logra cuando hablamos de amistad (REAL) entre un hombre y una mujer. Es dable, pero para ello tiene que pasar por varios procesos.
La generación actual vive ese proceso de manera más natural, los chicos ahora viven en una maravillosa democracia sexual en donde todos son iguales. La educación mixta que predomina en la mayoría de los colegios ha contribuido a ello, además de padres y madres que crían a sus hijos e hijas con igualdad de derechos. No obstante, sé que estoy hablando de una minoría.
Quizás en nuestra generación (la mía) tener un amigo/a del sexo opuesto es más complicado. Seguimos viviendo en una sociedad condicionada por varios prejuicios, entre ellos el machismo y para algunas personas seguirá siendo particularmente sospechoso que exista un hombre y una mujer que salgan juntos sin ningún interés sexual. Amigos que se cuenten confidencias, amigos de ida y vuelta, amigos que sean capaces de "cuadrarte" si lo necesitas. Amigas que funjan de amigos y amigos que funjan de amigas. Hay maridos que no conciben que sus esposas tengan un amigo (salvo que sea homosexual) y ni decir de las esposas que le prohiben a los maridos tener amigas.
No sé donde leí algo como esto -advierto que no puedo hacer la cita correspondiente porque ya rehice el texto hace algún tiempo atrás-:
La amistad entre el hombre y la mujer no es otra cosa que un amor en medio del camino. No es cálida fraternidad ni compañerismo; es puro amor, amor genuino, amor cautivador, romántico amor, amor en serio. Es el mismo sentimiento, pero con fronteras más cercanas. Es un pacto tácito entre dos personas que se gustan lo suficiente como para pasar tiempo juntas, pero no para compartirlo todo. Es un romance con muchos “peros”, pero un romance al fin y al cabo. Es cuestión de suerte o del destino manejado por los dioses, pero siempre existe la posibilidad, de que aquel amigo que ayer era demasiado peligroso, hoy sea absolutamente perfecto.
En contraposición con el texto anterior yo soy una creyente confesa y practicante de que es posible tener una cálida fraternidad y compañerismo entre una mujer y un hombre. Tengo amigos realmente maravillosos, he tenido mucha suerte en encontrar hombres sensibles (que se hacen los fuertes) en los que he podido confiar y me conocen realmente como soy. Amigos con los que me río a carcajadas pero que en ocasiones me han dado un brazo muy fuerte y preciso para apoyarme.
Tengo más suerte aún porque alguien que empezó siendo otra cosa terminó siendo mi mejor amigo y vivo con él.

jueves, febrero 07, 2008

¿Preocupación meteorológica o cronológica?

Cuando uno comienza a vivir la juventud de la madurez (eufemismo más bello no he podido conseguir), confirma que empiezan a surgir ciertas preocupaciones compartidas. La gente empieza a darle más importancia a su apariencia física, se obsesiona con aquello que empieza a caer, es decir: el tiempo nos ayuda a confirmar que Newton tenía razón.
En la mujeres el asunto es más visible y cuando nos miramos al espejo, éste nos devuelve una imagen que día a día nos va diciendo: "mi querida, el tiempo pasa nos vamos volviendo viejos pues el pellejo no se refleja como ayer y se cae y se cae inevitablemente. Es cierto que las cirugías ayudan, pero finalmente los métodos artificiales nos terminan convirtiendo en seres que no somos, puesto que en nuestra real carga genética no existen unas tetas talla 40 y bien paradas, un cutis sin tendencia a las manchas, un cabello castaño dorado, y unas mejillas recién planchadas.... por más cirugías que muchas tengan encima el DNI marca una fecha real y nuestro ADN también.
En el caso de nuestros cohabitantes planetarios -los varones- hay una preocupación extra: el vigor sexual. No por nada la famosa pastillita azul (otro eufemismo) ha logrado posesionarse del mercado con tanta fuerza y sirve de muleta cuando la gravedad (maldito Newton nuevamente) también causa estragos en una zona muy concreta y a veces en el momento menos oportuno dejando mal parado (no pude decirlo mejor) al mejor de los mejores...
¿Qué queda entonces por hacer cuando la vida nos lleve poco a poco, silentemente, a guarecernos en los cuarteles de invierno (frase robada)?
Aquí les dejo una suerte de respuesta, un texto ajeno (de Angeles Mastretta):

Nostalgia
Cristina llevaba cinco años viuda. Su amiga la veía recomponerse poco a poco, pero aún la veía triste muchas tardes y se empeñaba en presentarle hombres distintos a los que ella siempre encontraba aburridos y tontos.
-Si no los quieres para que escriban una tesis... ¿no extrañas el sexo?
-¿El sexo?- dijo Cristina-. Eso, mira, se te olvida. Caminas, haces yoga, te masturbas. Pero la conversación. ¿ Cómo construyes veinticinco años de conversación? Eso no se suple. Para eso no hay remedio.

lunes, febrero 04, 2008

¿En qué mano está?

No tenía planeado en ningún momento escribir algún tema que se relacionara directa o indirectamente con la política pero no podía dejar comentar la frase de un gran amigo en el que noté desilusión cuando uno de los autores de sus “querencias” había cometido (digamos) un error político.
De esos errores hay muchos, algunos según cuentan los conocedores han llegado a costar hasta el mismo Premio Nóbel. Borges fue un caso, mientras una tarde reclamaba los derechos de las Madres de Plaza de Mayo, al día siguiente Pinochet lo condecoraba. Por otro lado, tenemos a García Márquez es íntimo amigo de Fidel, Vargas Llosa patinó en su candidatura a la presidencia, Gunther Grass ni se diga.
Yo no voy a hablar de los escritores, hablaré de los lectores.
Es increíble cómo tendemos a endiosar a aquellos seres privilegiados de la pluma y peor aún, nos convertimos en sus peores jueces porque no tienen ningún derecho a “herir” la susceptibilidad de sus lectores. ¡Qué se habrán creído!
Por ejemplo, conozco gente (y en la universidad abundaban) que si eran de derecha no leían autores sucios izquierdistas (usar tono de desprecio, por favor) y de más decir, que si eran de izquierda resultaba siendo un asco leer a los fachos de m…
Particularmente nunca me he fijado en la bandera política de ningún autor antes de leer su obra. Y aunque probablemente a veces la conociera de antemano, puedo trazar una línea divisoria si de buena calidad se trata. También es cierto que a veces es inevitable percibir cierto sesgo en sus producciones, pero efectivamente resulta obvio, está en su esencia.
Esto me lleva a pensar en que debe existir gente que ha “sepultado” a varios autores por esas razones, que se ha perdido el hecho de disfrutar algunas buenas obras por razones políticas, muy alejadas dicho sea de paso de las estéticas.
Recuerdo a un brillante profesor alemán que tuve en la universidad que repetía a cada rato que la literatura al ir de la mano con la historia (hacen un buen matrimonio por cierto) se movía como un péndulo: a veces a la izquierda y a veces a la derecha. Tan simple como eso.
No sé si será igual, pero es como marginar a alguien de tu círculo social por sus ideas políticas, o porque tengas un hermano “rojo” no tienes por qué criticarlo todo el día: ¿con qué derecho? o ¿con el de la Derecha….? ¿con el de la Izquierda? O dejarle de hablar a un amigo porque votó por el candidato diferente al tuyo, o porque no tiene tu mismo credo….
Cuidado, tanto en la literatura como en la vida real hay que distinguir entre la gente (amigos, familiares, autores) que nos gusta tener a nuestro lado y los correligionarios.

viernes, febrero 01, 2008

Materialismo Histérico

Ya desde los tiempos del bien o mal amado Marx se acuñó el término "materialismo histórico". No obstante, con el devenir de los años, y el cotidiano caminar por este planeta llamado Tierra concluyo que el materialismo es más histérico que histórico.
Algunos lectores, pensarán que tengo razón, si toman al pie de la letra cuando digo "histérico" pues terminan vinculando esta palabra al género femenino. Con pena, y que me disculpen mis compañeras de bando, pero puede resultar así. Esto lo digo especialmente porque hay una tendencia casi compulsiva y que limita con la angurria por tener, tener y tener. Para entendernos les doy un ejemplo: me queda claro que a Imelda Marcos le pasaba eso con los zapatos. Sin embargo, tampoco estoy hablando de la compradoras compulsivas del 2x1, o las que se van y adquieren a chorros otras prendas y que finalmente van a usar.
Hay otro tipo de materialismo histórico, perdón: histérico. Pero es que la histeria es tan histórica que me confundo a la hora de escribir. Me refiero a ese tipo de apego que sienten ciertas personas (aquí aclaro que pueden ser hombres o mujeres) a los objetos, un apego que va MUCHO más allá de cubrir de manera holgada las necesidades materiales y su relación con las emocionales. Un materialismo que se satisface en cuánto tengo por encima del otro, cuánto más tengo YO con respecto a ti, cuánto puedo lucir ante el resto para que me envidien...
Dudo de los coleccionistas puesto que con la excusa de ir reuniendo con el tiempo un conjunto de objetos comunes resultan siendo una muestra de ello. El placer de tener por tener. No obstante, pagan por lo que quieren, y en esta sociedad liberal cada uno puede hacer con su dinero lo que le da la reverenda gana.
Dudo más de los que, aunque no necesiten, aceptan todo lo que les cae en las manos, y más. Cosas que alguien ya no usa, cosas viejas, cosas nuevas, objetos antiguos: todo será bien recibido en estas manos enoooooooooooooormes que pueden tomar todo lo que la oportunidad les ofrezca aunque no tenga ni sitio para meterlo.
Materialismo histérico vale también para aquel hombre que se siente tan poca cosa que recurre a alguna prótesis para sobrevalorar sus "partes nobles" o aquellos que necesitan exhibir un super carro para cubrir la minusvalía de... "sus partes nobles": existen en la medida de ser mirados y admirados no por lo que realmente son sino por lo que tienen o fingen tener... Igual pasa con las mujeres y el maquillaje, o las reiteradas operaciones estéticas. En suma, muchos hombres y mujeres dependen enormemente de la tenencia de objetos que exponen al resto como si de todo ello dependiera el valor real del ser humano y que no somos capaces de mirarnos y de valorarnos como somos.
No puedo tirar la primera piedra. Una amiga me decía que yo tenía una especial sentimiento de angurria por los libros (tal vez tenga razón) pero podría justificarme diciendo que finalmente los libros son mi material de trabajo, tengo que mantenerme algo informada, preparar clases. Pero no puedo mentir, cuando de comprar libros se trata también siento un gran placer, una histeria materialista....

miércoles, enero 30, 2008

Fe lectora

En contables ocasiones me sucede que por mil y un motivos o simplemente por ninguno no me provoca leer, nunca he creído en la excusa: no tengo tiempo. Contradictoriamente a lo que me pasa en otras ocasiones, leo compulsivamente y me re-enamoro de la lectura como si fuera una adolescente. Paso contando las horas que me faltan para ponerme nuevamente frente al libro que estoy leyendo. Me invade esa sensación de querer irme a casa para estar sola con esos párrafos que al estar contándome una historia nueva han logrado que caiga en una deliciosa maldición que me esclaviza.
Es cierto, eso no ocurre con todos los libros. Hay solo algunos que (en mi caso) logran hacerme sentir esa sensación. Me pasó por ejemplo con La sombra del viento hace un par de años, con El vuelo de la reina, con Amores que matan, con El nombre de la rosa, con Soldado de Salamina, con La tregua, El túnel, Caronte aguarda, La tabla de Flandes, entre muchos otros. Me pasa con los textos de la Montero, algunos de Vargas Llosa, algunos de García Márquez, algunos de Iwasaki, de Cueto, de Fuentes y sigue la lista …
Me acaba de pasar con La catedral del mar. Novela que estuve buscando por todo Lima pero estaba agotada, hasta que un buen amigo me la prestó. 670 páginas leídas en cuatro días. Es cierto que las vacaciones son mi gran aliado para acometer este tipo de empacho literario, pero qué le vamos a hacer. A pesar de que la novela tiene unas pinceladas de Los pilares de la Tierra de Ken Follet, la novela del autor catalán Ildefonso Falcones tiene su propia personalidad. No voy a decir más. Siempre he pensado que la crítica literaria (artística en general) es tan subjetiva que juzgar un libro es tan personal como que te gusten los espárragos o no.
Lo más importante de esta lectura es que después de haber pasado por una etapa en la que no me provocaba leer, o que había dejado varios libros a medias porque “no me enganchaban” ha logrado que recupere mi fe literaria que había caído en una etapa de latencia, como dije al principio. Ojo, en realidad debería decir fe lectora: fe en mí misma, no en los maravillosos autores cuya capacidad creativa nunca dejarán de sorprenderme, esa fe nunca la he perdido.

domingo, enero 27, 2008

Deseamos a los malos y queremos a los buenos.

Se respira sutilmente en la atmósfera femenina cierta atracción por jugadores de fútbol como el búlgaro Hristo Stoichkov o el fránces Éric Cantona, que tienen un no sé qué, una cierta maldad e irreverencia que mostraban en el calor de un partido... o ¿no les encanta cuando su actor preferido (y ojo, preferido porque está rebueno al margen de sus dotes histriónicas) hace de malo? GEORGE (Clooney, desde luego) me encanta, de ladrón, de pendejo (disculpar la honestidad), finalmente él siempre está regio y bañadito. Cuando hizo Syriana (película en la que destaca su calidad actoral) sale fatal....
Ese hombre que tiene un lado oscuro bien grande (eviten suspicacias con el adverbio, por favor), que en su Ying/Yang predomina el negro (no sé cuál es cual). Esa mirada que puede matarte... pero previamente derretirte. ¿Son o no deliciosamente atractivos?
A mí me ha llamado la atención que a la mayoría de mujeres que les pregunto terminan confesándome que alguna vez les ha pasado por la cabeza la siguiente fantasía: quieren que el hombre que desean las estampen contra la pared o que se les tire encima en un ascensor. ¿?¿?
¿A dónde nos lleva esto? Pues creo que a la Edad de Piedra. Mi tatatata tatarabuela, barría su caverna, y mi tatatata tatarabuelo cogiéndola del pelo su amor le declaró. -ésta es la letra de una viaje canción de Rocío Dúrcal.. por si acaso-. Pero en ella destaca la presencia de un hombre macho: en el sentido extenso de la palabra que te coge por el pelo y te arrastra.
Queda claro que no estamos hablando de violencia, por favor. Ni que se les cruce por la cabeza. Simplemente entiéndase que toda esta reflexión busca analizar cómo una necesidad que pareciera tienen las mujeres se refleja en el deseo de sentir la presencia física del varón de manera impredecible, espontánea, sorpresiva, y es más común de lo que una cree. La cosa va por ahí.
No obstante, es solo una fantasía que quizás se cumple sólo en un momento de nuestras vidas y nada más ( y eso...) porque finalmente preferimos a los buenos, a los dulces, a los caballeros, a los que te piden disculpas si notan cualquier incomodidad en ti, en todo sentido. Pero, si deseamos a los otros, no lo decimos, queda en la isla de la fantasía.
Es un tema tabú, efectivamente, pues las mujeres seguimos quedando en silencio ante muchas situaciones que involucran nuestra sexualidad (de manera directa o indirecta). Callamos por miedo, timidez, falsos pudores, doble moral. Celebramos la liberación femenina, la invención de la píldora, el derecho a votar, etc, etc. etc. No obstante, hay temas que seguimos callando.
Leía en un libro lo siguiente: al tratarse de amor, las mujeres a principios del siglo XXI lo ambicionan todo, (...) al igual que en el trabajo, amigos, vida social, dominio del cuerpo. Por eso, cuando no encuentran al hombre que se comporte siempre como una persona fuerte y buena al mismo tiempo se molestan. Se molestan consigo mismas, porque no toleran la debilidad ajena.(...) Algunas se resignan, y optan por una de estas dos soluciones: o aprenden a tolerar la maldad de los hombres fuertes o aprenden a tolerar la debilidad de los hombres buenos. (...) Buscan -y con suerte encuentran- a un hombre que afectivamente sea tan complejo como ellas y que esté tan dispuesto como ellas a tratar de desentrañar, con ternura, y firmeza constantes, estas complejidades afectivas. (de: Dos para un tango Susana Balán)

Consejo: si encuentras a este último ¡NO LO SUELTES!

sábado, enero 26, 2008

Los (dis)placeres que lloramos en privado

Lo prometido es deuda, aquí va mi lista sobre aquello que he ido recogiendo en el diario caminar: cuáles son las causas por las cuales las féminas lloramos en privado.

1. Engordar.

2. Que te salga un grano en la mitad de la cara el día que tienes una gran fiesta -grano que a cierta edad, especialmente sobre los cuarenta ya clasifica como verruga-.

3. Encontrarte con tu ex y que esté acompañado de una REGIA en todo el sentido de la palabra -entendiendo que tú estás en buzo, sin maquillaje e hinchada como sapo porque estás con la regla-

4. Cuando alguien totalmente desubicado te pregunta: ¿estás embarazada? Y tú sólo subiste 2 miserables kilos...

5. Que por tu cumpleaños tu marido te regale un libro que has estado leyendo toda la semana, se lo hayas comentado y el papanatas ni siquiera se haya dado cuenta (ésa no es mía, por siacaso).

6. Ir a la peluquería, hacerte un nuevo corte de pelo con el que te sientes rebien y que NADIE se dé cuenta.

7. Llegar a una reunión estrenando ropa nueva y encontrar a alguien vestida igualita que tú, (y evidentemente que se le vea mejor!!!).

8. Que te dejen plantada, sea quien sea…

9. Equivocarte y que te lo refrieguen por la cara.

10. Que te digan: se te ve muy bien, pero…..

Insisto en que seguramente encontraremos muchos otros puntos álgidos en nuestras vida, la idea es capear el temporal o tratar de minimizar en lo posible el daño que pueda causar. La vida es solo una: carpe diem.

jueves, enero 24, 2008

TIENES una o ERES una?


Con su ternura funden el corazón de la amargura y como todos,
quieren que las quieran más,
que bien saben tener la soledad de compañera.
Que transforman lo eterno en cotidiano
que conviven sin miedo con la muerte
que luchan cuerpo a cuerpo con la suerte
hasta lograr que coma dulcemente de sus manos.
(AMIGAS, Ana Belén)


Hay muchas clases de amigas, inclusive solemos buscar a alguna de ellas en momentos transcendentales de nuestras vidas o evitamos a otras en las mismas circunstancias. Seguramente, ellas también nos buscan por las mismas razones.
Este principio me hizo pensar que finalmente todos cargamos con etiquetas en la vida, es inevitable; por lo tanto, les presento una suerte de clasificación de las clases de amiga que una encuentra a lo largo de la vida. Conste en actas, que también los amigos pueden ser clasificados en esta misma lista, los tiempos nos obligan a ser igualitarios y democráticos, ¿no?. He escogido solo 10, creo que la lista es más larga, pero no hay que aburrir a los lectores.
La bueni: Amorosa, cálida, melosa, empalagosa… quiere arreglarle los problemas a todo el mundo con un solo objetivo: quiere sentir que ELLA ayuda. La pobre no se da cuenta, que a veces quien recibe sus favores no se siente bien precisamente….
La sabelotodo: Todo opina, todo sabe, tiene un doctorado en Medicina, Psicología Familiar, Educación, Decoración de Interiores, Derecho, Economía, Ciencias Políticas entre otros. No hay tema que no maneje, y para colmo… bien.
La "drama queen": Cuando le cuentas un problema, ella SIEMPRE ha vivido uno peor, y estoy segura que si no es así… se lo inventa. No creo que sea malintencionada, creo que más bien, con buena intención te quiere ayudar a que compruebes que siempre hay alguien que sufre más que tú. Tú buscaban consuelo y terminas al final.... consolándola.
La teflón: O sea, la que no se le adhiere nada. Se bañó en vaselina, especialmente cuando dice“Ay hija! Ni te preocupes…. No es para tanto!. Aprende de mí, todo me resbala.” Te escucha, pero tú sabes bien que jamás se va a involucrar.
La “todo fluye”: -La más admirada por mí- Es lo máximo, te quiere ayudar a entender que tú eres más que los problemas pero es consciente de que cada uno tiene su propia velocidad. No se apura, disfruta de la vida, es generosa, no se hace bolas. Es capaz de regalarte su cama aunque tenga que dormir en el piso... Ommmmmmmmm es su lema y lo siente. Tiene la capacidad de tomar bastante aire para continuar el camino y ver lo mejor de la vida… a veces me saca de cuadro.
La ansiosa: Ordenadísima, hace las tareas para el día anterior, tiene su agenda llena y cuando está contigo ya está pensando en que tiene que recoger a los hijos, en los problemas que tiene que resolver en la chamba (aunque sean para el mes siguiente). Todo en su vida tiene que estar organizadísimo, porque si no, la vida se le derrumba.
La narradora de noticias: Es encantadora porque te mantiene al día. Se sabe todos los cuentos de todo el mundo. A veces tiene el criterio suficiente de guardar uno que otro “secretillo”, pero le encanta estar bien informada e informar.
La pesimista: ¡Uy! Ésta escribió el tango "Cambalache": El mundo fue y será una porquería. Curiosamente su vida casi también lo es, pero que te quede claro que ella misma es la que convoca a gritos la mala suerte.
La ácida: Es la que se ríe de la vida, busca hincar antes que la hinquen. Suele ser muy vulnerable pero se ha hecho un escudo con un humor negro y agudo, así sobrevive. No es que se burle de ti, ha aprendido a burlarse de ella misma. Con pena a veces cae pesada...
Por último, porque está en la frontera, la envidiosa: Es tu amiga, te quiere a su manera, pero en el fondo hay algo en ella que no llega a convencer. Suele criticar directa o indirectamente algo de tu vida (porque le gusta tenerlo)…. Tiene ciertas actitudes que van dejando un tufillo un tanto incómodo, pero que no llega a ser nocivo.
Faltan varias: la incondicional (que entierra el cadáver contigo), la regia, la tonta/hueca/ingenua (es la misma), la intelectual, la piadosa (Dios le arreglará todo), la atemporal (la dejas de ver años pero sientes que el vínculo sigue siendo el mismo), la putona (la pasa regio según dice), la madre sacrificada, la yuppie, etc. etc. etc.
Yo AMO a mis amigas con sus virtudes maravillosas y sus humanos defectos; yo AMO a mis amigas sean como sean porque me curan las dolencias y por encima de todo, me siguen aguantando.

lunes, enero 21, 2008

Socorro: ¡tengo hijos adolescentes!**

A pesar de pasar por ese trance y generalmente sobrevivir, muchos padres nos damos golpes contra la pared cuando esta laaaaaaaaaaaaaarga etapa (porque a veces parece interminable) llega a nuestras vidas.
Sin embargo, alguna vez nos hemos preguntado, ¿qué sienten los chicos con respecto a nosotros?, ¿cómo nos ven?, ¿qué les molesta?. Algunos dirán que es evidente que durante la adolescencia la gran mayoría siente una suerte de rechazo por sus padres, un rechazo espontáneo y natural, digamos: gratis. Los padres somos finalmente quienes ponemos límites a este milkshake de hormonas que se dispara para cualquier lado y por lo tanto somos los enemigos por antonomasia.
Pues prepárense, porque ante la pregunta: ¿cuando tus padres te hacen pasar roche (te avergüenzan)? las respuestas fueron de lo más variopintas. Obviamente dignas de compartir:

CUANDO:
  • cuentan una anécdota mía enfrente de alguien que no conozco

  • cuentan a mis amigos chistes antiguos

  • usa jerga de antaño (¡macanudo!)

  • me deja en algún lugar y se despide como si estuviera en mi primer día de jardín de infantes

  • bailan frente a mis amigos

  • habla en otro idioma (y obviamente no lo hace bien)

  • hace algún reclamo o se queja públicamente

  • se pone a hablar con mis amigos supuestamente en "idioma chibolo"
  • se molesta conmigo frente a mis amigos y no lo disimula para nada
  • por cualquier pretexto se mete en mis reuniones a "dar una miradita"

  • beba alcohol y se pone pesado(a)

  • le hace conversación a cualquier desconocido

  • me fastidia bromeando frente a mis amigos

y la respuesta ganadora fue: Cuando de pone a cantar frente a mis amigos, (generalmente en el carro) música de su época o las que cree que están de moda....

Cuando yo era adolescente, una de las cosas que más me hacía sufrir era cuando mi madre me obligaba a tocar piano delante de sus amigas, y si aparecía algún HIJO de sus amigas: mejor...(para ella, no para mí...) Después les cuento qué dijeron mis hijos....

_____________________________

** Creo que el título de esta reflexión debería ser: Socorro: soy adolescente y tengo padres!!!

viernes, enero 18, 2008

Miradas que matan

Hay una fuerte tendencia a pensar que los seres vivientes somos sólo un mecanismo biológico que funciona con ciertas reglas. Sin embargo, siempre me pregunto por qué en estos mismos seres (incluyo también a ciertos animales) hay algunos indicios que nos ayudan a confirmar que existe algo así como "lo espiritual".
Estaba leyendo un libro que hacía referencia a la mirada, y cómo ésta había logrado que el narrador reflexionara sobre muchos aspectos de su propia vida. Me quedé pensando...
Qué información puede lograr que el cerebro tenga la capacidad de enviarle al nervio óptico una determinada señal para que una mirada, una sola mirada pueda ser capaz de transmitir mensajes concretos?
Caramba! Hay que revisar qué miradas pueden ser archivadas en los anales de la historia. La que le lanzó el Minotauro a Teseo antes de que lo matara, las que debieron intercambiar Bolívar y San Martín, la de Julio César cuando vio a Cleopatra por primera vez, etc. etc. etc.
Las más terrenales, la de la madre que contempla a su hijo recién nacido, la del hombre que sufre cuando ve perder a un hijo, la de la sencilla alegría, la del dolor físico, la mirada de frustración, la mirada de deseo, la mirada de satisfacción, la mirada de envidia, la mirada de paz...
Y es que todo esto, me ayuda a confirmar (y quizás sólo a mí misma) que aquello dicho hace siglos por San Agustín puede ser verdad: los ojos son las ventanas del alma.
Las miradas se graban en la memoria. Yo tengo una gran colección que me acompañarán toda la vida, la mayoría las guardo con mucho amor, pero por ahí conservo algunas que me gustaría borrar de mi disco duro.

martes, enero 15, 2008

Lectura y libertad

A lo largo de la historia se ha ido confimando la importancia de los libros en los pueblos. No fueron gratis los innumerables incendios que sufrieron (y siguen sufriendo) muchas bibliotecas del viejo mundo y de oriente durante tiempos turbulentos: tiempos de guerra. ¿Cuántos textos valiosos se mantendrán en la oscuridad debido a ese crimen execrable, como es: quemar un libro?
No obstante, el asunto de mi reflexión no va solo por el lado de la incineración de páginas y páginas que guardaban una sabiduría incalculable. Pienso que la prohibición de libros es aún mucho peor, puesto que aquí se muestra el autoritarismo en su esencia: tú lees lo que YO quiero, no lees lo que YO no quiero que leas.
Cuando los primeros conquistadores llegaron a América, por razones religiosas, su barbarismo civilizador y otras razones, les permitieron quemar todos los libros que pertencían a culturas milenarias por considerarlos demoniácos, heréticos. Más adelante, el Tribunal de la Santa Inquisición(temible institución) en su famoso INDEX decidía qué libros eran considerados dignos de ser prohibidos (Los Comentarios reales, algunos tratados del Lazarillo de Tormes, por citar dos ejemplos).
Luego, a finales del Virreinato y debido al espíritu de libertad que se respiraba en todo Europa, las colonias no tuvieron acceso a la Declaración de los Derechos del Hombre y a la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de América (entre muchos más, desde luego). Estos documentos formaban parte de las lecturas que uno podía conseguir en el "mercado negro".
Queda claro que los pueblos merecen leer, queda claro que sus gobernantes son aquellos que deben poner a su servicio la lectura. Queda más claro que mientras la gente no lea, o su lectura sea limitada, será más fácil "dominarla" .
Queda aún requete más claro que es la lectura la que libera el conocimiento, la que nos relaciona con el mundo de otra manera, la que permite que seamos capaces de conocer al otro y sobre todo de conocernos a nosotros mismos.

sábado, enero 12, 2008

Sobre lo actual...

Cuando empecé a escribir en este Blog consideré que habrían dos temas que difícilmente tocaría: política y religión. No obstante, las noticias me empujan a reflexionar sobre un hecho que a mí, particularmente, me ha sacado de cuadro: la liberación de las rehenes colombianas. Efectivamente es un tema político pero también es un tema humano.
Seis años, varias vidas, un hijo en cautiverio…y ahora la libertad. Mi reflexión se basa no en el morbo de cómo han vivido, no en el morbo de pensar por qué ellas y no otros cautivos…
Pienso en cómo ahora estas dos mujeres se van a reinsertar a sus respectivas familias, en cómo después de seis años volverán a dormir en una cama, volverán a escuchar las voces y risas familiares, extrañarán al que ya no está (pues el marido de una ellas falleció hace tres años), sentirán culpa..
Cómo volver a la “normalidad” después de todo lo vivido. Recuperar los gestos, los olores, los sabores, las sensaciones de aquello que nos es tan cotidiano como lavarte la cara todas las mañanas, tomar un café, respirar tu entorno.
Recuperar una vida no debe ser fácil, la ausencia, el miedo constante, la tristeza, el sentimiento de abandono tienen que dejar una huella tan profunda que el curarla puede durar realmente años… Cabe citar aquí un verso de Neruda que decía: nosotros los de entonces ya no somos los mismos. Ya no son las mismas, la vida las ha dejado marcadas para siempre. Sin embargo, los rostros que vi en la televisión me tocaron realmente el alma.
Pienso que la sensación de recuperar el abrazo conocido debe ser realmente maravillosa y a veces nosotros que lo tenemos a la mano no lo valoramos…

jueves, enero 10, 2008

Placeres públicos, los privados son justamente eso.

En mi andar por la vida he ido recogiendo ciertas situaciones que resultan realmente placenteras para el común de las féminas. Aquí va la lista:
  1. Subirte a la balanza y ver que has bajado un kilo.
  2. Romper la eterna dieta, subirte a la balanza y ver que no subiste EL kilo.
  3. Maquillarte y literalmente, reconstruirte.
  4. Cuando se acaba la regla porque sientes que la etapa de estar hinchada como barril se terminó por los próximos ventitantos días.
  5. Ir de compras y que justamente esa prenda que te estás probando te quede PERFECTA.
  6. Llegar a una reunión y que te digan ¡estás regia! ¿qué te has hecho? Y la respuesta sea: ¡nada, estoy igualita que siempre!.
  7. Tomar con tus amigas un “café terapéutico” (uno de mis favoritos).
  8. Encontrarte con tu ex – y que tú estés REBIEN y él, evidentemente no. Y qué mejor si la "actual" de él no te llega "ni al tobillo"...
  9. Saber y confirmar que tienes razón. En especial si te lo dice tu pareja.
  10. Sentirte regia, estés como estés, no importa el día, la hora, la facha. Es decir, que te llegue altamente lo que piensen los demás!!!!!

Algunos lectores podrán juzgar la lista, como la enumeración de ideas que tienen que ver con la baja autoestima femenina. Me tienen sin cuidado, en la cotidianeidad se confirma y punto.
De hecho, para otros lectores la lista puede ser interminable, les dejo la libertad de completar ésta o hacer la suya acorde con sus propios placeres públicos.

Ya llegará la lista de los (dis)placeres.

domingo, enero 06, 2008

Alquimia poética

Veo la calle mendiga de pasos
("5 metros de poemas" Oquendo de Amat )

Para mí el verso que empieza esta publicación es uno de los más bonitos que puedo recordar, por varias razones, entre ellas porque simplemente me gusta y nada más.
Hoy reflexionaré sobre un tema literario: el uso de las figuras literarias que les da las precisas alas a los poetas para que se conviertan en maestros de la creación. De hecho, me queda claro que los poetas son más incomprendidos que los narradores o los cuentistas, igualmente conociendo algunas de las biografías, me parece que son los más torturados emocionalmente. Ellos mismos se sienten un tanto rechazados por la sociedad, o es la misma sociedad la que los margina por verlos como seres de "otro mundo"…
Pero el asunto es que particularmente considero que son seres privilegiados que son capaces de utilizar una materia prima tan simple como las palabras y convertirlas en unos poemas maravillosos.
De hecho no todo el mundo puede entender al cien por ciento toda la poesía, al igual que no a todo el mundo les gusta tal o cual novela. Hay poemas que tocan más que otros, hay poemas que a los 15 años te parecían lo máximo y que ahora no te gustan (Bécquer para mí es un ejemplo). Y sin embargo, también habrán personas que no tienen lo que algunos llaman "sensibilidad poética" y le cierran la puerta a la poesía sin lugar a reclamo. Pero así es el arte, subjetivo a más no poder.

Quisiera hacer contigo lo que la primavera hace con las flores (Pablo Neruda)

Tuve muchos compañeros en facultad que odiaban a Neruda, otros decían que Neruda era malo porque no hacía figuras elaboradoras, que era un poeta barato. Y yo siempre me hacía la misma pregunta, te gusta o no te gusta? Te logra convencer con la palabra, sientes con ese poema..? Entonces qué más necesitas?
El lenguaje poético, mal llamado lenguaje metafórico no se agota las posibilidades de combinación son inagotables y mientras ocurra eso habrá gente dedicada a jugar con esas enormes posibilidades de experimentar con las palabras. De hecho, Bécquer diría que mientras haya una mujer hermosa habrá poesía, lo que particularmente me parece bastante relativo puesto que las mujeres pueden escribir poesía a hombres que no sean necesariamente hermosos.

Poeta, por qué cantáis a la rosa… hacedla florecer… (Vicente Huidobro)

Como bien dice Huidobro, el poeta es capaz de hacer florecer a través de su canto cualquier objeto, cualquier sentimiento. El poeta es capaz de despertar sentimientos íntimos, de hacernos quebrar, de lograr que nos sintamos identificados por un segundo con sus palabras. Es capaz de decir mucho con poco, es capaz de expresar su odio, su pasión, su ira, su frustración, su amor, su mentira, su sinceridad, y lo hace de distinta manera que un narrador puesto que su alquimia es diferente, busca convertir cualquier metal en oro.

Arrojado a quietud, divisaré esa playa última de tu ser (Jorge Luis Borges)

viernes, enero 04, 2008

Ese maldito Sr. Parkinson

Hace unos días, conversando con mi almohada llamada JC, analicé qué era lo que más me había molestado de vivir junto a mi madre en sus últimos años. Es curioso, pero ante situaciones donde la muerte nos toca de cerca qué necesario y terapéutico resulta “sacarlo todo afuera”.
Efectivamente tenía una lista larga de aquello que me había costado tolerar y que en algunos momentos no había logrado y que, inclusive había terminado generando ciertas discusiones inútiles para ella o para mí. Finalmente, convivir con tu madre, teniendo una familia propia genera una dinámica complicada. Se quiera o no se quiera ciertas luchas de poder van apareciendo a lo largo del camino y cuando se juntan dos mujeres dominantes y de carácter fuerte, peor aún.
Sin embargo, hoy concluía que ninguna de las dos había sido verdugo en esta situación y que más bien las dos habíamos terminado siendo dos grandes víctimas de una enfermedad que la fue, literalmente, minando por dentro, un enfermedad de la que ambas teníamos poco conocimiento y que tal vez no estuvimos lo suficientemente preparadas para enfrentarla y por lo tanto, quizás no pudimos asumirla con mayor valentía y resignación.
Sí pues, terminamos –evidentemente más ella que yo- viendo cómo un cuerpo fuerte y sano se iba convirtiendo en una maquinaria en donde el sistema nervioso iba entrando en una fase degenerativa y el cerebro dejaba de mandar las señales eléctricas necesarias para que funcionara.
Cuando empezó a tocar la campana por cualquier cosa, cuando empezó a babear incontroladamente, cuando empezó a tener problemas con la digestión, cuando hacía comentarios desacertados, cuando tenía dificultades para hacerse entender, cuando me miraba con ojos inexpresivos cada hora, cada minuto del día…. Yo empezaba a desesperarme -lo admito- y cada vez mi desesperación era más grande, menos flexible, menos soportable. Y la de ella también, ella se frustraba, ella se molestaba, ella exigía, se quejaba de mí, demandaba, demandaba, demandaba.
No obstante, creo que ella donde esté y yo aquí donde sigo mi camino, nos hemos terminado liberando de ese maldito señor Parkinson que nos torturó con su maldición, que se rió de nosotras durante casi diez largos años, como otrora los dioses griegos lo hicieron con los mortales. Ese maldito que nos hizo creer que estábamos molestas la una con la otra, mientras disfrutaba viendo cómo una madre y una hija que se adoraban tenían momentos en los que ni se soportaban: la una, por ser prisionera de un cuerpo que iba muriendo quejándose de cuidados que consideraba exagerados -desde luego, no lo eran- y la otra, por ser su celadora.
Ahora, ambas descansamos en paz.

martes, enero 01, 2008

Un homenaje para tu ausencia

para Elsita, la que no tiene lazo, por todo...

Algunas personas por diferentes circunstancias de la vida no llegan a convertirse en padres o madres. Sin embargo, de lo que nunca se libra todo ser viviente en este mundo es de ser hijo o hija y como tal, éste es mi testimonio.
Mi madre fue una mujer especial, creo que como toda madre. Tenía un genio fuerte, pero a la vez podía ser la persona más cariñosa del mundo, tuvo una manera tan particular de criar a sus tres hijas que a veces dirían que no somos hermanas. Fue iluminada por la sabiduría de entender -para mi gusto un poco tarde- que cada una era diferente y única, y que por lo tanto no podía educarnos a las tres por igual. Sin embargo, no puedo quitarle parte del mérito a mi padre, por si acaso....
Nació en los '20s y de hecho esto le causó muchas dificultades para reconocer que los tiempos cambiaban rápidamente y que a veces, había que renunciar a ciertos prejuicios para seguir adelante. Era extremadamente conservadora y por momentos intransigente. Sin embargo, la propia vida la golpeó da tantas maneras que directa o indirectamente terminó cediendo y logró liberarse de ciertas ideas jurásicas.
Entendió por ejemplo, que su hija menor jamás iba a aprender a bordar y a coser bien pues no estaba hecha para aprender ese tipo de labor. Entendió que su hija menor había escogido una profesión poco rentable como la Literatura cuando ella quería que fuera Abogada. Entendió que no todo estaba en el "buen apellido" sino en los buenos sentimientos -aunque su corazoncito guardaba el deseo de lograr buenos matrimonios para sus hijas-. Entendió que con su hija menor se podía hablar de cualquier tema abiertamente y que Diosito no se iba a molestar si la pequeña decía muchas lisuras, pues no era una señal de no haberla educado bien. Entendió a duras penas, y bien duras, que su hija menor era terca -como ella- y que al final terminaría siendo feliz haciendo lo que le viniera en gana sin deberle nada a nadie. Entendió que sus nietos eran espíritus libres y que no podía "ayudar" a criarlos pero sí acompañarlos en su crecimiento.
Entendió (y lo sufrió con muchísimo dolor) que a veces los matrimonios terminan cuando una no se da cuenta a pesar de haber vivido con el mismo hombre por 30 años. Entendió que las mujeres pueden sobrevivir a un divorcio aunque tengan 60 años y salir adelante económica y emocionalmente solas. Madre: bien por ello!
Entendió que en los cajeros automáticos no había ningún hombre dentro que te entregaba el dinero requerido. Entendió que a mitad de la película de Star Wars cuando aparece Yoda, fue incorrecto preguntar (con su tono de voz tan agudo) cómo E.T también trabaja aquí???
Entendiste mami, fue duro pero entendiste, y lo más importante fue que me enseñaste a entender que uno nunca termina de ser madre, y que cuando la muerte toca tu puerta personal simplemente hay que dejarla entrar cuando una lo haya decidido con toda la paz y dignidad que tal ocasión merece.

Te quiero.